Carolina Mejía | Redacción El Piñero
Mariano y Begai Santiago Hipólito son dos rostros de la migración causada por la pobreza y la falta de oportunidad para sobresalir en sectores productivos como el campo y la agricultura; para tener algo más que lo indispensable para “vivir al día” en la región del Papaloapan, en Oaxaca. Hoy sus historias han trascendido lo local luego de ser víctimas de la ruta emprendida hacia Estados Unidos en el funesto tráiler abandonado en San Antonio, Texas, hallado el lunes 27 de junio con al menos 53 migrantes muertos: 27 mexicanos; entre ellos dos oaxaqueños. Mientras Mariano penosamente perdió la vida, Begai se encuentra todavía hospitalizado en aquel país.
Los hermanos decidieron desplazarse la primera vez de su natal comunidad Piedra de Azúcar, San Felipe Usila, a la ciudad de Tuxtepec donde se dedicaron a la albañilería y formaron sus hogares; posteriormente decidieron volver a emigrar, pero ahora a Norcross, Georgia, Estados Unidos, en su afán de ofrecer una mejor vida a sus familias sin imaginar que al menos uno de ellos, ya no podría lograrlo: Mariano de 32 años, quien necesitaba 120 mil pesos para el tratamiento de su esposa.
El municipio del que emigraron por primera vez los hermanos Santiago se llama San Felipe Usila, localizado al norte del estado. Es una villa más de 12 mil habitantes según el Censo Nacional de Población del 2020, de los cuales el 88.4% son hablantes de lengua indígena, mayoritariamente el chinanteco. Este municipio goza de fama por sus textiles y platillos, particularmente por el Caldo de Piedra, pero irónicamente, como muchos pueblos de Oaxaca, carece de acceso pleno a la alimentación. De acuerdo con el Coneval (2020) aparte de dicha carencia alimentaria, San Felipe Usila adolece de acceso a los servicios básicos en viviendas y seguridad social; un 46% de la población vive en extrema pobreza y un 45.7% en pobreza moderada.
El 58.4 % de hombres se dedican mayoritariamente al cultivo de maíz y frijol, otras actividades agrícolas, pecuarias y al comercio, con ingresos inestables, situación que coloca en desventaja y desesperación principalmente a los “jefes” de las familias orillándolos a migrar. Es de mencionar que un fenómeno interesante es el incremento del dinero que reciben por remesas en Usila. Y es que por remesas las familias usileñas generaron ingresos económicos en el primer trimestre del presente año de más de 20 millones de pesos según información del Banco de México (2022).
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador en la habitual Conferencia Mañanera de Palacio Nacional, lamentó el martes 28 de junio la “tremenda desgracia” de los migrantes muertos por asfixia: “estos hechos lamentables que tienen que ver con situación de pobreza, de desesperación, de hermanos centroamericanos y mexicanos, suceden porque también hay tráfico de personas y falta de controles, en este caso de la frontera de México-Estados Unidos y al interior de Estados Unidos”, señaló.
Los hermanos usileños hoy afectados por buscar el “sueño norteamericano” invirtieron dinero que no tenían y pidieron prestado, después recorrieron casi 1,500 kilómetros en menos de 9 días trasladándose en autobuses, vehículos y finalmente el tráiler que los llevaría a su cruel destino hasta el estado norteamericano de Texas.
Familiares y conocidos de Mariano y Begaito consultados por El Piñero Periodismo y Debate compartieron abiertamente sus historias, con todo el dolor que les ha dejado este inesperado e infausto pasaje en sus vidas.
María Antonia Torres Morales y Luz Estrella Cuevas Remolino, indicaron que recibieron la confirmación de que sus conyugues se enumeraban entre las víctimas de San Antonio; el consulado logró la identificación de los hermanos a través de su identificación oficial. Begai se encuentra muy grave de salud al sufrir daños por asfixia.
“…hoy lo estoy viviendo yo, y es un dolor muy fuerte, un dolor que no lo deseo a nadie, porque no saber de tu familia; el no saber de tu esposo te consume por dentro. Tengo la confianza en dios que va a estar bien (…) pero sí quisiera saber, ver a mi esposo, verlo como esta”, cuenta María Antonia sobre su esposo convaleciente; ella desde hace varios años prepara y vende tamales regionales para ganar algo de dinero.
Por su parte, Luz Estrella nos platicó que dijo a su marido que no se fuera, ahora su pequeña hija le pide “que yo no llore… porque cree que su papá está vivo, pero está muerto”, compartió entre lágrimas.
Él se fue para mejorar las condiciones de vida de sus dos hijos de 4 y 3 años, con la promesa de regresar en 2 años. Sin embargo, a Mariano también lo aquejaba la enfermedad de su esposa quien necesita dos operaciones y un tratamiento médico de 120 mil pesos para vivir.
Mariano arriesgó su vida porque no quería perder a su esposa; sus acciones fueron una muestra de amor a su esposa, ella no tiene culpa pues este viaje peligroso fue decisión de él, reveló Norma Hipólito, tía del hoy finado.
En el caso de María, esposa de Begai, contó que su esposo juntó dinero prestado para viajar y que intentó cruzar infructuosamente tres veces la frontera; en este reciente intento fue víctima de la terrible travesía. Ellos llevaban 8 años de casados y tienen dos hijos, una joven que cursa la preparatoria y un niño que ingresará a la primaria. María se expresa sumamente preocupada por su esposo, y reitera “él se fue con el sueño de progresar, de tener mejores condiciones económicas con las cuales mantener a su familia y a sus hijos”.
Ambas mujeres resaltaron que no cuentan con recursos para acudir a Texas y reconocer uno de los cuerpos, tampoco cuentan con dinero para el tratamiento médico del que quedó con vida, ni para regresarlos a Tuxtepec.
Hasta el viernes 1 de julio, tanto la red consular, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) y en Oaxaca el Instituto Oaxaqueño de Atención al migrante IOAM, reiteraron su apoyo a todas las familias de los migrantes que continúan sin ser identificados y quienes están hospitalizados para que sus familias tengan contacto con ellos y puedan repatriarlos o, en su caso, trasladar los cuerpos hasta su comunidad de origen.
El caso de los hermanos usileños, y otros 65 migrantes -mexicanos y de otras nacionales- que viajaban en el citado remolque, visibiliza de nuevo el fenómeno de la migración en América latina, provocado por la pobreza y un robusto sistema de corrupción y tráfico de personas.
