Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca. –Un hogar de Loma Bonita nuevamente está de luto. Y es gracias a la grosera inseguridad pública que se vive cotidianamente. Para Doña Natividad Ramírez, el asesinato de su hija Azucena no debe quedar impune, por ello hoy exige justicia.
El pasado jueves 5 de enero consternó a Loma Bonita un salvaje asesinato. Una mujer fue víctima de una brutal golpiza que acabó con su existencia al interior de una casa abandonada y en una zona donde hay escasa iluminación pública.
Doña Natividad ha sufrido dos desgracias en menos de un año y su corazón está fragmentado de dolor. La primera ocurrió la mañana del 29 de julio del 2022, cuando su hijo Pedro fue arrollado por el tren en Loma Bonita, y semanas más después fue identificado su cuerpo en la ciudad de Tuxtepec, tras realizarse pruebas de ADN.
Hoy nuevamente el luto y el llanto la vuelven a golpear, pues el viernes 6 de enero supo que a su hija Azucena de 36 años de edad, le habían arrebatado la vida de forma salvaje.
De su hija María Azucena Pérez Ramírez dice que era madre de dos varones de los cuales uno se encuentra en Tijuana y otro en Loma Bonita.
Como se informó oportunamente, el cuerpo de la joven madre fue localizado en la calle Tláloc al interior de una casa abandonada en la colonia México, como referencia frente al plantel educativo CBTIS 90, por donde muchas jovencitas camino a diario.
Semi-desnuda y aparentemente con huellas de agresión sexual, golpeada y cubierto el rostro y el cuerpo de sangre, vecinos que hallaron a la mujer sin vida dieron el reporte a la policía municipal cerca de las 11 de la mañana, del jueves 5 de enero.
En la escena del crimen fue localizada una bolsa negra tipo cosmetiquera que Azucena cargaba, donde en su interior traía objetos personales. Una chancla estaba cerca del cuerpo de Azucena y otra estaba sobre la calle Tláloc, lo cual hace suponer que desde el exterior de la casa abandonada ella intentó defenderse.
Su madre recuerda que a su hija no le gustaba que le dijera María, solo Zuce. Doña Natividad ahora se hará cargo de uno de sus hijos, quien trabaja en el INFONAVIT con la familia Mayora.
Doña Natividad con lágrimas en los ojos, narró a El Piñero Periodismo y Debate que ultima vez que la vio fue a las 9 de la noche en ampliación Puebla y le preguntó qué a dónde iba. Esa fueron sus últimas palabras.
Dice que Azucena no tenía un lugar fijo donde vivir, pues a veces se quedaba con su pareja en la calle Brasil, en una cuartería donde rentaba. A veces con una tía o en la casa de Doña Natividad.
Se enteró que su hija estaba muerta porque el 5 de enero le tocaba el pago del banco de Compartamos, compromiso al que jamás faltaba. Tarde pero no faltaba y al llegar una promotora del banco le comentó que habían encontrado una mujer muerta. El presentimiento sacudió su ser y de inmediato salió al lugar mencionado, y el presentimiento fue verdad.
Zuce como le gustaba que dijeran, trabajaba donde fuera, pues lo mismo hacía piñatas hasta en una taquería para poder juntar lo del préstamo que tenía en el banco Compartamos.
Esa noche, la trágica noche, Azucena, después de ver a su madre, se encaminó a la calle Brasil, a la vivienda de su pareja. Él se encontraba tomando bebidas alcohólicas y hubo un altercado entre ellos. Ahí se encontraban otros sujetos, entre ellos el presunto culpable.
Al no llegar aún acuerdo con su pareja, María Azucena salió de la vivienda bajando sobre el callejón Brasil hasta topar con Ferrocarril colonia Oaxaca y cruzó las vías del tren para pasar por la calle Tlaloc de la colonia México. Su asesino la iba siguiendo toda esa calle.
Al llegar a la zona donde lo oscuro de la noche le sirvió de cómplice, el sujeto logró someterla y arrastrarla hacia la casa abandonada. Como muda testigo quedó una de sus chanclas.
Tras la consternación de la población ante este crimen, y la rápida movilización que hubo entre la Agencia Estatal de Loma Bonita con la Fiscalía de Género de Tuxtepec, se logró dar con un presunto chacal que le arrebato la vida, el cual vivía en la colonia Oaxaca.
Su apodo es “El Sotaca” quien fue presentado ante las autoridades de Tuxtepec y quien presenta huellas de violencia sobre sus brazos. De él se supo que andaba vendiendo un celular de color rojo, propiedad de María Azucena Pérez Ramírez.
El Sotaca al ser detenido, aceptó haber estado en la vivienda de la calle Brasil donde se topó con Azucena.
Sus compañeros de vicio, comentan que el Sotaca desapareció una vez que se retiró la víctima.
Ahora será la Fiscalía de Género de Delitos Especializados contra la Mujer, la que determine su situación legal.
El martes 10 de enero, a cinco días de su muerte, en el lugar donde se encontró el cuerpo de esta mujer nacida en Loma Bonita, fue colocado un ramito de rosa en forma de cruz, así como una veladora.
Es importante destacar que en la casa abandonada donde a Azucena le fue arrebatada la vida, se encontraron varios preservativos de tiempo atrás, pues se entiende que las personas ocupaban el lugar para tener encuentros amorosos, quienes por lo oscuros de la noche y la maleza que reina en el lugar, el lugar era ideal para este tipo de prácticas