Por: Carlos Tirado
Ciudad Ixtepec, Oaxaca.- Por espacio de una hora y media el maestro Cuauhtémoc López Guzmán mantuvo a los alumnos y docentes de la Normal Urbana Federal del Istmo pendientes de sus palabras, cautivados por la manera de decir y plantear la motivación a leer y adentrarse en mundos desconocidos y viajar con la imaginación, a través de la literatura; invitando a los presentes de la conferencia magistral con el tema “La lectura y la animación a la lectura” a privilegiar leer libros como un deleite y no como una obligación.
Sabemos que los jóvenes de hoy, más acostumbrados a utilizar las nuevas tecnologías, más enajenados quizá por las redes sociales, se olvidan de los libros que no solo son la puerta a un mundo del conocimiento, sino que son puertas abiertas para entrar a mundos increíbles, fascinantes, creando con la imaginación personajes y nuevos mundos de oportunidades para entretejer lo ficticio y la realidad y llenar nuestras vidas de buenos pensamientos y crecer en la espiritualidad.
El maestro Cuauhtémoc López Guzmán es un gran lector y cuentacuentos, que desde el inicio de su charla, cautivó a toda la audiencia que se mostró entretenida, encontrando tan interesante su manera de contar las cosas que el tiempo pasó sin que nadie dejara la sala audiovisual que se vio llena de jóvenes entusiasmados, contagiados del ánimo y el buen humor del maestro que mencionaba: “Para soñar no hay que cerrar los ojos, hay que leer, la lectura no conlleva finalidades de utilidad, aunque de forma indirecta enseña geografía, historia, ética, psicología y muchas otras materias, La lectura es para el deleite y la elevación espiritual. La lectura exige la suspensión momentánea de nuestra incredulidad que termina al concluir la lectura, para acceder a esta mezcla de realidad y ficción que llamamos literatura”.
La lectura, dijo, es una forma de expandir nuestro mundo y nuestras experiencias. Es como ponernos una lente de aumento, que nos muestra cosas que no sabíamos estaban allí, que nos emocionan, nos satisfacen, que nos llenan de esperanzas y nostalgia.
“Nos muestra un mundo de dimensiones ocultas, de significados infinitos que golpean nuestra sensibilidad, ensanchan nuestra visión y nos hacen mejores seres humanos. Después de un buen libro, maduramos, crecemos espiritualmente. Parafraseando a Neruda podemos decir que después de una buena lectura, lo mismo que después de un gran amor, nosotros los de entonces ya no somos los mismos.”
La lectura nos ayuda a reflexionar sobre el sentido de la existencia, a conocernos mejor a nosotros mismos, a ampliar nuestro horizonte, a enriquecer nuestro vocabulario, a alimentar nuestros sueños, a ubicarnos en el tiempo y en el espacio, en otros tiempos y otros espacios.
Leer es viajar, es volar sin alas, para dejar este mundo, e ir en busca de otros, reales o irreales, posibles e imposibles, habidos y por haber.
La lectura es el corazón del aprendizaje, y puerta abierta al conocimiento del mundo y de la vida, de todos sus matices, desde los más atroces, hasta los más admirables.
“Contar cuentos o leer en voz alta, puede ser una actividad que forme un buen hábito, que el niño vea al libro como un objeto de deseo (como de un pastel, un juguete o como un hombre a una mujer) como algo que se desea para estar con él a solas”.