Luis Velázquez | Escenario
UNO. Trato personal de políticos
En el siglo pasado, cuando de pronto un político aparecía como nuevo rico sexenal, se justificaba con la misma explicación de todos:
“¡Me saqué el premio Mayor de la Lotería Nacional!”.
¡!Le pegué al Melate!”.
Enrique Peña Nieto, el presidente hipioso, trascendió en el palenque público de los nuevos ricos diciendo que sus bienes materiales habían sido herencia familiar. Incluso, regalazo de amigos.
Otros políticos aceptaban, o aceptan, que tienen insólitas facultades y atributos empresariales y les ha ido bien, siempre bien.
Ahora, y con la 4T, Amlo justifica de la siguiente manera a su hermano Martín Jesús López Obrador cuando el reportero Carlos Loret de Mola publicara que había recibido dinerito de David León, ex coordinador nacional de Protección civil:
“Fue un trato personal entre ellos y no una operación en favor de la campaña de Morena en Chiapas”.
DOS. 5 años sin ver a carnal
En el pueblo dicen que “cada quien tiene su manera de matar pulgas”. También suelen decir que “cada maestrito trae su librito”.
Por el momento, Loret de Mola, despedido de Televisa de noticiero matutino estelar por órdenes superiores según el trascendido, trasmitió videos de par de hermanos de Amlo.
El primero, Pío. Y el segundo, Martín Jesús, siempre ligados a David León.
Amlo ha marcado distancia kilométrica de Martín. Tiene, dijo, cinco años que no lo ve.
Ta’gueno.
TRES. El hermano incómodo…
Raúl Salinas de Gortari fue bautizado como “El hermano incómodo” por el semanario Proceso para definir al hermano del presidente Carlos Salinas.
Incluso, Ernesto Zedillo lo encarceló acusado del asesinato intelectual de su ex cuñado, José Francisco Ruiz Massieu, a la sazón, secretario General del CEN del PRI, y luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
El propio Zedillo tenía hermano incómodo que hasta casitas Infonavit construía.
Otro hermano incómodo de un presidente de la república fue Maximino Avila Camacho, hermano de Manuel Avila Camacho, y cuya fama era que en estado de ebriedad solía encaramarse en la espalda de los invitados a una comelitona y a quienes ordenaba que relincharan como caballos y pasearan entre los comensales.
Porfirio Díaz Mori tuvo un hijo incómodo. Porfirito, a quien el gabinete legal y ampliado le concesionaba la obra pública.
Benito Juárez tuvo tres yernos incómodos y a quienes encumbró en cargos públicos y con salarios jugosos viviendo todos en Palacio Nacional.
CUATRO. No hacer cosas buenas…
Según Amlo, el dinerito para su hermano Martín Jesús “fue asunto personal y lo están convirtiendo en un asunto político”.
Pero, bueno, con todo y que así fuera, la conseja popular es clara, concreta, específica y maciza.
“Nunca hagas cosas buenas… que parezcan malas”.
Sobre todo, primero, cuando David León era funcionario público.
Segundo, cuando de por medio estaba la campaña presidencial.
Tercero, cuando eres hermano de Amlo.
Y cuarto, cuando Morena y la 4T predican la purificación moral y la honestidad valiente en la cancha pública.
CINCO. Familiares incómodos
Los hermanos y los hijos y los primos y los tíos y los cuñados y los suegros incómodos siempre han existido y seguirán existiendo con todo y 4T.
Pero si la purificación moral es tan sólida y grande y ambiciosa, entonces, caray, desde Palacio Nacional ha de asestarse manotazo canijo para evitar, hasta donde sea posible, que un hermano solicite préstamo, ajá, a un político.
Más, mucho más, cuando David León, todo indica, filmó el video con Pío y con Martín Jesús, de igual modo que Carlos Salinas filmó el video del playboy argentino, Carlos Ahumada, dando aquella lanita a René Bejarano, entonces, secretario particular de Amlo como jefe de Gobierno en la Ciudad de México.