- Más radical que nunca
Barandal
Luis Velázquez
VERACRUZ.- ESCALERAS: El gobernador de Veracruz (25, 26 años priista, 13, 14 años panista) ejerce el poder en un territorio, quizá desconocido para el grueso de la población. Pero al mismo tiempo, fiel a sí mismo. Genes son genes y vísceras son vísceras diría uno de sus antiguos amigos.
Acaso, nadie lo dudaría, más radical que nunca.
Con una filosofía política que evidencia, cierto, al viejo sistema político, tan favorable para la corrupción, pero alentando, digamos, el cambio, de pronto retoma el descontento social con las elites priistas, en el caso.
Y aun cuando en la Procuraduría General de la República, PGR, hay un par de denuncias penales por enriquecimiento ilícito en su contra interpuestas por Javier Duarte (preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México) y uno que otro de sus diputados federales (dos de ellos, en proceso de desafuero, Alberto Silva y Tarek Abdalá), pareciera, por la intensidad huracanada de su proceder, que las denuncias “le hacen lo que el viento a Benito Juárez”.
En ocho meses y 22 días, el orden político de Veracruz ha sido sacudido con las siguientes acciones:
Una. El penal de Pacho Viejo, destino de los políticos pillos y ladrones.
Ocho duartistas duermen en el reclusorio central de Veracruz. Duarte, en un penal del altiplano. 64 denuncias penales en contra de igual número de ex funcionarios caminan en la Fiscalía.
El góber azul tiene así el récord Guinness como Fiscal de hierro. A la fecha, ha encarcelado a tres ex gobernadores. Dante Delgado, Javier Duarte y Flavino Ríos. Ningún otro mandatario en funciones, como él. La mano firme, implacable e impecable, por más y más que Duarte lo llame “dictador”, con todo y su huelguita de hambre.
Dos. Karime Macías, en la picota.
Nunca antes en Veracruz, un gobernador en funciones ha procedido en contra de la esposa de un antecesor. Tampoco en contra del suegro. Ni menos en contra de nueve familiares más, entre quienes figura la madre de Karime Macías.
Un cambio radical drástico. Jamás, por ejemplo, Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980, el padre político del góber azul, se fue contra Rafael Murillo Vidal ni su esposa ni su gabinete legal y ampliado. A todos respetó.
PASAMANOS: Tres. El nepotismo como virtud.
La única prioridad del bienio azul es lo que José López Portillo llamaba “el orgullo de mi nepotismo”.
Uno de sus hijos ya es presidente municipal electo de Veracruz. Y el primogénito está listo para la candidatura panista a gobernador el año entrante.
Tan es así que las elites panistas ya fueron planchadas. Cada una con posiciones actuales y la promesa de las que vendrán.
Si hay pobres, miserables y jodidos, y desempleados, allá ellos. Incluso, hasta sirven como “carne de cañón” para sostener, por ejemplo, que Veracruz es el líder nacional en analfabetismo, y que hizo crecer la nariz del secretario de Educación.
La herencia del poder a los hijos, igual que en el relato bíblico. Lo dice el proverbio popular: los únicos a quienes se heredan son los hijos.
Blanca Nieves y sus hijos… brillando ante los enanos deformes como dice el politólogo Ramón Benítez.
Cuatro. La venganza contra los medios.
El góber azul ganó en las urnas el año anterior teniendo a la mayor parte de los medios en contra. Lo dijo así: Javier Duarte se gastó ocho mil millones de pesos en la prensa en los casi seis años de gobierno.
Y con todo y el rafagueo en contra, el candidato de la alianza PAN y PRD lanzó del palacio de Xalapa al PRI con sus 85 años de hegemonía.
Ahora, se está vengando. “Los medios, dijo, han de aprender a vivir con sus medios”.
Varios, por ejemplo, han cerrado. Otros, han enflaquecido. Otros más, despedido personal y cerrado corresponsalías. Otro más, pagando la quincena en abonitos. Otros más, reduciendo salarios.
El Periscope y el Facebook Live como nuevas herramientas de la comunicación social.
Un cambio drástico de un día para otro y que ningún medio esperaba.
CASCAJO: Cinco. La carga de resentimiento y odio es muy dura.
Nunca un político como el góber azul ha odiado tanto. Por eso, la obsesiva obsesión de aniquilar y destruir, mejor dicho, desaparecer por completo cualquier vestigio histórico de Javier Duarte y Fidel Herrera. El nuevo jefe en el trono. El Mesías que rechaza sombras.
Los duartistas, aniquilados por completo. Varios, atemorizados de caer a la cárcel.
Peor tantito, arrodillados con el llamado “Vómito negro” por delante. Traicionar a Duarte a cambio de la impunidad y la inmunidad.
Nunca en la historia local y nacional, un gobernador en turno ha doblegado a tantos políticos como el azul. Ni siquiera, vaya, “El bronco” de Nuevo León. Ni el panista de toda la vida, Javier Corral, de Chihuahua. El góber azul, cien por ciento radical, creando y recreando un parteaguas. Antes y después de él. Yo y los míos.
Seis. El juego político en el altiplano.
Guadalupe Victoria, Antonio López de Santa Anna, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines gobernaron Veracruz y luego el país. El general Heriberto Jara llegó a la secretaría de Marina. Fernando Gutiérrez Barrios, a la secretaría de Gobernación.
Por eso, el góber azul fue destapado como precandidato presidencial, y aun cuando levantó la mano, en el CEN del PAN ni lo “pelaron”.
Es más, para mostrarse se fue a la yugular de AMLO y se dieron buen trabucón.
Le tira, entonces, como el flechador, a la luna, consciente y seguro, acaso, de que nunca llegará. Pero al mismo tiempo, amarraría la candidatura del primogénito a gobernador el año entrante, su único objetivo, pues en Oaxaca Pepe Murat Casab ya se le adelantó con Alejandro, su hijo, de góber, pero bien se le puede adelantar a sus otros correligionarios como Manlio Fabio Beltrones, Roberto Madrazo Pintado y Emilio Gamboa Patrón, quienes de igual manera sueñan con el poder estatal para su prole.
Los grandes cambios radicales del góber azul en su filosofía política. Se ha reinventado a sí mismo. Y Veracruz (ocho millones de habitantes, de los cuales seis, siete millones en la jodidez) sólo es un instrumento para flechar a la luna.