Gerardo Rivadeneyra
México.- La candidata del PRI a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) comienza a utilizar tácticas como las que en su momento aplicó Andrés Manuel López Obrador.
Así como lo lee. Y es que Ortega parece estar poniéndose nerviosa en la contienda, al grado que ahora está acusando que la interna es inequitativa y apunta a sus contrincantes por “orquestar complots” en su contra.
Cosa de ver que Ortega acusa que en el proceso están metiendo las manos desde Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto y hasta el mismo Andrés Manuel López Obrador, por extraño que esto parezca.
En honor a la verdad, eso suena más a una justificación por una eventual derrota, que un argumento con sustento. Los moros con tranchetes que ve la yucateca han alcanzado hasta al ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, a quien acusó de haberla amenazado no solo a ella, sino también a su hijo y a su familia, además de que le advirtió que “no pusiera un pie en territorio coahuilense.
Sin embargo la realidad es que la campaña de Ortega no despunta, y conforme viaja más al norte de la República Mexicana, su poder de convocatoria se desvanece.
Curioso además resulta que a los mítines de la candidata acuden decenas de maestros ligados a Elba Esther Gordillo, sin embargo se debe recordar que la elección interna está dirigida a los militantes del partido, pues son ellos quienes emitirán el voto y no los docentes.
Es así que todo parece indicar que la refundación del PRI que plantea Ortega no llegará, al menos de su lado, pues conforme avanzan los días, sus apoyos van siendo menos y cada día se ve más difícil que gane la presidencia del partido… aún con sus teorías conspiracionistas.