Por: Eugenio GONZÁLEZ
Oaxaca, México.- En fecha reciente, el excandidato a diputado federal por el distrito de Tuxtepec, Jorge Illescas Delgado, popularmente conocido como “Chéster”, se convirtió en empresario de la industria restaurantera, erigiendo así su capital en un estado que urge del arraigo de la iniciativa privada.
“Chéster” estrenó su restaurante “Azul Oaxaca” cuyo concepto gastronómico es cocina de brasa y mezcalería y se ubica en Tlalixtac de Cabrera, municipio ubicado a unos ocho kilómetros del Centro Histórico de la ciudad capital.
Azul Oaxaca –según refiere su carta de presentación– fusiona vanguardia y tradición, buscando exaltar la gastronomía oaxaqueña a través de una amplia gama de productos, así como de diversos cortes acompañados de su selecto mezcal, llamado también “Azul Oaxaca”.
Teniendo como escenario un pomposo espacio, que se alza y contrasta con cualquier otro restaurante de encaje popular, Jorge Illescas es el tuxtepecano que decidió invertir en la capital del estado y sumarse así a la “high class” restaurantera, luego de haber ocupado espacios públicos de relevancia en el Gobierno del Estado y que hoy, después de ser candidato, se mantiene alejado de la función pública pero apoyando a su esposa Amairani Morales Valenzuela, actual subsecretaría de salud en la entidad.
Azul Oaxaca, puede verse en sus redes sociales, comienza a exponerse en los terrenos mediáticos y ha sido visitado por el actor y bailarín Gerardo Taracena quien ha participado en películas como Apocalypto, American Family, The Mexican, entre otras.
Así también se ha convertido en el centro de reunión de quienes proceden de la Cuenca del Papaloapan a invitación expresa de Jorge Illescas, entre ellos, principalmente, políticos y familiares.
Pese a estar ocupado en su nueva faceta, no se descarta que el también extitular del Registro Civil regrese a la función pública con un cargo dentro del Gobierno del Estado o se aliste, en próximos años, como candidato a la presidencia municipal de Tuxtepec o entre al poder legislativo por la vía plurinominal.
¡Felicidades! Oaxaca necesita de la inversión privada en tiempos turbulentos y en donde, reclama la condena popular, no hay espacio para el progreso.