Luis Velázquez | El Piñero
ESCALERAS: Al presidente Amlo quedan 3 años y medio para cumplir su profecía. Aquella cuando antes de tomar posesión aseguraba que “al terminar su gobierno ya no habría migración del campo a las ciudades o a Estados Unidos” según describe Roger Bartra en su último libro, “Regreso a la jaula, el fracaso de López Obrador”, editorial Debate.
Mucho se duda la profecía se cumpla. Ahora mismo, cada semana hay montón de paisanos de Veracruz cargando la mochila al hombro con 2, 3 muditas de ropa para volverse migrantes, muchos, claro, en las ciudades urbanas de la entidad jarocha, pero los más, al vecino país.
PASAMANOS: La migración de México a EU inició y/o se formalizó con Porfirio Díaz Mori. Fue cuando el gobierno de EU construyó el ferrocarril hacia la frontera norte.
Entonces, miles de mexicanos partieron a la llamada “tierra prometida”.
A partir de la fecha, tomó auge. Quizá, fue puesto en el carril político, social y mediático.
Y poco a poco fue creciendo.
Incluso, en el camino, un presidente, Gustavo Díaz Ordaz, deseando librarse de Carlos Alberto Madrazo, el rijoso tabasqueño presidente del CEN del PRI, lo acusó de traficar con permisos de ilegales para encarcelarlo.
Nunca pudo y tiempo después, Madrazo moría, con su esposa, en un raro y extraño accidente aéreo.
CORREDORES: La migración también es de los pueblos indígenas y rurales a las ciudades urbanas.
En el sexenio de Carlos Salinas, Carlos Hank González fue nombrado Regente en la Ciudad de México. Entonces, lanzó primero frase bíblica de que “únicamente los valientes migran al Distrito Federal”.
Luego, lanzó cancioncita popular advirtiendo del riesgo de migrar a la metrópoli más grande del planeta.
Después, lanzó la película “El Mil Usos” con Héctor Suárez para pitorrearse de un migrante buscando el paraíso celestial en la Ciudad de México.
Quería así desalentar la migración…
BALCONES: Del año 1900 al 2021 han transcurrido ciento veintiún años y nunca la migración ha bajado.
Ni siquiera, digamos, en el presunto mejor de los tiempos cuando José López Portillo decía que en los 5 continentes nos tenían envidia porque éramos ya país del primer mundo ni cuando Carlos Salinas festinando su Tratado de Libre Comercio.
PASILLOS: Hay migración por el fracaso de la errática política económica federal y en cada entidad federativa.
Las elites gobernantes han sido incapaces en el pasado y el presente de alentar la creación de empleos en las regiones indígenas, rurales, obreras y de clase media y alta.
Y, bueno, cuando el desempleo se multiplica y el hambre de los hijos, la pareja y los abuelos se recrudece, entonces, la única salida posible (y que parece) es la migración, más que a las ciudades del interior del país, a Estados Unidos.
VENTANAS: En las ciudades urbanas hay migración indígena, campesina y obrera. Y todos, sin excepción, se han ido ubicando en las colonias proletarias, incluso, invadiendo terrenos y creando nuevos centros de población.
Todos, sin servicios públicos. Todos, abriendo pozos artesianos de agua. Y agua contaminada. Todos, viviendo “en la quinta pregunta”. Jodidos. En la miseria. Y la pobreza.
Y si de hecho y derecho estamos en el tercer año del obradorismo, ninguna posibilidad hay de cumplirse la profecía de que hacia finales del año 2024 “no habría migración del campo a las ciudades y Estados Unidos”.
El primer presidente tabasqueño vendió demasiadas esperanzas. Esta noche, varios chicos del pueblo partirán a Estados Unidos y dejarán a madres y hermanas llorando “a moco tendido”.
Caray, migrar a EU para tener un empleo…