Si por Miguel Ángel Yunes fuera, Flavino Ríos se pudriría en prisión. Pero lo dejó ir. Aquejado por una hipertensión de origen político, una cirugía en la que nadie cree, el ex gobernador interino debe agradecerle a su maltrecho corazón que pueda enfrentar a la justicia en libertad bajo fianza.
* La hipertensión que lo mandó a casa * El pacto del presupuesto * No regresa a Pacho Viejo * Operación en tiempo récord * Héctor Yunes: sus amigos los la-drones * Autogol del senador * Morena: protesta en Las Choapas * Víctor Rodríguez: su hermano no será regidor * Víctor Carranza no levanta.
Si por Miguel Ángel Yunes fuera, Flavino Ríos se pudriría en prisión. Pero lo dejó ir. Aquejado por una hipertensión de origen político, una cirugía en la que nadie cree, el ex gobernador interino debe agradecerle a su maltrecho corazón que pueda enfrentar a la justicia en libertad bajo fianza.
Deja el hospital Ángeles, en Xalapa, que le sirvió de refugio mientras capotea la embestida yunista que le fincó cargos por la fuga de Javier Duarte, al que le facilitó un helecóptero oficial cuando ya no era gobernador de Veracruz.
Flavino Ríos, alias El Oaxaqueño por su origen —nació en Mogoñé pero usa actas hechizas para usurpar funciones— ingresó al penal de Pacho Viejo, a unos 13 kilómetros de Xalapa, en el municipio de Coatepec, la mañana del domingo 12 de marzo. Suponía que en cosa de horas recuperaría su libertad.
Se imaginó en el tiempos del duartismo, cuando fue el poder tras el trono, la mano que mecía la cuna, el consejero que llevó paso a paso a Javier Duarte hasta colocarlo al filo del abismo y finalmente lo empujó. Nadie más feliz que Flavino Ríos al entrar al relevo.
Muy ufano, advertía el ex gobernador de Veracruz que en él no había delito, ni fue cómplice de la huida de su antecesor, que en cuestión de horas estaría libre, que en caso de enfrentar a la justicia lo haría bajo fianza, en libertad.
Y pronunció una frase que lo selló:
“A mí no me han acusado de pederasta”.
Aludía al gobernador Yunes, tocando la fibra que irrita, arrojando ácido en la herida, desafiando a quien desde hace más de una década enfrenta el lodo de la fidelidad que se nutre de las acusaciones vertidas en el libro Los Demonios del Edén de Lydia Cacho, que lo implican con una red de empresarios y políticos afectos al disfrute sexual con menores.
Esa frase lo retuvo más de lo que Flavino imaginó. No salió tras el acuerdo entre PAN, PRD, PRI y el grupo mixto de legisladores para aprobar las modificaciones al presupuesto del gobierno yunista para 2017. No salió con motivo de un arreglo en las sombras.
Flavino Ríos enfrenta un juicio por su responsabilidad en la fuga de Javier Duarte y su esposa Karime Macías, ocurrida el 13 de octubre de 2016, cuando el ex gobernador fue visto por última vez, usando un helicóptero del gobierno de Veracruz, facilitado por Flavino, aunque éste de inicio lo negó. Su historia actual se finca en una contradicción que lo hace reo de la justicia penal.
Cinco días después, el 18 de octubre, Flavino Ríos rechazaba el señalamiento, cualquier vínculo con la fuga de Javier Duarte. Tajante, le decía a la periodista Adela Micha, en Radio Fórmula que no había prestado aeronave alguna, que consultaran las bitácoras de cada unidad, que si hubiera alguna responsabilidad “que se me castigue”. Así, “que se me castigue”.
—¿Usted le prestó un helicóptero para salir del estado? —le preguntó Adela Micha.
—Falso completamente.
—¿No usó (Duarte) ningún helicóptero propiedad del gobierno del estado?
—No sé, te soy sincero, no sé, lo cierto es que yo no presté ningún helicóptero, si hizo uso de algún transporte aéreo del gobierno del estado se está investigando.
Ofrecía poner a disposición de la autoridad las bitácoras de los vuelos del jueves, viernes, sábado, domingo; “todo lo que solicite”.
Refería el ex gobernador interino que desde su toma de protesta no había mantenido ninguna comunicación con Javier Duarte. Sin embargo, los hechos lo desmintieron. Él mismo se desmintió.
Al mes siguiente Flavino Ríos intentó matizar su error. Algo no cuajó en su maniobra. Las bitácoras de vuelo, las bitácoras originales, lo delataban.
Dijo el 7 de noviembre:
“Él (Javier Duarte) pidió un helicóptero que lo trasladó a Coatzacoalcos, lo pidió directamente al aeropuerto. Pedí a la gente del aeropuerto que le dieran las atenciones de un gobernador porque yo no sabía que existía una orden de aprehensión”.
