Por: Carlos Tirado
Ciudad Ixtepec, Oaxaca.- Localizan migrante inconsciente en patio de ferrocarriles, se reportó a las autoridades correspondientes en este caso al grupo Beta con sede en este municipio quienes lo trasladaron en una ambulancia al hospital general para su atención.
Se informó que se trata de una persona del sexo masculino de 26 años de edad, originario de Guatemala y supuestamente estuvo instalando 6 botellas de thinner, lo que lo llevó a la inconsciencia.
El mal uso que le dan a los solventes utilizando para inhalar y drogarse es una práctica que se va haciendo común, sobre todo entre los jóvenes y que las autoridades y ciudadanía en general al parecer no le importa ya que cuando los ven, son ignorados o simplemente cambian de banqueta o el rumbo para esquivarlos.
El consumo de inhalantes y solventes utilizados sobre todo, entre niños, jóvenes y población en situación de calle es un serio problema que las autoridades deben encarar.
Se trata de una droga barata, accesible y al alcance de cualquier persona, los adictos mojan “la mona” (estopa, trapo o papel higiénico) con el solvente, que después colocan en su nariz al tiempo de que lo inhalan.
El término de “la mona” es utilizado por los carpinteros para referirse a la estopa que utilizan, para aplicar el barniz en la madera.
El “chemo”, “la mona”, el cemento, el thinner, cualquier cantidad de solventes y pinturas, son sustancias químicas que se inhalan por la nariz o la boca la mayoría de los inhalantes actúan directamente sobre el sistema nervioso para producir efectos que alteran la mente y provocan un daño cerebral irreversible; al inhalar, en segundos, el adicto experimenta intoxicación y otros efectos similares a la ingesta de alcohol.
Hay diversos efectos como: habla confusa, apariencia de embriaguez, mareada o aturdida; incapacidad de coordinar el movimiento, alucinaciones y delirios, hostilidad o apatía.
Hasta llegar a la pérdida del conocimiento mantener severos dolores de cabeza, erupciones alrededor de la nariz y la boca.
Inhalar estos productos químicos de forma prolongada puede inducir a un latido del corazón irregular y rápido y conducir a una insuficiencia cardíaca y a la muerte en cuestión de minutos.
Hemos visto a jóvenes, adultos y ancianos drogándose con estos productos en diversos lugares con gran indiferencia y que tiene que ver muchas veces con la pobreza y el abandono.
Hace falta legislar en este tema para enfrentar seriamente este cáncer social y darle a los cuerpos de seguridad herramientas para detener a quienes se drogan en la calle.
No se trata de criminalizar la pobreza, o a quienes han caído en estos vicios, sino de buscar mecanismos de atención.
Si se detiene a los jóvenes que se drogan en la vía pública y tienen familia, ellos deben ser conscientes del problema y ayudarles para alcanzar una solución que ponga a salvo a nuestros niños y jóvenes de este problema.
No se debe, como sociedad, ni como Gobierno, dejar en el abandono a los adictos y acostumbrarnos a su desgracia.