Por: Roberto POLO | El Piñero
Jalapa de Díaz, Oaxaca.– Después del repentino y extraño escape del exedil Jesús García Velázquez, en el Ayuntamiento de Jalapa de Díaz se toleró y protegió el descomunal saqueo de recursos y oficinas públicas; se consumó un flagrante robo al pueblo mazateco.
Lo reconocen. Lo confiesan. El Ayuntamiento de Jalapa de Díaz fue saqueado. No hay detenidos. Pero sí un sospechoso y presunto responsable: Jesús Ernesto García Velázquez, el exalcalde que desapareció misteriosamente y que dejó una administración a la deriva, prácticamente desmantelada.
Jalapa de Díaz inició el 2022 con un nuevo gobierno, encabezado por la segunda mujer en llegar a la presidencia municipal, Fernanda Barbosa Sosa, quien, abanderada por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha prometido luchar contra la corrupción, la pobreza y la desigualdad, pero, sobre todo, hacer justicia a un pueblo históricamente abandonado.
Pero llegar al poder no ha sido fácil. Al asumir el mandato encontró un Ayuntamiento saqueado, sin policías, sin vehículos oficiales, oficinas desmanteladas, blanco de delincuentes, presuntamente protegidos por quienes, hasta el momento, se mantienen ocultos y amparados por la impunidad.
Para Fernanda Barbosa aplicar una auditoría a su antecesor –su cuñado– no está en sus manos, pero sí en las instancias correspondientes. Y precisa que se alejará de la política para trabajar de la mano de su pueblo.
No obstante, refiere que ante el evidente saqueo no habrá nada que esconder, por lo que realiza un inventario de todo lo que encontró como prueba fehaciente del desmantelamiento, registrado en el palacio y DIF municipal.
“TENGO LOS PANTALONES BIEN PUESTOS”
Por otra parte, ante la difícil misión social y pública que tiene enfrente, señala que tiene los pantalones bien puestos, resaltando que como mujer tiene la capacidad de sacar adelante a Jalapa de Díaz.
RADIOGRAFÍA DEL SAQUEO
La radiografía del saqueo en oficinas del Palacio y DIF municipal es descomunal, un insulto para la pobreza del humilde y honorable pueblo mazateco. Y es que, a simple vista, los nuevos funcionarios pudieron constatar cómo, en un vaivén de días, desaparecieron climas, televisiones, computadoras, impresoras y hasta sillas, quedando como evidencia del artero robo escritorios con cajones totalmente vacíos.
No se encontró documentación. Y lo poco que ha podido rescatarse es precaria papelería y mobiliario que, gracias a su peso, no pudo integrarse al cóctel del pillaje, según pudo constatar El Piñero Periodismo y Debate durante un recorrido por todas las oficinas.
Maura Elvira Alfaro, síndica procuradora del nuevo gobierno morenista, lamentó las condiciones en que fue encontrado el palacio y anunció acciones legales en contra de quien o quienes resulten responsables.
Mauro Salvador Rafael, síndico hacendario, dio fe de la grosera condición en que encontró su oficina: sin nada. Y pidió justicia para los que le robaron al pueblo.
Del mismo modo, el regidor de obras públicas Juan García encontró su oficina saqueada.
La concejal Flor Marina Antonio Monterrubio aceptó haber llegado a un palacio sin las condiciones necesarias para trabajar y atender al pueblo, pero tiene fe en que trabajando en equipo, como Ayuntamiento, podrán dar los resultados que desea Jalapa de Díaz.
Para la regidora Beatriz José Juárez encontrar otra vez un Ayuntamiento en condiciones desfavorables genera tristeza, enojo e impotencia. Y acusó al gobierno que antecedió a Fernanda Barbosa, encabezado por Jesús García, de haber abandonado por completo al municipio mazateco.
La concejal Guadalupe Carrera Vázquez fue enfática al calificar como sinvergüenzas a quienes consumaron el descomunal saqueo, pues pudo constatar las pésimas condiciones en que recibió el palacio, pues el gobierno anterior no dejó casi nada. “Desgraciadamente, aquí no le tuvieron miedo a nada ni a nadie”, estableció.
DIF NO SE SALVÓ DEL PILLAJE
Debido a que no hubo entrega-recepción, la presidenta Fernanda Barbosa tuvo que romper cadenas para acceder a las instalaciones del DIF y conocer su estado, pues, también, fue escenario de pillaje. En este recinto, se robaron colchones y bases de camas del albergue para personas en situación de calle o desplazadas por distintas razones; del área de cocina se llevaron el refrigerador nuevo y dejaron uno viejo, se robaron las mesas y todos los artículos de cocina.
Además, en el lugar se encontraron un camión volteo, una ambulancia y una trimoto policíaca. Todos ellos, carentes de insumos esenciales para su funcionamiento.
De esta manera, se documenta uno de los peores saqueos que ha sufrido Jalapa de Díaz en su historia reciente, un pueblo indígena golpeado con la fuerza de la indiferencia y corrupción oficial, un pueblo víctima de gobiernos que se preocuparon por engordar bolsillos personales que atender las amplias necesidades de gente que todos los días lucha, a ras de tierra y de cara al sol, para salir adelante. Un pueblo que ha depositado su confianza en una mujer que llega al poder para que la Cuarta Transformación de la vida pública del país se haga realidad en territorio mazateco.