- Siempre hay traidores…
Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: Los diputados de la izquierda en la LXV Legislatura (MORENA, PT y PES) son 29. Y con todo y que significan mayoría simple, de cualquier manera, les falta el voto de cuatro colegas para la mayoría calificada. Y la apuesta en el carril parlamentario es que pronto, “antes de que el gallo cante tres veces”, uno que otro opositor entregará su alma al diablo, se ignora si desertando de su bancada o, por el contrario, vendiéndose al mejor postor.
La historia, decía Octavio Paz, es una cajita de sorpresas. Y Federico Engels aseguraba que la historia siempre se repite. Y Carlos Marx precisaba que, en efecto, se repite, pero unas veces como tragedia y otra como comedia.
Por ejemplo, nada documenta el dato histórico como la LX Legislatura, 2004/2007, cuando Fidel Herrera Beltrán gobernaba Veracruz.
Entonces, los diputados del PRI eran veinte y los diputados opositores veinte. Es decir, tablas, el equilibrio.
Y con el empate, Fidel tenía los vientos torrenciales en contra.
Pero, bueno, todos saben que Fidel “se le escapó al diablo” y pronto convenció con cañonazos tipo Álvaro Obregón a los adversarios.
PASAMANOS: El profe Juan Nicolás Callejas Arroyo, Q.E.P.D., era el pastor legislativo del PRI, y a su lado, los diputados Alejandro Montano Guzmán, Silvio Lagos, Tomás Tejeda Lagos (recién destituido como líder de la CROC por un oaxaqueño) y Juan René Chiunti, entre otros.
El panista Enrique Cambranis, el ideólogo azul, coordinador de la bancada panista. Y entre ellos, y sólo como mera referencia descriptiva, los panistas Julio Saldaña (antes de brincar al PRI y PRD), Silvia Monge y Claudia Beltrán, la esposa del alcalde José Ramón Gutiérrez de Velasco, entonces panista, luego yunista y luego fidelista.
Cinthya Lobato Calderón también era diputada.
En aquella legislatura también estaba el diputado Paco Herrera, apodado “El mago”, porque en una sesión parlamentaria multiplicó los votos como los peces y los panes.
El maestro Atanasio García Durán era diputado del PRD por el distrito de Xalapa y presidente de la Mesa Directiva, considerada siempre en todos los Congreso una figura decorativa, pues la fuerza real la tiene el jefe máximo de la Junta de Coordinación Política, conocida como la JUCOPO.
CORREDORES: Fidel Herrera era, entonces, y siempre, un encantador de serpientes. Un seductor de la patria chica. Y por tanto, su mismo operador.
Nunca, por ejemplo, necesitó de un coordinador que moviera los hilos en la LX Legislatura.
El mismo los movía.
Y los movió con tanto acierto que de pronto tenía la mayoría calificada para hacer y deshacer.
Un ex diputado de aquel Congreso dice que muchos de sus colegas salieron ricos. Con un nivel de vida inimaginable.
Incluso, a varias diputadas locales les fue tan bien que hasta tuvieron recursos para operaciones plásticas, considerando como dice una dama que en la vida nunca hay mujeres feas, sino pobres, incapaces de pagarse una cirugía plástica.
El caso más insólito fue el de Paco Herrera, El mago, que militando en el PAN terminó como presidente municipal de Papantla, ni más ni menos, nominado por el PRI, el PRI de Fidel Herrera.
Fue en tiempo, además, cuando con Rogelio Franco Castán, el PRD se volvió rojo fidelista, y el PAN, con Enrique Cambranis, rojo fidelista.
RODAPIÉ: Aquella historia se reprodujo en una legislatura anterior, donde perteneciera Enrique Romero Aquino, entonces, perredista, sexenio de Miguel Alemán Velasco.
Sus colegas de entonces recuerdan que de pronto, Romero Aquino comenzó a llegar al Congreso con una camioneta negra, grande, bonita, tiempo aquel cuando Alemán Velasco quiso crear y recrear una nueva Constitución local, y entre uno de sus operadores en el Palacio Legislativo estaba su secretario particular, Roberto López Delfín, con tanta fuerza que ya se soñaba candidato a gobernador.
Así, y dado el tiempo histórico, político, social y legislativo vivido, los diputados bautizaron la camioneta de Romero Aquino con el nombre de “La Constitución”.
–¡Ya llegó Enrique Romero en ‘La Constitución’! se decían unos a otros cuando lo miraban estacionarse.
BALAUSTRES: Por eso, cuando la bancada de MORENA en la LXV Legislatura necesitará cuatro votos para volverse mayoría calificada, nadie dudaría con todo y la Cuarta Transformación del País (4T) y la nueva Constitución Moral millón de veces anunciada, que MORENA tendrá sus operadores para convencer, digamos, sólo digamos, a través del diálogo y los argumentos sociales, pero también a través del billete y el billete fácil, a sus compañeros legisladores.
De entrada, los diputados objeto del operativo de MORENA serían los tres diputados del PRI, a saber, Juan Carlos Molina Palacios, Érika Ayala y Jorge Moreno Salinas.
Luego, la diputada del PVEM, doctora Andrea Yunes Yunes.
En automático, los diputados del Movimiento Ciudadano y del PRD que dejaron sus partidos para integrar una nueva bancada, Ivonne Trujillo Ortiz, Alexis Sánchez y Brianda Kristel Hernández Topete.
Y al mismo tiempo, los diputados de esa bancada llamada “Del lado correcto de la historia”, integrada por el camaleónico Gonzalo Guízar Valladares, Florencia Martínez Rivera y Rubén Ríos Rivera.
Y más si se considera la frase bíblica de la priista Érika Ayala a su colega Marijose Gamboa Torales:
“¿Ustedes qué ofrecen?”.
En la LXIV Legislatura, desertaron de sus partidos, los priistas Regina Vázquez Saut y Basilio Picazo, y los morenistas Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena y Judith Miriam López Sheridan, y treparon a la barca del PAN, creyendo que ganarían la gubernatura que hacia el final del primero de julio quedó en manos de MORENA.
Por eso, en la LXV Legislatura se están cocinando los nuevos diputados Judas de Veracruz.
Nadie pensaría que entre los trece legisladores panistas habría algunos que “tiraran la toalla” y de pronto, zas, aparecieran en la cancha de MORENA y que, bueno, todo es posible en la república amorosa.