¿Entonces? Primero dice: yo no presté ningún helicóptero. Luego admite: Pedí a la gente del aeropuerto que le dieran las atenciones de un gobernador. Pero Javier Duarte ya no era gobernador y Flavino Ríos incurrió en desvío de recursos (la aeronave es un bien público), amén del tráfico de influencias, abuso de autoridad y encubrimiento por favorecimiento.
En otra declaración, ese mimo día apuntó:
“Yo no sabía en ese momento que existía una orden de aprehensión, tampoco tenía por qué saberlo, no es algo que me informe la PGR. Él habló al aeropuerto, pidió un helicóptero, se lo proporcionaron, y se trasladó a Coatzacoalcos”.
Una versión difundida por el periódico Diario de Xalapa detalla ahora la forma en que presuntamente habría facilitado Flavino Ríos la fuga de Javier Duarte. Aquí el texto.
“De acuerdo a lo narrado, horas después de tomar el cargo como gobernador interino, el 13 de octubre de 2016, Flavino Ríos Alvarado se presentó en las instalaciones de la dirección de aeronáutica en el Aeropuerto de El Lencero entre las nueve y diez de la mañana para hablar con Ricardo Casanova Morales, analista de proyectos de aquel departamento.
“En la reunión, Flavino Ríos dio la orden a Casanova Morales de brindar todas las facilidades logísticas al exgobernador Javier Duarte de Ochoa debido a actividades propias de su cargo (¿cuál cargo si ya no era gobernador?).
“Al siguiente día —14 de octubre— a las 15 horas Ricardo Casanova recibió la llamada de un número desconocido al que le comunicaron a Duarte de Ochoa. El exmandatario preguntó en qué tiempo tendría listo un helicóptero, a lo que el encargado respondió entre 40 y 50 minutos.
“Fue cerca de las 16:30 horas cuando Casanova Morales recibió otra llamada de número desconocido —con lada de la Ciudad de México—, al otro lado de la línea Duarte de Ochoa le solicitaría que una aeronave fuera enviada al Agrocentro Siglo XXI, que se encuentra en la carretera Xalapa-Veracruz, en la localidad de Puente Nacional.
“Ricardo Casanova Morales se comunicó a la oficina de Miguel Pablo Portugal para que ordenar que recogieran a Javier Duarte en el lugar antes señalado; por lo que 20 minutos después despegó el helicóptero del aeropuerto El Lencero sin pasajeros, solamente con el piloto y el copiloto, Jesús Jaime Peregrina y Francisco Javier Herrera, respectivamente.
“La aeronave recogió al gobernador en el Agrocentro con una persona desconocida e informó que cambiarían de destino debido a que se trasladarían al centro de convenciones de Coatzacoalcos. Una vez que aterrizaron ambos pasajeros subieron a un vehículo con rumbo desconocido”.
Luego vendría el episodio de la hipertensión. Apenas se le vinculó a proceso, con un año de prisión preventiva, Flavino Ríos comenzó a presentar problemas de salud. Así, fue trasladado al hospital Ángeles y en cómoda cama, nada que ver con la frialdad de las celdas de Pacho Viejo, pasó mejores días.
Un día el gobernador Yunes advirtió que según los exámenes médicos, Flavino Ríos enfrentaba una hipertensión arterial, pero que podía ser atendida en el penal. Y que la juez de control evaluaría.
Finalmente sale el ex gobernador, presuntamente luego de una cirugía de corazón, practicada entre las 10 de la noche del domingo 9 y la una de la mañana del lunes 10.
Sábese que hubo un pacto entre priistas y panistas: Flavino Ríos recuperaría su libertad una vez que el presupuesto de Veracruz fuera aprobado. Y así quedó. Ahí permanecerá, luego de entregar su pasaporte y pagar una fianza de 5 millones de pesos y la obligación de abandonar Veracruz.
Libertad bajo sospecha.
Archivo muerto
Una voz clama en el desierto. Es la de Héctor Yunes. Apenas audible, apenas creíble, le sirve para curarse un poco el ardor de la pela que le dio su primo Miguel Ángel Yunes Linares en la elección de gobernador. Increpa Héctor, el priista: en el tema de violencia y seguridad, Miyuli ofreció drones y nos dio más La-drones. Invoca las cifras del caos, el secuestro, las ejecuciones, los levantados, el feminicidio. Habla del delegado de Conafor, quien aún aparece, y del general Martín Cordero Luqueño, director de Seguridad Ciudadana y Tránsito de Boca del Río, levantado y entregado horas después.
