Luis Velázquez Escenarios:
19 de agosto de 2019
UNO. Góber perdió estribos
El martes 13 de agosto fue un día singular y triste en Veracruz. Ese día, por ejemplo, fue sepultado el Cardenal emérito, Sergio Obeso Rivera. “El más querido” dijo la elite eclesiástica luego de Rafael Guízar y Valencia.
Ese día, la reportera Flavia Morales, de AVC, publicó gran reportaje donde el director de Transparencia de la Contralora Leslie Garibo, Miguel Angel Vega García, fue contralor de Rosario Robles en la SEDATU, secretaría de Desarrollo Agrario.
Ese día, también, sorpresas de la vida, fue puesta en la cancha la posible libertad de uno de los Porkys.
Pero ese día, también, el gobernador transgredió los límites de la cordura, la prudencia, la mesura, la frialdad política y la inteligencia de Estadista.
DOS. El Fiscal y “El lagarto”
Fue cuando el góber de MORENA y AMLO en Veracruz aseguró que el Fiscal Jorge Wínckler “protege a los delincuentes y actúa como un jefe de plaza de estos criminales” (Notiver, 14 de agosto, 2019).
Se insiste, jefe de plaza. Se precisa: jefe de una narcoplaza. Se aclara: aliado, socio, cómplice, de los carteles y cartelitos. Se remacha: según el góber está al servicio de los malandros, los malosos, los sicarios, los pistoleros y los halcones, anexos y conexos, entre quienes figuran secuestradores y lenones.
En los últimos 8 meses y medio ha sido el peor misil del góber en contra de su amadísimo Fiscal.
Igual como en la novela “Rojo y negro” de Stendhal describiendo los amores desaforados de Julián Sorel con la señora casada, Renan, y Matilde, la niña rica y caprichuda, los amores desaforados del góber y el fiscal.
Quiso el góber de AMLO ligar al Fiscal con Jesús “N”, alias “El lagarto”, “implicado en la matanza de Minatitlán”, donde catorce personas fueran asesinadas en una fiesta familiar, entre ellas, una bebé de dos años de edad en brazos de su señora madre.
TRES. “Más vale morir de pie”
La acusación del góber son palabras mayores.
Mínimo, 6 días después, el Fiscal habría interpuesto una denuncia penal en contra del góber, entre otros delitos, por calumnias, difamación y daño moral.
Incluso, exigir una indemnización millonaria, pues está canijo evidenciar a Wínckler como un jefe narco.
Si el Fiscal calla y aguanta vara, mal.
En lenguaje popular significaría la posibilidad de un góber expresando la verdad, más allá de la prudencia y la mesura del Fiscal.
Incluso, con todo y un ex abrupto del góber, la pasión malsana ganando a las neuronas, de cualquier manera, y más, si se recuerdan los 8 meses y medio de agravios, disparos, rafagueos y bombardeos en su contra.
Si el Fiscal interpone la denuncia penal, digamos, en la Fiscalía General de la República pues fue acusado, peor tantito, exhibido, como narco, estaría, digamos, en lo justo.
Además, más vale morir de pie que arrodillado.
El Fiscal ha sido manchado en su honor y su dignidad.
Y lo peor, varios días después, ni una palabrita de revire a su gobernador.
El silencio atroz.
Antes, ya fue acusado de ocultar “de manera deliberada”, más de cien órdenes de aprehensión. También de hacerse tonto con las masacres de Mixtla de Altamirano y Minatitlán. Incluso, fue exhibido como un político inepto y haragán. Y de ñapa, inculpado de la libertad bajo arraigo domiciliario del montón de duartistas presos en el penal de Pacho Viejo.
Pero la barrera del silencio ha sido violentada. Ahora, es un jefe narco.
¡Vaya aguante!