• Mientras tanto Dávila cobró 51 mil 840 pesos de “piso” durante 3 años al dueño.
Carlos Abad/El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.- “Limpiar” las calles de ambulantes es una de las promesas incumplidas de esta administración municipal, que dicho sea de paso, desde que Fernando Bautista Dávila llegó al poder, ha fomentado el comercio informal; hoy en día el Edil arrasó con unos cuantos locales que estaban en la vía pública, pero solo instruyó retirar a los que no pertenecen a la organización UGOCP liderada por su fiel amigo Benjamín Tomás Miguel, a quien cederá los mismos espacios para ampliar su organización social.
A través de la Dirección Desarrollo Económico, este día el Gobierno de Tuxtepec inició un operativo para retirar de las calles los puestos del comercio informal o ambulante que carecen de permisos oficiales, con el propósito de mantener el orden en las calles y avenidas de la ciudad; fue el anuncio que publicó esta administración en su página oficial, sin embargo a uno de ellos “ALITAS RICALITAS”, Dávila instruyó “cobrarle piso” por 3 años, obteniendo ingresos por 51 mil 841 pesos, producto de la cuota de 48 pesos diarios.
Ahora, la esquina donde se estableció ese mismo puesto ambulante, llamado “Alitas Ricalitas”, propiedad de Edgar Michelle Cabrera López, Tuxtepecano emprendedor que hizo de una esquina solitaria, donde todo mundo se iba a orinar o tirar basura después de una fiesta, para convertirla en un lugar próspero y atractivo para las ventas, por lo que Dávila no dudó en ofrecerle ese espacio a su compadre líder de Unión General, Obrero, Campesino y Popular (UGOCP), a quien el munícipe ya ha cedido otros espacios, regularizado tierras y entregado otras prebendas.
Es decir que la idea de Fernando Bautista Dávila, nunca fue “limpiar las calles”, sino darle más lugares a la de por sí, empoderada organización social que es dueña de casi 800 espacios en la vía pública, todo pese a que el propio Presidente Municipal era cliente de “Alitas Ricalitas”.
Dicho negocio empleaba a 8 trabajadores, entre ellas dos mujeres con discapacidad que desinfectaban los productos, donde el propio presidente de Tuxtepec comía.