Por: Lexxon/OPINION
Loma Bonita, Oaxaca.- La tesorería municipal es el centro nervioso de las finanzas publicas del ayuntamiento; la elección del mismo corre a cargo y cuenta del presidente municipal y su aprobación por parte del cabildo. No obstante, en esta ciudad, la designación corrió a cargo de un solo hombre: Felipe Reyes.
No es casualidad que Isaac Melchor sea otra vez, y por tercera ocasión, el tesorero del Ayuntamiento Lomabonitense. Es uno de los pocos funcionarios que puede presumir de estar inyectado al erario durante cuatro administraciones perredistas. Y es que, aunque en la administración de César Benítez Chaparro no fungió como tesorero, siguió laborando y, por ende, cobrando como auxiliar financiero.
Para Felipe Reyes, quien lo impuso en el cargo y sin el consentimiento de Nahim Morales, Melchor es el mejor contador público que existe en esta tierra piñera, pero, además, es la figura cómplice de quien, a través del poder, dicen los que saben, ha engordado bolsillos y desviado los dineros para menesteres ajenos al desarrollo del pueblo.
Basta y sobra referir que Melchor ha creado un sistema absoluto y férreo del control presupuestal y por lo tanto ya tiene un manual, su estilo de hacer política a conveniencia de los dineros, y preservar sus intereses y compromisos a través de la lealtada al “Felipato”.
Lo cierto es que el tres veces tesorero, hombre del poder financiero, sabe disimular las ganancias de la lealtad. Es un hombre que camina con perfil bajo, con lo justo pero sin ataduras, y mueve una vida cómoda, atesorando la culminación de su carrera con buenos bonos gracias a su trabajo.
Así y mientras continúe el Felipato, Melchor seguirá alineando el presupuesto a intereses que brinden armonía financiera, pero sobre todo, abonen a las arcas particulares y cajas chicas creadas en detrimento de Loma Bonita. Los millones de pesos, esos que urgen aterrizar para combatir la miseria del pueblo, seguirán desviándose a cauces desconocidos.