Yolanda Portugal Guzmán
Oaxaca, México.- Migrar es separarte de parte de los tuyos para buscar mejores oportunidades de vida, migrar es llevarte solo la imagen de tu terruño y tratar de no olvidarla, migrar es querer volver a penas te vas.
Oaxaca es un estado fragmentado, porque muchos de sus hijos se vieron en la necesidad de irse, de abandonar la sierra, dejar el maíz, las tlayudas el moles y crear nuevos lugares de convivencia.
Nuevos oaxaqueños nacieron en la CDMX, en Estados Unidos, ellos escucharon de sus padres el español, el zapoteco, el mixteco, crecieron llenándose de la cultura de USA por los ojos pero adoptando lo que es Oaxaca en el corazón.
Crecieron imaginando la sierra, el pueblo de papá y mamá, tal vez preguntándose como crecieron, por qué se fueron.
Unos desde hace pocos, otros ya traen a los nietos de esos migrantes, pero siguen volviendo, siguen realizando la paginación al terruño, a experimentar nuevas emociones, nuevas sensaciones, a encontrase con esa otra parte que solo sabían en sueños.
Se llevan un poco de Macuil, en el corazón, su orgullo por la tierra de sus padres la portan en sus playeras, en su español, en su basquetbol serrano, fuerte, lleno de garra.
Volver siempre será necesario.