Luis Velázquez | Barandal
14 de julio de 2021
ESCALERAS: La 4T en Veracruz está llegando a la mitad del sexenio y el pendiente social número uno, la creación de empleos, está descarrilado. En el fondo del precipicio. Mejor dicho, del infierno, donde toda esperanza está perdida.
Solo en el tiempo del COVID, el primer año, casi 150 mil empleos perdidos.
El desempleo cabalgando de norte a sur y de este a oeste de la entidad jarocha, sin ninguna posibilidad de una llamita prendida en el largo y extenso túnel del desencanto social.
PASAMANOS: Hay desempleo de indígenas, campesinos y obreros. Pero también, de la clase media. Incluso, egresados de las universidades públicas y privadas. Con más, mucha mayor razón, en un Veracruz donde hay tres millones 250 mil personas analfabetas, desde aquellas que no saben leer y escribir a quienes tiene escuela primaria, secundaria y bachillerato inconcluso, a medias.
Y lo más canijo, de 14 años de edad en adelante.
Antes, en el siglo pasado, los gobiernos priistas inventaban montón de obra pública para empleos temporales. Ahora, ni eso.
CORREDORES: Sobre la secretaría de Desarrollo Económico reposa la creación de empleos.
Alentar, pues, a los empresarios, industriales y comerciantes para.
Pero, bueno, con la recesión encima y el salvaje día y noche de Veracruz, ni modo de cabildear para crear fuentes de trabajo.
De hecho y derecho, pareciera que estamos condenados a que nunca llegaremos a la otra orilla en el combate al desempleo.
Más, luego de que 79 gobernadores han ocupado la silla embrujada del palacio de Xalapa y cada uno deja al sucesor el pendiente social, pues les resulta difícil, odisea imposible, desatar el nudo gordiano de la inseguridad y el desempleo.
BALCONES: En el Seguro Social hay reporte de creación de empleos. Pero la mayoría son efímeros. Por un ratito. Un simple paliativo.
Además, empleos, ciertos, pero con salarios de hambre. Y sin las prestaciones económicas, sociales y médicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo.
El inframundo, pues. La venta burda y barata de esperanzas. Con todo y tener, por ejemplo, en la SEDECO a un empresario, y a quienes, por ejemplo, únicamente se les ha ocurrido en casi 3 años, apoyar los tianguis de higos y mangos, y aplaudir el festival de pambazos.
PASILLOS: Si en las ciudades urbanas de Veracruz el desempleo causa estragos familiares y sociales, sicológicos y siquiátricos, en las regiones indígenas y campesinas resulta peor.
Y resulta peor, porque la jodidez alcanza dimensiones insospechadas. Ningún error se cometería describiendo comunidades fantasmas en los pueblos étnicos y en donde los hombres han migrado a otras tierras para buscar la papa y dejado solas a las esposas e hijos y a los padres ancianos.
Y lo peor, con el riesgo de grave y terrible desintegración familiar. Muchas veces, hogares abandonados porque el jefe halló otra pareja y hasta niños procrearon.
VENTANAS: Luego de 79 gobernadores cuesta demasiado, excesivo trabajo tener fe y esperanza y creer en las tribus políticas cuando abordan el tema del desempleo ofreciendo “las perlas de la virgen”.
Tan mal andamos que, por ejemplo, en la prensa escrita los anuncios de servicio sexual están reducidos a dos o tres por día cuando antes, los fines de semana llegaban a unos ciento cincuenta, contaditos uno por uno y con lapicero en la mano para ir sumando.
El chamán del pueblo sabrá el destino económico y social que nos espera. Pero mientras, con el ejército de desempleados bien pudiera formarse un partido político que sería un éxito con tantos militantes hambrientos de justicia laboral.