* Y lo hacen por una simple y sencilla razón, hoy más que nunca los recursos de las participaciones federales y estatales en los diferentes ramos y la mezcla de recursos, están en los municipios.
* Muchos de estos agitadores y golpeadores al servicio del mejor postor, aparecen desde hace años en las nóminas, no tan confidenciales, de diversas dependencias del Gobierno del Estado.
Oaxaca.- Genialmente perversos como son los dirigentes estatales y municipales de las mafias cupulares de la partidocracia, se disputan a muerte el poder y el dinero en los 570 municipios de Oaxaca.
De manera especial lo hacen al lado de políticos de toda laya, indiólogos y, ahora, hasta “porros” en los 417 municipios que se rigen por Sistemas Normativos Indígenas antes Usos y Costumbres.
Dirigidos por Salvador Hernández Bustamante “El Chava Taquero”, porros de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), manipulan a habitantes de Santiago Choapam.
Recientemente tomaron los accesos de Ciudad Administrativa y se enfrentaron violentamente a los trabajadores, quienes salieron entre golpes y empellones tras ser retenidos por varias horas.
Para apoderarse de los recursos, los manifestantes demandan el nombramiento del Consejo Municipal de Administración y la destitución del administrador de la comunidad, Misael Cruz.
Especial papel protagónico nefasto juegan los dirigentes de organizaciones vinculadas a grupos armados radicales de izquierda, al crimen organizado, al narcotráfico y a los ex gobernadores.
Algunas de estas organizaciones radicales tienen fuertes nexos con los principales actores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el gobierno de la Cuarta Transformación.
Es por demás público y notorio, por las evidencias de todos conocidas, las acciones subversivas y desestabilizadoras de Adelfo Regino, Salomón Jara, Flavio Sosa y Benjamín Robles, entre otros.
Estos altos funcionarios y representantes populares federales, así como los dirigentes sociales al igual que los “porros” que actúan como mercenarios cuentan con el apoyo de los gobiernos.
Muchos de estos agitadores y golpeadores al servicio del mejor postor aparecen desde hace años en las nóminas, no tan confidenciales, de diversas dependencias del Gobierno del Estado.
Forma parte de un preocupante y riesgoso proceso de manipuleo político-económico-religioso, resultante de la creciente descomposición y prostitución de la célula básica del Estado-nación.
Para nadie es desconocida la activa participación en los conflictos prefabricados en diversas regiones del estado de sacerdotes como el Padre Uvi, Arturo Lona Reyes o el propio Solalinde.
Y lo hacen por una simple y sencilla razón, hoy más que nunca los recursos de las participaciones federales y estatales en los diferentes ramos y la mezcla de recursos, están en los municipios.
Este proceso de degradación político-social es causa de frecuentes actos de brutal violencia con graves consecuencias en enfrentamientos fratricidas, con elevados saldos de muertos y heridos.
La sangre de los justos e inocentes, ingenuos o ilusos que creen en la mala leche de sus dirigentes, bañan con su sangre las ocho regiones del estado, a lo largo y ancho del territorio oaxaqueño.
Ahí están los prefabricados conflictos de índole político-electoral o bien, de carácter social en Santiago Xanica, San Francisco del Mar, Juchitán de Zaragoza y San José del Progreso Ocotlán.
Santiago Astata, Tlaxiaco, Juxtlahuaca, San Juan Lalana, San Juan Cotzocón, San Miguel Soyaltepec, San Felipe Jalapa de Díaz, San Pedro Ixcatlán, San José Independencia y Santiago Jocotepec.
Los conflictos en estos municipios no se dan por generación espontánea ni azares del destino, son fruto de su estratégica ubicación geográfica en la ruta del tráfico de drogas, armas y migrantes.
Esta información la sabía y la tenía ampliamente documentada la mafia del poder del PRIAN-PRD con la participación de gobernantes, políticos y empresarios de esas filiaciones política-electorales.
Con la aplastante derrota de la vieja mafia del poder, esa información, con participación de gobernantes, políticos y empresarios de Morena, la sabe y tiene Andrés Manuel López Obrador.
Que nadie se sorprenda ni se llame a engaño, los presidentes y gobernadores conocen bien a bien la identidad de la mano negra de quiénes mecen la cuna de la violencia política y criminal.
En consecuencia, a pesar de ser detectados anticipadamente, los conflictos se dejan crecer para ser administrados en Oaxaca y en México, porque gobernantes y funcionarios, son cómplices.
Los gobernantes y funcionarios en turno, generalmente utilizan a los dirigentes y “porros” como sicarios para crear conflictos y de esta manera golpear a sus adversarios o enemigos políticos.
La perversa maniobra tiene como objetivo aparecer como los resolutores de dichos conflictos, prefabricados con mayor razón durante las épocas prelectorales para sabotear candidaturas.
@efektoaguila