Redacción El Piñero
Oaxaca, México. — En Salina Cruz, en el corazón del Istmo de Tehuantepec, una tragedia sin precedentes azotó el tranquilo escenario este jueves 13 de julio. Dos personas perdieron su vida y otras dos resultaron heridas en un fatídico suceso que envolvió a una familia entera.
Los trágicos acontecimientos se desplegaron en la Carretera Transístmica, específicamente en la pintoresca Colonia Granadillo.
El infausto episodio fue protagonizado por un imponente vehículo de carga, un imponente tractocamión con una deslumbrante caja tipo trailer que pertenecía a la prestigiosa línea “Transportes Vari”. En el otro extremo del desafortunado choque se encontraba un modesto pero llamativo automóvil de marca Suzuki, cuyo tono naranja resaltaba en medio de la rutina cotidiana. Este pequeño vehículo, identificado como un Suzuki tipo XL7, llevaba en sus placas de circulación las letras DNC341E, señalando así su origen en el Estado de Chiapas.
Con un desenlace trágico y desgarrador, dos almas se desvanecieron en el instante de la colisión, atrapadas dentro del confinado habitáculo del desafortunado Suzuki. La tragedia no se detuvo allí, pues tres personas más, testigos involuntarios de esta carnicería vial, fueron rápidamente trasladadas por el personal del valeroso Servicio de Emergencias hacia distintas clínicas, en busca de atención médica urgente.
El reloj marcaba las 12:20 de este fatídico día cuando un grupo de investigadores de la enigmática Agencia Estatal de Investigaciones hizo acto de presencia en el escenario del horror. Su objetivo: levantar los cuerpos de aquellos que, en un abrir y cerrar de ojos, se habían convertido en meros espectros de la existencia. Además, se encargarían de desentrañar los misterios ocultos tras el accidente, procesando meticulosamente cada rincón del siniestro lugar de los hechos, en busca de respuestas que pudiesen arrojar algo de luz sobre la oscura noche que había caído sobre Salina Cruz.