CIUDAD DE MÉXICO (apro). – La empresa minera Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, no cumplió con la entrega de 800 millones de pesos al fideicomiso creado para compensar los daños ambientales en los ríos Sonora y Bacanuchi tras el derrame de sulfato de cobre en agosto de 2014, informó la titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Blanca Mendoza.
En la conferencia presidencial matutina, la funcionaria explicó que cuando ocurrió aquel desastre ambiental, se creó un fideicomiso en el cual la empresa se comprometió a aportar 2 mil millones de pesos.
No obstante, tras analizar el manejo de esos recursos, se detectó que los trabajos se iniciaron con apenas 500 millones de pesos. Para el 2018, dicha figura se extinguió, cuando apenas se habían ejercido mil 200 millones, por lo que faltaron 800 millones de pesos de los comprometidos, revelaron las autoridades.
Mendoza agregó que la empresa de Grupo México hizo erogaciones por fuera del fideicomiso, pero eso no contó como parte del fideicomiso.
Por ello, señaló, la empresa Buenavista del Cobre “debe responder, asumir el compromiso de la reparación del daño”.
Sin dar detalles, la funcionaria aseguró que en la Profepa han hecho revisiones administrativas y están cruzando datos para ver en qué áreas más no cumplió la empresa filial de Grupo México.
Agregó que está pendiente la realización de monitoreos que debe hacer la empresa y presentar los informes correspondientes. Además, la Profepa va a inspeccionar una nueva presa en las mismas instalaciones de Buenavista del Cobre y de una más que cerró en 1998.
Ayer, Proceso publicó que, en el primer recorrido que realizaron por las comunidades que se encuentran en los márgenes de los ríos Sonora y Bacanuchi, funcionarios federales descubrieron que el gobierno de Enrique Peña Nieto ocultó un segundo derrame de tóxicos mineros, la existencia de más de mil enfermos “no reconocidos” en la zona, y que el agua de ese importante caudal sigue contaminada.
“Infiernos ambientales”
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo, recordó que en agosto de 2014 ocurrió “el peor desastre ambiental en la historia de México”, cuando fueron derramados 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulados sobre los ríos Sonora y Bacanuchi, que afectaron a unos 25 mil habitantes de distintos municipios de Sonora.
Detalló que, desde que llegó a la dependencia –tras la renuncia de Josefa González, el pasado 25 de mayo- ha acudido a ocho reuniones con habitantes de las comunidades afectadas por la minera.
También, adelantó que la próxima semana acudirá -en compañía del secretario de Salud, Jorge Alcocer- a los municipios de Hermosillo y Ures, para reunirse con los presidentes municipales y revisar los avances de la reparación del daño.
De paso, Toledo calificó de “infiernos ambientales”, las situaciones que se viven en entidades como Hidalgo, Jalisco y Guanajuato con niños con problemas de cáncer, con plomo en la sangre, enfermedades renales y más enfermedades, debido a desastres ambientales y contaminación de ríos provocados por empresas mineras y de la industria extractiva que han dañado comunidades en todo el país.