Yolanda Portugal│Misión Especial
Ciudad Ixtepec, Oaxaca. – Frente a un cerdo destazado, que significa la base de su economía familiar, Miguel Antonio Martínez y Hilda Alfonso Zarate, ambos de 71 años, dicen con voz firme: “el terremoto nos acabó”.
Sin dejar de trabajar afirman que con ahorros, dinero de sus hijos, préstamos y vendiendo todo lo que sobrevivió y con el poco apoyo del gobierno construyeron la mitad de su casa.
Detallan que la ayuda del gobierno sólo alcanzó para los cimientos y uno que otro castillo, que en medio de la tragedia, ellos comenzaron a construir, encontrándose con obstáculos como el alza en los materiales, de 80 pesos un bulto de cemento, ahora cuesta hasta 160, la varilla de 17 mil a 20 mil, acciones que retrasaron o impidieron levantar una nueva casa.
Doña Hilda afirma que sus hijos la ayudan cuando pueden, y quienes están a la espera de que les llegue su aguinaldo para que le compren un refrigerador y una estufa que necesitan para calmar sus necesidades alimentarias.
Precisaron que ellos volvieron a su casa luego de cuatro meses, sin embargo, nada ha vuelto ser igual, pese a ello, ambos trabajan todos los días para salir adelante y alcanzar la normalidad que perdieron hacer 365 días.