Luis Velázquez | Expediente 2021
12 de julio de 2021
Pocos, excepcionales, gobernadores resisten la tentación de imponer a un favorito como rector de la Universidad Veracruzana, UV. Ahora, por ejemplo, cuando el primero de septiembre tomará posesión el nuevo, en el palenque público está la certeza de que Darío Fabián Hernández González, director de Planeación de SEFIPLAN, es el candidato de Kuitláhuac García.
Otros dicen que del secretario de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco.
Y otros, que del subsecretario Eleazar Guerrero, el primo incómodo de Kuitláhuac.
O en todo caso, de los tres, con todo y que Kuitláhuac “se lavó las manos” negándolo y lo que es fácil para, digamos, salirse de la tangente.
Pero, bueno, en la Ultima Cena, Jesucristo dijo a Judas: “Lo que tienes que hacer hazlo pronto”.
Y como Judas lo negó, Jesús le reviró:
“No te hagas pendejo. Estoy enterado. Ya me traicionaste”.
Además, antes de que el gallito cantara tres veces, Pedro, el apóstol emblemático, había negado a Jesús, temeroso de que los soldados romanos lo llevaran a las mazmorras de la cárcel y hasta lo crucificaran.
Bastaría referir el siguiente dato:
Darío Fabián Hernández pertenece al primer círculo amical del góber. Hay una foto por ahí donde Kuitláhuac posa con unos doce, trece amigos al pie de una montaña. Y entre ellas, está Darío Fabián.
Filósofo, licenciado en Derecho en el Sistema Abierto de la UV, con maestría y doctorado en Derechos Humanos, investigador del IIESES donde fue director, Hernández González está en la cancha.
Ya se verá si los 9 notables y citables miembros de la Junta de Gobierno de la UV inclinan la balanza sobre su aspiración.
Más, porque en el otro lado de la cancha, el favorito de la rectora Sara Ladrón es Salvador Tapia Spinoso, secretario de Administración y Finanzas de la UV y yerno del ex priista Gonzalo Morgado Huesca.
Y en el otro lado del ring, otro recomendado. José Roberto Ruiz Saldaña, consejero del INE, Instituto Nacional Electoral, y cuya mayor hazaña electoral y política fue votar a favor de Félix Salgado Macedonio como candidato a gobernador de Guerrero y quien hacia el final del día y de la noche volcánica y huracanada quedó fuera.
LOS TRES MOSQUETEROS
Son doce (los doce apóstoles de la UV) los aspirantes y suspirantes a la rectoría, el otro poder académico, social y político de Veracruz.
Y de los doce, tres, hasta donde se sabe si se sabe bien, tienen padrinos políticos.
Entonces, si la Junta de Gobierno se va por Darío Fabián Hernández González significará que sus tres mosqueros (Kuitláhuac, Lima y Guerrero) fueron efectivos y se impusieron.
Si sale palomeado José Roberto Ruiz Saldaña se entenderá que las tribus federales de MORENA supieron cabildear e imponerse.
Y si el sucesor es Salvador Tapia Spinoso, nadie pensará que su suegro, Gonzalo Morgado, se impuso, sino Sara Ladrón, y quien de ser así, con sucesor a modo, podrá cumplir a plenitud sus preferencias y vivir los próximos 4 años en Francia porque estudió en la Sorbona y en Cuba por su ropaje ideológico socialista.
Nadie duda de los méritos de Hernández González, Ruiz Saldaña y Tapia Spinoso (Spinoso como Roque Spinoso Foglia, el líder cañero nacional asesinado en el sexenio de Agustín Silvestre Acosta Lagunes).
Pero en el caso, sintieron necesidad de un padrino para seguir abriéndose paso y así camina la versión en el palenque público.
Por ahora, de los 9 miembros de la Junta de Gobierno, cinco son investigadores en la UV y los otros 4 en universidades foráneas.
Y a primera vista, se entendería que los 5 investigadores de la UV tendrían empatía por la rectora para definir al sucesor e inclinar, digamos, la balanza por Tapia Spinoso, y a quien desde hace ratito ha paseado con la Junta de Gobierno como perfilándolo.
Y de ser así, que nadie piense que su fortaleza física está minada porque trae marcapaso, pues todos los días se ejercita y mantiene en forma.
Además, la vitamina P (P de poder) es milagrosa para reciclarse en salud y resucitar hasta los muertos.
Nunca en la vida se ha visto a un hombre derrotado, aniquilado, incluso, destruido, luego de una derrota electoral en las urnas o después de un cese fulminante en un cargo público.
EL PODER AFRODISÍACO
Tanto poder significa la rectoría de la UV que, por ejemplo, Tapia Spinoso es secretario de Administración y Finanzas de Sara Ladrón y quiere convertirse en el número uno.
Darío Fabián es director de Planeación en SEFIPLAN y sueña con el brinco olímpico a las Lomas del Estadio.
Y José Roberto Ruiz Saldaña es consejero del INE donde percibe más de 250 mil pesos mensuales y quiere la Rectoría.
Con todo, incluso, y tener señalamientos documentados de acoso sexual y hostigamiento laboral.
La silla embrujada del palacio, decía Eufemio Zapata, el hermano menor del Caudillo del Sur, marea a todos y enloquece, pues con frecuencia el ejercicio del poder es más afrodisíaco y erótico y lujuriento que la mulata de veinte años más sabrosa y que, por ejemplo, tanto hacían perder el piso a Antonio López de Santa Anna.