Luis Velázquez | El Piñero
25 de agosto de 2021
El góber heredará un campo minado al sucesor(a). Su predecesor, claro, también se lo legó. Desde luego, también lo legaron 4 gobernadores más.
Veracruz, tierra de narcos.
La política de “abrazos y besos” para los barones de la droga, sin funcionar.
La política de saludar de mano a la señora madre de un capo, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, sin funcionar.
La Guardia Nacional y los soldados y los marinos y las policías combatiendo a los carteles y cartelitos, igual, igualito que en el Peñismo y el Felipismo, sin resultados.
Aquella política guinda y marrón (el presidente municipal de Coatzacoalcos) de hablar con los narcos para convencerlos de volverse hombres de bien, pura faramalla y pitorreo, ocurrencias sin sentido que hasta Dios y el diablo pueden castigar.
Las cacayacas de que tal o cual banda fue desvalijada y uno que otro sicario quedó preso y otros muertos en fuego cruzado, el espejismo, la venta de bisutería.
La jugosa plaza Veracruz, codiciada por todos, y que así, tal cual, y sin tener una bolita de cristal, será disputada hacia el año 2024 y seguirá por el resto del futuro sexenio.
La violencia con vientos huracanados, desbordada en todos los frentes, de igual manera como se repite, incluso, con mayor saña y barbarie, en otras latitudes geográficas del país, la república amorosa, la república de la purificación moral.
El estilo personal de ejercer el poder con “abrazos y besitos” ha quedado como una charada como también, y por ejemplo, estar repitiendo la frase bíblica de “amaos los unos a los otros”.
En Veracruz, desde el salinista Patricio Chirinos Calero, la violencia cuajando en tierra fértil.
Entonces, en cada sexenio y el bienio azul que vivimos, la palabra oficial de un Veracruz vuelto a la normalidad, totalmente devaluada.
Más, en un país donde el más doloroso pendiente social es la violencia. Y luego enseguida, la violencia doméstica con el desempleo, el peor jinete del Apocalipsis que cada vez, tiempo del COVID y la recesión, deja más jefes de familia con las manos en los bolsillos, y sin nada adentro.
Un campo minado demasiado pesado en un camino largo y extendido lleno de espinas y cardos, la herencia trágica, histórica, milenaria y bíblica.
LA MUERTE TIENE PERMISO…
El peligro, el riesgo, el infierno, ahí están. Se ignora si ahora más duros y rudos que antes. O menos.
Pero cuando a la violencia se añaden otros rostros como, por ejemplo, Veracruz en el primer lugar nacional en secuestros y extorsión y que el quinto lugar en feminicidios (más de dos años en lo más alto del ranking nacional), entonces, los días nublados son mucho peores.
Más, cuando el número de muertos por la violencia alterna con el número de muertos por el desastre epidemiológico enviado desde una provincia de China.
Muertos por los tiros y balazos y el fuego cruzado.
Muertos por el COVID.
Muertas por los feminicidios.
Muertos por los secuestros y desapariciones.
Muertos por las depresiones y los suicidios.
“La muerte, pues, tiene permiso” en la tierra jarocha.
Es, claro, el ritmo de la vida. Si hay vida hay muerte. Si hay alegría, también dolor y sufrimiento.
Pero si el coronavirus se fuera y también disminuyera de manera drástica la violencia, entonces, bien pudiera mirarse y sentirse a Veracruz como la tierra prometida, el paraíso terrenal, el jardín de los sueños.
Bastaría recordar un dato estremecedor: La violencia lleva treinta años en Veracruz. Y desde entonces, hay jóvenes de treinta años de edad para abajo, 25 años, 20 años, 15 años, etcétera, que toda su vida únicamente han conocido y oído platicar y leído en los medios y escuchado en casa la larga hilera de cadáveres colgando de puentes, flotando en los ríos, arrojados en las calles y avenidas y en las carreteras y en los caminos, tirados a pozos artesianos de agua dados de baja.
Un escenario demoledor para todos ellos.
La vida sufrida y padecida desde las sombras.
Un arma implacable en la formación humana.
Los días y los años, con el olor a pólvora y sangre.
ENSOMBRECIDO 2024
En el palenque público hay de hecho y derecho virtuales precandidatos amarrados para la candidatura a gobernador en el año 2024.
Por el lado de MORENA, la secretaria de Energía, Rocío N.
Y por el lado del PAN, el senador de la república, Julen N.
Ninguna duda de que con MORENA irán de aliados el PT y el PVEM.
Y con el PAN, el PRI y el PRD.
El Movimiento Ciudadano iría solo y únicamente con el senador Dante Delgado Alfonso Rannauro podría estremecer la voluntad ciudadana para remontar en las urnas, siempre y cuando trabaje desde ahora la plaza electoral.
Y si ya andan en la cancha pública como una posibilidad para quedarse con la silla embrujada del palacio, entonces, caray, sería interesante que en el momento oportuno se ocuparan de barajar su estrategia para combatir la delincuencia organizada.
Más, cuando el operativo es una gestión fallida, igual, igualito, que en el resto del país con gobiernos guinda, azul, rojo y naranja.