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El Gobierno gasta en cuartos “rosa” para mujeres vulnerables; están en el olvido, abandonados

El Piñero

 

En los hechos el programa resultó un engaño para muchas familias que realmente necesitan ese cuarto. Doña Julita Trujillo Barragán es un ejemplo de ello. Ella vive en la calle Adelfas de la colonia Ricardo Flores Magón, ubicada al noreste de la capital. Doña Julita tiene siete hijos y cuatro son mujeres; la mayor tiene 23 años y estudia el tercer año en la escuela de Economía; una más de 19 estudia el primer grado, también en la Unidad Académica de Economía; otra joven de 15 entró a la preparatoria, y la menor de 12 ingresó a la secundaria.

 

De sus otros tres hijos uno estudia la preparatoria, otro el kínder y el mayor de todos cursa una carrera profesional en Guadalajara. El hacinamiento en su vivienda construida algunas partes de ladrillo y otras de madera, es evidente. Su casa está construida en un terreno de aproximadamente 7 metros de ancho por 14 de largo y sólo cuenta con tres cuartos; en uno duermen los padres, en otro las cuatro mujeres con sus dos hermanos y el tercer espacio sirve de cocina a doña Julita. Allí hace las tortillas que vende para contribuir al ingreso familiar, pues su esposo es peón de albañil y lo que gana no alcanza para la manutención de su familia.

 

Por Zacarías Cervantes

Chilpancingo/Ciudad de México, (ElSur/SinEmbargo).– El programa Un Cuarto Más o Cuarto Rosa que fue presumido el 18 de julio en Chilpancingo por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), Rosario Robles Berlanga, como una estrategia del Gobierno federal para prevenir la violencia contra las mujeres, en Chilpancingo resultó un engaño y un fraude.

A un año de que comenzaron a ser construidos y a seis meses de que han venido siendo entregados a las familias beneficiarias, muchos de estos cuartos se encuentran deshabitados y están deteriorándose porque fueron autorizados en zonas de alto riesgo, otros fueron entregados a quienes no lo necesitan, y, en el peor de los casos fueron construidos en terrenos baldíos, en donde no vive nadie, como se constató en un recorrido por varias colonias de la capital.

 

La dirigente del Grupo Interdisciplinario para la Igualdad de la Mujer, Violeta Pino Girón, declaró que como cualquier otro programa, el Cuarto Rosa tiene un manejo político, y que no contó con una supervisión adecuada para verificar que se beneficiara a las familias que realmente lo requieren. Incluso, no descartó que se haya puesto en marcha sólo en el contexto político-electoral con miras al 2018.

 

El 18 de julio, durante la visita de los titulares de Gobernación Osorio Chong y de la Sedatu Robles Berlanga, el Gobernador Héctor Astudillo Flores informó que en Guerrero se construyeron 14 mil cuartos con una inversión de 603 millones de pesos, y que se beneficiaron 68 mil personas.

“Estos cuartos, sin duda, han venido a formar parte importante de más de 14 mil familias que han sumado un cuarto rosa para su familia”, destacó el Gobernador Astudillo durante el encuentro realizado en la cancha de la colonia Capellanía, al norte de la capital.

A su vez, el Secretario de Gobernación Osorio Chong, explicó que el programa fue pensado por el presidente Enrique Peña Nieto para desterrar la violencia contra las mujeres, “ya no podemos permitir que nadie las lastime, por eso el presidente hizo este programa”, dijo eufórico ante más de 500 personas.

 

Incluso aclaró que el programa que se lo encargaron a la Secretaria de Sedatu, “por ser mujer”, no es sólo de buenas intenciones, o de buenos deseos de un gobierno, “son acciones contundentes para frenar la violencia contra las mujeres, y en búsqueda de la igualdad”.

 

Precisó: “si estamos en un solo lugar apretados, hay desencuentro en lugar de generar cariño y encuentro, y el presidente tuvo la idea de crear un cuarto más en cada hogar para que puedan estar allí lo que más queremos, las mujeres jóvenes, por eso es cuarto rosa, porque es para las mujeres”.

También destacó que este es uno de los programas “más importante del presidente Peña Nieto”.

 

Por su parte, la Secretaria Robles explicó que la intención del programa es combatir el hacinamiento porque cuando están viviendo muchos en una sola habitación, se genera violencia y que el Cuarto Rosa es una de las estrategias para prevenir la violencia.

“Se trata de que nuestras niñas y nuestras jovencitas estén protegidas, que tengan su espacio de privacidad y puedan crecer sanas, fuertes, seguras, es lo que quiere el presidente Peña Nieto para sus niñas y sus jóvenes mexicanas”, dijo en medio del entusiasmo de los asistentes, la mayoría mujeres.

El programa Un Cuarto Más, que después se convirtió en Cuarto Rosa, arrancó en todo el país en octubre del 2015 y fue diseñado por la Sedatu para familias que se encuentran en situación de hacinamiento.

 

Los llamados cuarto rosa son pequeñas habitaciones de 2 metros y medio de ancho por 3 de largo, son construidos de panel, alambrón y alambre recocido recubiertos con una ligera capa de revoque de cemento y pintados de blanco, y los acabados de rojo.

 

Cuentan con una puerta y una pequeña ventana, en el interior apenas cabe una cama individual y una mesa de menos de un metro de ancho.

 

Consultado, el albañil Modesto Pérez Luna, aseguró que el valor real de la construcción entre el material y la mano de obra no rebasa los 25 mil pesos, sin embargo, según el programa de la Sedatu cada cuarto tiene una inversión de 45 mil.

 

En los hechos el programa resultó un engaño para muchas familias que realmente necesitan ese cuarto. Doña Julita Trujillo Barragán es un ejemplo de ello. Ella vive en la calle Adelfas de la colonia Ricardo Flores Magón, ubicada al noreste de la capital.

