Luis Velázquez | El Piñero
24 de agosto de 2021
ESCALERAS: El infierno en Veracruz para los migrantes de América Central (Honduras, San Salvador y Guatemala), el peor de la república amorosa, es puesto de nuevo en la cancha pública. Lo hace, otra vez, el activista Rubén Figueroa, coordinador del Movimiento Migratorio Mesoamericano en el sur/sureste del país.
Uno. En el tiempo de la 4T, alarmante incremento de secuestros en Veracruz y en los tramos de las vías entre Coatzacoalcos y Tierra Blanca.
Dos. Los malandros (sean carteles, cartelitos, Maras, polleros y/o delincuencia común), plagian a los indocumentados y los agarran a madrazo limpio y los golpean y los vejan… y al mismo tiempo, filman cada paso de la violencia.
PASAMANOS: Tres. Luego, exigen con violencia a cada migrante las direcciones de sus familiares y les envían los videos como una estrategia para presionar a sus padres, esposas, tíos, primos, etcétera, para que se apuren a juntar el dinero del rescate a las bandas operando en el estado de Veracruz.
Cuatro. En muchos casos, quizá la mayoría, los ilegales son personas de bajos recursos, en la miseria y la pobreza, y entonces, han de salir a la calle a pedir ayuda para juntar el pago del rescate.
Cinco. Incluso, los familiares tocan las puertas de los reporteros para que les ayuden a solicitar el respaldo ciudadano.
CORREDORES: Seis. Las bandas contra los migrantes exigen entre dos mil a tres mil dólares por persona para dejarlos en libertad.
Siete. En tanto, los malandros retienen a los migrantes escondidos en las cuevas de los cerros, en el monte en casas improvisadas de seguridad, incluso, amontonados bajo los árboles y entre cañaverales. Y por lo regular, siempre en despoblado cerca de las vías del tren.
Ocho. El gobierno de Guatemala lanzó un comunicado de prensa en facebook describiendo información sobre ilegales de Guatemala y Honduras detenidos en el estado de Veracruz.
BALCONES: Nueve. Además de los malosos, los policías municipales también suelen detener, amedrentar, acalambrar y hostilizar a los migrantes para una extorsión.
Por ejemplo, una cubana, Yolainde, denunció, dice Rubén Figueroa, que “le robaron más de trescientos dólares y le metieron la mano en sus partes íntimas para buscar más dinero”. (crónica de Ignacio Carvajal García)
Diez. Y aun cuando la secretaría de Seguridad Pública ha intervenido para rescatar a migrantes, el terror y el horror, el pánico y el miedo, y el agravio a los derechos humanos de los migrantes y las personas continúa descarrilado en Veracruz.
PASILLOS: Rubén Figueroa es un activista con muchísimos años en el frente de batalla. El mismo fue migrante a Estados Unidos y víctima de tantos atropellos. Su biografía pública es intachable y con mucha firmeza porque la violencia llegó, incluso, a uno de sus hermanos, migrante también.
VENTANAS: El tsunami de la violencia contra los migrantes alcanzó tiempo atroz, duro y rudo en el priismo. Siguió en el panismo. Continúa en el tiempo de MORENA y la 4T.
Insólito: igual que con el priista Enrique Peña Nieto ante el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando las fuerzas de seguridad fueran utilizadas para corretear a los migrantes y evitar caminaran por el país camino a la frontera norte y entrar a Estados Unidos, ahora, en el obradorismo, la historia es repetitiva. Y más cruenta y sanguinaria… por aquello, digamos, de la purificación moral.