Redacción EL PIÑERO
Loma Bonita, Oaxaca.- Hay en el Hospital Comunitario de esta ciudad piñera un foco de muerte que se mantiene encendido ante las innumerables necesidades que padece. Enfermos van y vienen, y otros más solo esperan el deceso como voluntad del destino ante la agonía.
Tan solo en la última semana de lo que va de este mes de julio, se han registrado cuatro lamentables decesos, cuyos casos, en su mayoría, han padecido de la ausencia de herramientas elementales para defender la vida.
Aunque existe personal calificado, el hospital carece de más elementos que puedan reforzar la plantilla de auxilio, aunado a la ausencia de aparatos y medicinas que abonen al progreso de la salud, pues muchos enfermos han quedado en espera de material y apoyo para lograr una buena recuperación.
Desafortunadamente, existen casos que han derivado en cuestionables muertes, de las cuales solo se suman como simple estadística de esa terrible omisión de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
LA MUERTE DE JUAN ARTURO
En fecha reciente, Juan Arturo Alacio Villa, de 59 años, esperó la muerte a ras de una cama del hospital comunitario. Aunque él y su familia luchó para sumar días a la vida, el auxilio oportuno nunca se logró.
Juan Arturo llegó al hospital presentando un grave problema cerebral. Fue atendido cabalmente, pero debido a las complicaciones que le resultaron, su estancia se prolongó.
El personal del hospital comunitario, en afán de luchar por su vida, intentó trasladarlo a otros hospitales públicos de la república mexicana, pero todos lo rechazaron argumentando sobrecupo y falta de personal.
Es por ello que su familia acudió a la ciudad de Oaxaca para solicitar al gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, su ayuda. Al saber de la situación, el mandatario de inmediato ordenó a su secretario particular, Armando López Mendicuti “El Canelo”, atender el caso a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Desafortunadamente, informó la familia de Juan Arturo, el titular de esa dependencia, Juan Díaz Pimentel, nunca atendió su petición. Y el caso se enredó en un proceso burocrático que nunca tuvo resultados favorables, quedando en el aire el grito de auxilio.
Luego de 15 días de permanecer intacto en el hospital comunitario, Juan Arturo lamentablemente falleció. Esperó el rescate que nunca llegó y su vida se incluyó en las desgracias que la sociedad registra en los espacios públicos al no poder acceder al rescate privado.
Juan Arturo Alacio Villa era un activo ciudadano que plasmó parte de su vida en los juegos mecánicos que rentaba en el parque Juárez de esta ciudad.
Al igual que Juan Arturo, un niño de apenas un año de edad corrió con la misma suerte en esta semana. Su deceso, a decir de familiares, se originó debido a una complicación en el corazón. Era residente de Desaparramedero y la única alternativa de auxilio que tenía fue el hospital comunitario que, pese a la titánica labor de médicos, que trabajan con lo que se tiene, no pudo salvarle la vida.
Así, entre la aguda carencia de aparatos médicos y medicinas, el hospital de este municipio se acredita como una tumba de enfermos y necesidades que no son solventadas por ninguna orden de gobierno.