Por: Roberto Polo Hernández
Tuxtepec, Oaxaca. — De manera repentina, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) reventó el debate presidencial municipal, argumentando que solo tenía acordadas dos horas de transmisión con la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV), situación que desató críticas y la condena púbica por parte de los candidatos asistentes.
Lo anterior, de acuerdo a los candidatos que mostraron su enojo, exhibió una total desorganización del IEEPCO al no establecer, de manera precisa, los tiempos para llevar a cabo y plenamente el único debate que candidatos a la presidencia municipal de esta ciudad tendrán de cara a los comicios del primero de julio.
Y es que cuando turnaban dos rondas consistentes en réplicas y temas libres, estas ya no fueron realizadas porque la CORTV había agotado el tiempo que definió previamente con el IEEPCO que fue de tan solo dos horas, finalizando la transmisión de manera abrupta y ante la sorpresa de los candidatos y medios de comunicación que daban cobertura al evento.
Frente a la pifia, todos los candidatos, de manera inmediata e insistente, mostraron su enojo y culparon a esa instancia electoral de enrarecer y violentar el proceso, pues atribuyeron a su desorganización la falta de profesionalismo y respeto hacia un evento democrático de vital importancia para la vida política y social de esta ciudad del norte del estado.
Bajo esa premisa, Alberto Chávez, candidato independiente, señaló que él fue el primero en percatarse de que hacían falta participaciones en el debate, es por ello –dijo—alzó la mano para señalar que faltaban rondas y por lo tanto no se podía concluir el debate. “Qué mala organización del Instituto Estatal Electoral, es una falta de respeto para el pueblo de Tuxtepec y para la prensa local”, atizó.
De su lado, José Soto Martínez, candidato de la coalición “Por México al Frente”, condenó que el IEEPCO los haya convocado para iniciar un debate sin poder concluirlo. “Entonces para que nos llaman (…) tan mal organizado estuvo que no se escuchaba lo que preguntaban”, refirió.
Por su parte Andrés Santiago Parada, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), estableció que “nos quitaron la inspiración porque estaba muy bueno el debate que al final recayó y no se obtuvo el resultado que la ciudadanía quería; faltó saber quienes tenían esa cola que les pisen, es lo que al último se esperaba”, agregó.
Mientras que para Miguel Ángel Grajales, candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el debate fue violentado por el IEEPCO, instancia a la cual acusó de forzar la democracia con un formato que se estableció para coartar la libertad de expresión. “No nos pueden coartar la libertad de palabra, y hoy en Tuxtepec nos la coartaron a todos los candidatos; nosotros acudimos a una institución que tiene que estar sólida y hoy, ya no está sólida”, precisó.
En tanto Fernando Bautista Dávila, candidato del partido Nueva Alianza, reprochó que la transmisión se haya establecido con la CORTV y no con los medios locales, pues lo que se generó fue una falta de respeto al pueblo de Tuxtepec. “Si COR TV solo tenía un cierto tiempo no lo hubieran hecho con ellos, lo hubiéramos hecho con los medios locales (…) faltó una réplica, un tema libre y la despedida”, asentó.
En medio de las arengas y con documento en mano, Carlos Hampshire Andrade, candidato del Partido Unidad Popular (PUP), reprendió el fallido debate y se dijo inconforme con la actuación del IEEPCO, dependencia que será la encargada de vigilar los votos. “Resulta que la instancia que señalará quien será el próximo presidente tiene esa incapacidad y descoordinación, no solo con nosotros sino con los consejeros y ciudadanos; sufrimos en primer lugar el corte de la luz y ahora sufrimos porque nos cortaron el debate (…) no se respetó la convocatoria y se violentó la Ley”, arguyó.
Así entre una serie de acusaciones y con los ánimos caldeados por el desordenado evento, cada uno de los candidatos fue saliendo del recinto “democrático” para internarse con sus grupos de simpatizantes que los esperaron y que, con gesto civilizado, partieron en caravana hacia sus respectivos destinos.