 

Doña Julita tiene siete hijos y cuatro son mujeres; la mayor tiene 23 años y estudia el tercer año en la escuela de Economía; una más de 19 estudia el primer grado, también en la Unidad Académica de Economía; otra joven de 15 entró a la preparatoria, y la menor de 12 ingresó a la secundaria.

De sus otros tres hijos uno estudia la preparatoria, otro el kínder y el mayor de todos cursa una carrera profesional en Guadalajara.

 

El hacinamiento en su vivienda construida algunas partes de ladrillo y otras de madera, es evidente.

 

Su casa está construida en un terreno de aproximadamente 7 metros de ancho por 14 de largo y sólo cuenta con tres cuartos; en uno duermen los padres, en otro las cuatro mujeres con sus dos hermanos y el tercer espacio sirve de cocina a doña Julita. Allí hace las tortillas que vende para contribuir al ingreso familiar, pues su esposo es peón de albañil y lo que gana no alcanza para la manutención de su familia.

 

Doña Julita solicitó su ingreso al programa Un Cuarto Más o Cuarto Rosa, pero le rechazaron su solicitud, en cambio los encargados del programa autorizaron la construcción de uno en un terreno baldío que se encuentra al lado de su casa. El cuarto se encuentra deshabitado y está deteriorándose desde hace casi un año en medio de la maleza, contaron los vecinos.

 

Asimismo, en la calle principal de la colonia Lomas de Guadalupe, al poniente de la ciudad, atrás del cuartel de la Policía Preventiva Municipal, fue construido otro cuarto rosa y fue entregado a una pareja sin hijos. El cuarto permanece cerrado sin ser utilizado desde hace cuatro meses.

 

A unos 100 metros, pero ya en la colonia Rodolfo Neri Vela, hay otro cuarto rosa que según los vecinos fue construido hace 8 meses. En el terreno donde se ubicó sólo hay una choza de madera que está abandonada hace años. Los vecinos aseguran que se “benefició” a una familia que no vive allí.

EN ZONA DE RIESGO

 

En el otro extremo de la ciudad, del lado poniente, decenas de cuartos rosas fueron construidos en laderas de alto riesgo, y en algunos casos en colonias que no cuentan con servicios públicos, e igual, la mayoría de ellos están deshabitados.

 

En las colonias Villas Tlalmeca, Niños Héroes y Las Antenas se observan muchos de los cuartos en pequeños cerros y laderas.

 

Cecilia Alonso, de la colonia Villas Tlalmeca, fue beneficiada con un cuarto y reconoció que está conforme con su habitación, pero lo malo es que en su colonia no cuentan con drenaje ni agua entubada, porque la colonia no está regularizada.

 

Aún cuando está agradecida con su inclusión en el programa, dijo que tuvo que gastar “un dinero extra” para colocarle al cuarto una guarnición de concreto para reforzarlo.

 

En la misma zona, en una calle de la colonia Héroes de Guerrero que Protección Civil estatal declaró como zona de alto riesgo debido a que 2015 hubo un deslizamiento que afectó 11 viviendas, la Sedatu autorizó la construcción de otro de estos cuartos.

 

La habitación fue construida en una ladera, a unos ocho metros de donde hay varias viviendas a punto de caerse y hay una grieta en la calle. El pequeño cuarto se encuentra deshabitado desde que se lo entregaron a la familia beneficiaria, por el riesgo que implica utilizarlo.

Consultada respecto a la efectividad del programa para disminuir la violencia hacia las mujeres en el seno del hogar, la dirigente del Grupo Interdisciplinario para la Igualdad de la Mujer, Violeta Pino Girón, dijo que como en todos los programas gubernamentales, en los lineamientos se establece una cosa, pero cuando se implementan tienen beneficiarios distintos.

 

Explicó que en este caso no hubo la supervisión adecuada para verificar que realmente estos cuartos se entregaran a las familias que los necesitan.

Dijo que con ello no se retomó la problemática para la que se diseñó. Añadió que independientemente de que subyace la posibilidad de que el programa se haya diseñado en realidad para la desviación de recursos, “como cualquier programa de orden social”, tiene un manejo político-electoral, y no descartó que sea con miras a las elecciones del 2018.

Explicó asimismo que los beneficios de estos programas no llegan a quienes realmente lo necesitan porque, por otra parte, hay muchos gestores y gestoras alrededor de estos programas y que a través de ellos se escoge a los beneficiarios y que son éstos los que no respetan los lineamientos del programa.

 

“La idea del programa, efectivamente, es construir un cuarto para que lo habiten las niñas, pero de eso a concluir que con ese cuarto rosa disminuirá la violencia en contra de las niñas yo tengo mis dudas, porque la violencia se combate con políticas públicas que van más allá de ponerlas (a las mujeres) sólo en un espacio para pernoctar”, criticó.

Cuestionó que con estos cuartos posiblemente se les protege por las noches, mientras duermen, “pero y luego, por la mañana y durante el día, ¿qué sucede?, se preguntó.

 

Además, explicó que hay familias tan pobres en Guerrero que es seguro que el espacio lo van a utilizar para meter al resto de la familia “y estarán más hacinados porque no lo van a utilizar exclusivamente las niñas”.

 

Para la defensora de las mujeres, lo que hace falta son acciones reales de prevención y cambiar las causas culturales, como establecer las conductas de las mujeres y los hombres basadas en el respeto a los derechos.

 

“Habría que pensar en estrategias mucho más inteligentes, necesitamos algo más que ese tipo de acciones”, dijo.

con información de http://www.sinembargo.mx/15-08-2017/3285465

 

 

 

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