Autogol del senador Héctor Yunes. La violencia comenzó cuando sus ídolos, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte gobernaban Veracruz. Héctor Yunes fue subsecretario de Gobierno en el fidelismo y en su aspiración a ser gobernador, en 2010, tuvo el pulso de la violencia y a sus autores, la impunidad y sus cómplices. Formó parte del círculo de poder en que los La-drones Fidel Herrera y Javier Duarte llevaron a Veracruz a la quiebra financiera, en que el crimen organizado potenció la violencia con la complicidad de los dos gobiernos a los que sirvió el hoy senador.
¿Y qué onda con el IPAX, don Héctor? Ahí también hubo La-drones de permisos de portación de armas, los Poliyunes… Donde va, el Dios Peje enfrenta broncas. Le tomatean a su líder estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, alias El Tigre de Santa Julia, y a la diputada federal Rocío Nahle García, en Coscomatepec. Abuchean en Xalapa a panistas y priistas que el mismo Andrés Manuel López Obrador presenta como las nuevas adquisiciones de Morena, egresadas de la mafia en el poder. Es tomado el comité estatal del pejepartido por la serie de imposiciones de candidatos a las alcaldías de Veracruz.
Se ventila en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, y luego será en tribunales electorales, la ilegalidad de las asambleas en que fueron electos los morenistas que serían sorteados para integrar las planillas con que contenderá Morena por las presidencias municipales. Y si algo faltara, Las Choapas también se cimbra. Ahí se dio la protesta el sábado 8 por un grupo que acusa imposición de la diputada local con licencia, Eva Cadena Sandoval. Los encara el diputado Cuitláhuac García Jiménez con el sobado estribillo de que se respeta la libertad de expresión pero su protesta no es legítima.
El “Cuícaras” y AMLO sostienen que su inconformidad es una una puesta en escena, orquestada por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, y el secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán. Minoritaria o no, la protesta es protesta. Y cerrarle el espacio a los inconformes, negarse a dialogar pues el Peje abordó su camioneta y se marchó; Manuel “El Tigre” Huerta como siempre, huyendo hasta por el drenaje, es germen de rechazo. Un video muestra el reclamo a un personaje de nombre José Hernández Sánchez, a quien identifican como ex policía dado de baja, “quien ahora funge como guarura de la repudiada Eva Cadena”.
José Hernández, de acuerdo con el relato de los inconformes, era “el individuo calvo que se ve en el video y a base de empujones intentó quitar a quienes le tapaban el paso a Obrador”. Minutos después se le ve acuerpado por integrantes de Morena y queda a salvo cuando elementos de la policía evitan que lo alcancen quienes protestaban. En el texto citan los nombres del círculo privilegiado de Morena, los que irán a la planilla, algunos procedentes del PRI, PT y el PRD rojo. En un “organigrama” muestran a Eva Cadena con un logo con el color azul del PAN pero con la suástica de Hitler. Frente a ello, el Dios Peje refrenda que Eva Cadena es candidata inamovible.
“Aquí hay que unirnos —dice el impoluto líder de Morena—. Cuando hay elecciones empieza la repartidora. Ya basta; hay que dejar de estar creyendo en los corruptos, no servirles, no apoyar a los verdugos del pueblo”. Y de la candidata morenista AMLO reitera: “No la quiere Yunes ni la quiere Duarte, por eso la queremos nosotros”… Soplando y comiendo pinole, Víctor Rodríguez Gallegos quiere imponer candidatos a alcaldes emanados del Movimiento Territorial del PRI y a la vez que su hermano Felipe tenga un lugar de privilegio en la planilla que irá por la presidencia municipal de Coatzacoalcos. Y es una o la otra, pero no las dos. Tácitamente su hermano Felipe ya fue descartado y así el ex secretario de Gobierno de Marcelo Montiel Montiel acumula un fracaso más en su vilipendiada carrera política. ¿Qué dice Marcelo de la fallida pretensión de su pupilo? Nada, que él nunca pide regidurías para marcelistas.
Para controlar el cabildo le basta con abrir la chequera y hasta los de oposición se hincan… Morena tiene un problema. Se llama Víctor Manuel Carranza Rosaldo. Sin él, Morena mantiene su intención de voto en Coatzacoalcos. Con él, se desploma. Con un 2 por ciento de posicionamiento entre un electorado que en gran parte afirma no tener ni la más remota idea de quién se trate, el candidato de Morena a la alcaldía es sin duda el mayor negativo del pejepartido. Algo tendrá que ocurrírsele a la diputada federal Rocío Nahle, madrina de Víctor Carranza, ahora que todo indica que la contienda tiende a cerrarse con el PRI, más que con el PAN-PRD… INFORME ROJO regresa el próximo lunes 17…
con información de https://www.presencia.mx/palabra/columna.aspx?id=4946&c=1