Luis Velázquez
Veracruz, México.- PASAMANOS: Muchas cositas más se verán antes, mucho antes, de cuando los muertos resuciten. Entre ellas, y por ejemplo, las siguientes:
Mauricio Audirac, uno de los seis secretarios de Finanzas y Planeación, ex Contralor y ex titular del ORFIS, preso en el penal de Pacho Viejo, “lavándose las manos” y denunciando que los corruptos en el duartazgo eran Carlos Aguirre Morales y Antonio Tarek Abdala, ex titular de SEFIPLAN y ex tesorero.
Moisés Mansur Cisneyros, el amigo prestanombre de Javier Duarte, arrodillado ante Miguel Ángel Yunes Linares cuando le dijera que encarcelaría a su esposa y desembuchando todo, absolutamente todo, en contra de su, digamos, y a estas alturas, ex amigo.
José Jainero, el otro prestanombre, declarándose testigo protegido de la Procuraduría General de la República, PGR, a cambio de que sus presuntos delitos sean amainados.
Alberto Silva, ex secretario de Desarrollo Social, ex vocero y ex presidente del CDE del PRI y diputado federal, enlodando con todo y por todo a su antecesora, María Georgina Domínguez Colío.
Y ahora, Gina (como le dicen sus amigos de cariño), resucitando como columnista (“Razones de Estado”) enlodando a “El cisne”, a quien llama de igual manera como le decía Duarte, “El amo de la perversidad”.
Se afirma que el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, también ya “cantó”.
Pero, una disculpa al lector, aquí se borró el rollo, pero dadas las circunstancias en que todos desean salvar el pellejo, habrá sido.
Otros duartistas, sumidos por completo. Entre ellos, los siguientes:
Érick Lagos y Jorge Carvallo Delfín, “los mayores operadores políticos de Javier Duarte” como les llama Gina, en la rara y extraña impunidad. “Poco o nada se dice” de ellos escribe Gina, quien de seguro, veinte y las malas, ha de tener “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa” sobre la (presunta) corrupción del parcito.
Total, que el salpicadero está por todos lados, cuando, caray, no obstante que entre ellos sabían el lodazal que poco a poco se fue construyendo desde el mes de diciembre de 2010, siguieron al lado de Duarte, que sus razones tendrán, y que ahora los tienen acorralados entre la espada y la espada, con el pueblo alzando el dedo para ser inmolados en la hoguera pública.
BALAUSTRADAS: La espada azul, bien afiladita, rasguña a los duartistas.
La Fiscalía, por ejemplo, ha revelado que tiene 67 denuncias penales, y como es natural, oculta, por razones de Estado, el nombre de los interfectos como los delitos de que son acusados.
También, dice, investiga a setecientos funcionarios, caray, y que van desde Fidel Herrera Beltrán hasta Javier Duarte en lo que se conoce como la Docena Trágica, doce años perdidos en la búsqueda del destino social.
Y de igual manera, nadie conoce la identidad de los 700 políticos bajo la lupa, pues además de la consabida discrecionalidad, la incertidumbre y la zozobra, el calambre y el terror y el miedo y el temor, trae azorrillados a todos.
Tanto que, por ejemplo, varios políticos de entonces fueron mirados en el CDE del PRI y la delegada del CEN para ser lanzados como candidatos a las alcaldías y todos, sin excepción, declinaron, preocupados de que, de pronto, zas, la Fiscalía les dicte una orden de aprehensión.
Y si a lo anterior se agrega que los mismos duartistas (Mauricio Audirac, Alberto Silva y Gina Domínguez, quizá Bermúdez, Mansur Cisneyros y José Jainero) se están descobijando entre sí desembuchando los trastupijes, entonces, solo puede esperarse el infierno, el día del Juicio Final, el Apocalipsis.
Además, ni duda cabe, pues el gobernador necesita seguir abriendo el surco con “la noche de san Bartolomé”, “la noche de los cuchillos largos” para ganar las seis elecciones en puerta.
Y más, un Yunes a quien más, mucho más que el bienestar social solo ocupa la pasión política desaforada, alrededor de unos vasos comunicantes: la venganza y el nepotismo.
ESCALERAS: Se saluda a María Georgina Domínguez con su, digamos, regreso al columnismo, digamos, por ahora.
Su debut, más bien, parece un activismo político, pues como ella misma dice “rompe el silencio”… para defender su honor, a tal grado que le faltó espacio para descabezar a todos.
En realidad, el karma le ha llegado, a tono con Audirac, Mansur Cisneyros y José Janeiro. “Salvar el pellejo” bajo las siguientes premisas:
A: Todos los demás son corruptos, menos yo.
B: “Javier Duarte (su amigo y jefe, y ahora, quizá ex amigo) “decidió hacer lo que quiso, sin escuchar consejos buenos, malos o peores”.
C: “Todos los que trabajaron con Duarte tenían (tiene aún) miedo… ante un Miguel Ángel Yunes Linares maestro del terror”.
D: “El equipo íntimo de Duarte fue beneficiario directo de su poder sin límites”.
E: “Los que cometieron pecados se saben en riesgo y buscan blindarse”.
F: “El equipo compacto de Duarte… sabe bien que las aguas se moverán” en sus contras.
G: El peor de todos se llama Alberto Silva Ramos.
Reportera, doctorada en Ciencias Políticas en la Universidad “Mario Villanueva” del Caribe, dueña de mirada terrible que también escalofría, Gina, como Audirac, Mansur, Bermúdez y Janeiro, etcétera, defiende su honor, con todo y que ya fue citada antier mismo por la Fiscalía.
En Guatemala, Javier Duarte pide que lo dejen convivir con los otros presos (Maras, narcos y políticos acusados de corrupción) porque se siente demasiado solo. Y lo peor en la vida, ya se sabe, es carecer de un hombro donde llorar ni tener un colchón para dormir porque “la cama de piedra” es muy dura.
En la corrupción, sin embargo, con los excesos y abusos del poder, todos “se pusieron de pechito” al paladín de la justicia (más que del resentimiento, el odio y la venganza), Miguel Ángel Yunes Linares.