MONTERREY, NL (apro).- “Juanito pistolas porque le gustan las armas y le gusta dispararlas (…) Nacimos para morir, nos vemos en el infierno”, reza el “narco rap” del niño sicario que se reclutó desde los 13 años con el Cartel del Noreste (CDN) y quien murió al enfrentarse con efectivos de la policía estatal en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo el martes pasado.
Entre los siete sicarios abatidos el martes pasado por la policía estatal en Nuevo Laredo estaba Juanito Pistolas, un menor miembro de “La Tropa del Infierno”, las “fuerzas armadas de élite” al servicio de Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo, líder del CDN.
Antes de su muerte, el adolescente de 16 años, publicó en las redes sociales fotografías donde portaba cuernos de chivo, equipo táctico y hasta presumió el narco-rap que relata sus hazañas criminales.
El niño sicario se reclutó a los 13 años en las filas del Cartel del Noreste en una de las colonias populares del poniente de Nuevo Laredo, en donde el crimen organizado recluta adolescentes de las escuelas secundarias, Conalep y Cbetis de la zona.
Comenzó como “halcón”, es decir, reportaba los movimientos de unidades de la Marina Armada y de las patrullas del Ejército en las áridas, polvorientas y calurosas calles de las colonias del poniente de Nuevo Laredo.
Juanito Pistolas presumía en una página de Facebook su pesado fusil de asalto AR 15 que aprendió a disparar desde niño y que en esa época era del tamaño de la mitad de su pequeño cuerpo.
El mediodía del martes pasado, con 16 años, Juanito Pistolas viajaba en una camioneta Ram azul con placas de Texas. Iba en el asiento trasero del lado del piloto, y con él estaban seis sicarios más que formaban parte de “La Tropa del Infierno”.
La camioneta se desplazaba por la carretera que conduce al aeropuerto, pero se topó con un retén de efectivos de la policía estatal.
Los tripulantes de la camioneta intentaron evadir el retén y comenzó una persecución e intercambio de disparos entre la “Tropa del Infierno” y efectivos de la policía estatal que dispararon desde cuatro vehículos.
Las balas de los policías dieron en la cabeza de “Juanito Pistolas” y mataron al resto de sus acompañantes.
Imágenes de su muerte fueron publicadas en distintas redes sociales. Su cuerpo quedó recargado en los asientos del vehículo. Las balas de los policías le desprendieron la cabeza.
Un día después del enfrentamiento sus amigos publicaron una de sus fotos de niño con un moño negro anunciando su muerte.
Su “narcorap” también aumentó sus reproducciones después de que se confirmó su muerte.