En la mayoría de casos la intoxicación se debe a la exposición a ambientes o manejo de objetos contaminados
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) invitaron a los padres de familia a que revisen los juguetes que regalan a sus hijos porque se espera un incremento de hasta cuatro mil 500 atenciones diarias en las salas de urgencias por intoxicaciones con plomo por la pintura de los juguetes, asfixia por tragar piezas pequeñas y traumatismos.
La intoxicación por plomo puede ocasionar en las personas problemas de comportamiento, falta de atención, bajo rendimiento escolar, agresividad, estreñimiento, anemia, dolor y cólicos abdominales, pérdida de la audición, dificultad para dormir, irritabilidad, dolores de cabeza y daño renal, entre otra afecciones.
En la mayoría de casos, en especial en los pequeños, la intoxicación se debe a la exposición a ambientes o manejo de objetos contaminados. Los residuos se acumulan poco a poco en el organismo y causa daños en diferentes partes del cuerpo, principalmente en el cerebro, por lo que puede provocar discapacidad mental.
Los niños que sobreviven a una intoxicación grave pueden padecer diversas secuelas, como retraso mental o trastornos del comportamiento. Se ha comprobado además que en niveles de exposición más débiles sin síntomas evidentes, antes considerados exentos de riesgo, el plomo puede provocar alteraciones muy diversas en varios sistemas del organismo humano.
En los niños afecta, en particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción del cociente intelectual, cambios de comportamiento –por ejemplo, disminución de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales– y un menor rendimiento escolar. La exposición al plomo también puede causar anemia, hipertensión, disfunción renal, inmunotoxicidad y toxicidad reproductiva. Se cree que los efectos neurológicos y conductuales asociados a la exposición crónica al plomo son irreversibles.
No existe un nivel de concentración de plomo en sangre que pueda considerase exento de riesgo. Sí se ha confirmado, en cambio, que cuanto mayor es el nivel de exposición a este metal, más aumentan la diversidad y la gravedad de los síntomas y efectos a él asociados. Incluso las concentraciones en sangre que no superan los 5 µg/dl –nivel hasta hace poco considerado seguro– pueden entrañar una disminución de la inteligencia del niño, así como problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje.
El diagnóstico suele ser difícil ya que el cuadro clínico es sutil y los síntomas inespecíficos, pero generalmente, se realiza por mediciones de plomo en sangre y concentraciones de cinc-protoporfirina. El Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomienda intervención profesional en concentraciones mayores de 5 µg/dL y 10 µg/dL de plomo en sangre en niños y adultos, respectivamente.
La intoxicación por plomo es un problema de salud pública que amerita la atención adecuada de todos los sectores de la sociedad, especialmente porque los efectos en los niños ocurren con concentraciones de plomo menores que en los adultos
Con información de eluniversal.com.mx