*La nueva generación de políticos piden espacios a los viejos “dinosaurios” que mantienen secuestrado al Partido Revolucionario Institucional.
Redacción del Piñero/Corresponsalía
Tuxtepec, Oaxaca.- Con la designación de Manuel Rodríguez Rodríguez como delegado del PRI en esta Ciudad y con el nombramiento del “Yuki” Francisco Samuel Hernández Oropeza como presidente del Consejo Político del Partido Revolucionario Institucional, el divisionismo es inminente, pues a decir de militantes que prefieren omitir sus nombres por temor a más represalias y a ser relegados aún más por estos personajes que pretenden retomar el control del tricolor, los “dinosaurios” al interior no quieren no quieren soltar “el hueso” ni quieren abrir paso a la nueva generación de políticos.
Detrás de los dos personajes antes nombrados se encuentra nada más y nada menos que el ex Presidente Municipal Antonio Sacre Rangel, quién aún enfrenta auditorias por presuntos malos manejos de dinero en el trienio anterior, y es precisamente quién tiene la mayor antipatía entre los tuxtepecanos, algo que al PRI no le viene nada bien a un año de las elecciones, ya que todo lo que “huela”, “apeste” o sea cercano a Sacre pierde popularidad en un segundo con sólo mencionar su nombre.
Con esto, personajes jóvenes con un nuevo perfil en la política y que tienen la posibilidad de cambiar la cara desgastada del partido, podrían ser desplazados por Sacre y compañía, así que quienes luchan por transformar al partido y al entorno en que vivimos podrían quedarse en el intento, ya que el viejo PRI con el antiguo sistema del dedazo y la imposición buscan arraigarse rumbo al 2018.
La alternancia para el PRI es buena siempre y cuando se respete el proceso democrático, de lo contrario pugnan por la continuidad basado en el trabajo y en la confianza que la militancia y sociedad le dan a las nuevas caras del PRI, más no a los viejos personajes que ya han ocupado cargos de elección popular y que es probable lleven a una derrota más a este partido político.