Karyana Velázquez era una estudiante de odontología originaria de Puebla que fue sustraída por un grupo armado durante su estancia en una pequeña tienda de autoservicio. Catorce horas más tarde, apareció detenida y confesa de haber cometido secuestro.
Veintidós años después, su padre, una abogada y una activista del colectivo Nos queremos vivas Neza aún están buscando no solo que sea liberada, sino que se reconozca su inocencia. De acuerdo con José Luis Velázquez, papá de Karyana, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió dos dictámenes que, con base en el protocolo de Estambul, corroboran que su autoinculpación fue obtenida bajo tortura.
Además, la abogada de las víctimas, Cinthia Eliana Cortes, aseguró que el 28 de junio de 2022 la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (CIDH) extendió cinco recomendaciones en las que insta a “excluir las pruebas” que se obtuvieron por medio de la tortura. Sin embargo, Karyana aún no ha podido recuperar su libertad.
Producto de las vejaciones a las que fue sometida, hoy en día padece de “lupus, hernias discales, depresión severa” e incluso “polineuropatía”1 de manera crónica y degenerativa, afirmó su abogada en entrevista con Julio Astillero. Por tanto, Elsa Arista, la activista que ha acompañado a la familia todos estos años, aseveró que Karyana no nada más debe de salir lo antes posible, sino que tiene que tener acceso a una reparación integral del daño, puesto que su caso es el de “un falso positivo”; es decir, el de una fabricación de culpabilidad a manos de un “sistema judicial tachado de vicios” que no ha sido capaz de llevar el proceso con perspectiva de género ni tampoco de brindarle condiciones dignas de salud y alimentación.
Karyana se casó con el “coacusado” del delito y se convirtió en madre de una niña que ya tiene 11 años, la cual ha estado bajo el cargo de sus abuelos, apuntó José Luis, quien, en paralelo, comentó que su hija le ha confiado que siente que la despojaron de su juventud al igual que de su carrera.
En estos momentos, se encuentran a la espera de que se lleve a cabo una audiencia con la tercera sala del Tribunal Superior de Justicia de Puebla, órgano que ha tomado los dos protocolos de Estambul para revisarlos extraordinariamente, en la que se reconozca la inocencia de Karyana y, por tanto, obtenga su libertad.
Nota de Julio Astillero