Luis Velázquez | Barandal
12 de julio de 2021
ESCALERAS: En Zacatecas perdieron la fe en la Guardia Nacional para combatir la inseguridad, la incertidumbre, la zozobra, la impunidad, los secuestros, las desapariciones y los asesinatos.
También la perdieron en las policías estatales y municipales.
Y en soldados y marinos.
Ahora, su fe ciega y lealtad ciega y esperanza ciega la canalizan con el Santo Niño de Atocha.
Y la mitad del pueblo de Zacatecas y la otra mitad le está llevando veladoras y oraciones para el súper milagrazazazazo de acabar con los malandros.
Ojalá, entonces, que el Niño de Atocha se compadezca y reserve espacio y tiempo para cabildear con quien deba negociar…
PASAMANOS: En Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Chihuahua y Coahuila y el resto de la nación estarán igual.
Quizá con discreción rogando a sus santos locales y nacionales.
Por ejemplo, en Tlacotalpan y Soledad de Doblado prendiendo más veladoras que nunca y rezando a la Virgencita de la Candelaria.
En la Ciudad de México, la Virgencita de Guadalupe en la Basílica estará sobresaturada con tantas peticiones y ruegos.
CORREDORES: En un día, en Tamaulipas los carteles asesinaron a catorce civiles. Fue el sábado 18 de junio. Entre las víctimas, albañiles, ancianos, obreros maquiladores y una familia, el padre, la madre y un hermano.
Y, bueno, “las barbas han de ponerse a remojar” porque en el Duartazgo, los malandros llegaron a Veracruz procedentes de Tamaulipas y armaron zipizapes.
Uno, en el puente que une a Veracruz con Tamaulipas donde dejaron doce cadáveres.
Y el otro, en la carretera de Pánuco a Tantoyucan donde rafaguearon un autobús de pasajeros y mataron, entre otros, a un bebé en brazos de su señora madre.
BALCONES: Hemos de encomendarnos a todos los santos y vírgenes y apóstoles y ángeles y querubines.
En Veracruz necesitamos la corte celestial porque la entidad jarocha se mantiene en el primer lugar nacional en secuestros, feminicidios y extorsiones.
Y si los malandros siguen rebasando por la izquierda, al centro y por la derecha a la autoridad, el único camino es seguir la fe católica y apostólica de Zacatecas con el Santo Niño de Atocha y agarrar los santitos de cada pueblo y declararse en cadenas de oración virtuales y presenciales.
PASILLOS: La fe, reza el dicho popular, mueve montañas.
El Papa Juan Pablo Segundo solía rezar ocho horas diarias. Además, hincado. Además, con todas las veladoras prendidas en altar del Vaticano al montón de santitos.
¡Recemos, pues!
Que cada ciudadano de a pie y en coche encomiende a su familia con su santo devoto y le pida con fervor, fe ciega, pasión serena y volcánica que, así como un rayo de luz se le apareció a Pablo camino a Damasco, también caiga sobre los malandros y malosos, sicarios y pistoleros, carteles y cartelitos, para que le bajen todas las rayitas a su bilirrubina.
¡Por misericordia y piedad!
Incluso, pidamos indulgencias en el otro lado del charco para los malandros.
Para ellos, y la dijo López Obrador, abracitos y besitos.
VENTANAS: En Zacatecas, el Santo Niño de Atocha podría hacer el milagrazo.
Nadie dudaría de que a partir del año 2024, cuando la zacatecana Rocío Nahle, secretaria de Energía, gobierne Veracruz, el Santo Niño de Atocha será incorporado a la pléyade de santitos en las iglesias de la entidad jarocha.
Pero mientras, y como las circunstancias están llenas de vientos huracanados de la violencia, en cada pueblo hay un santito milagroso y hemos de confiar en su karma y buena vibra.