Columnas Columnistas invitados en Sin Línea
Por: Juan Castillo
Lo que hoy se conoce como la 4T, un simple número y una simple letra, simboliza el profundo significado que enmarca lo que el presidente bautizó como la Cuarta Transformación de la vida de México. Cuando se analizan ambos términos, uno cae en la obviedad ya que han sucedido tres transformaciones importantes en nuestra historia, sin embargo, pongo especial atención en la palabra: TRANSFORMACIÓN. Siendo curioso, encontré que la Real Academia Española (RAE), propone el significado de la palabra transformar: Es hacer cambiar de forma a algo/alguien o transmutar algo en otra cosa. Interesante proposición para el análisis.
Al leer
esta definición, me vienen a la mente una serie de cambios que he hecho en mi vida,
donde cada uno de ellos requirieron esfuerzos y sacrificios; más aún si fueron
radicales. Uno muy común que a muchos nos ha sucedido, es el hecho de querer
bajar de peso ya sea porque nos lo exige la vanidad o porque la salud lo
requiere.
Imaginemos la escena. Decidimos seguir al pie de la letra una dieta con un
toque de ejercicio. Ello implica hacer cambios en nuestros hábitos
(sacrificios) y no faltará quien te diga “no vas a poder”. Si cayeras en su
juego, podrías auto sabotearte y las ganas de claudicar acecharían. Más aún si
los resultados no son inmediatos. No obstante, una vez alcanzados los
resultados te darás cuenta de que todo valió la pena.
Análogamente a este ejemplo, los mexicanos estamos viviendo un proceso de
cambio importante para nuestro país, donde vemos muchos de los sacrificios y
sentimientos que conllevan a cambiar radicalmente algo, especialmente si se
trata de cuestiones enquistadas en nuestro ser y hacer.
El presidente López Obrador ha repetido en diferentes ocasiones que no se trata solamente de un cambio de gobierno sino un cambio de régimen, lo que representa una transformación real . Parafraseando a la RAE, México transmutará algo (corrupto) en otra cosa (justa) para el bienestar común. No se trata de simular, sino de ir a los orígenes de todos los males que padecemos hoy.
Debemos tener presente que dicho proceso no será fácil, en especial si estamos expuestos constantemente a ataques de aquellos que se beneficiaron saqueando al país y que a base del “no se puede”, intentan sabotearnos infundiendo miedo para continuar manipulándonos a su antojo. Pero ¿Cuál sería el objetivo? Continuar esa dependencia nociva del autoengaño y desinformación, que a muchos ha costado dejar.
Hace unos días el presidente del Salvador, Nayib Bukele, lanzó el dicho: Roma no se hizo en un día, haciendo alusión al proceso de cambio que vivimos hoy en México y que lo confirma su historia con las tres transformaciones lo antecedieron. Estos eventos históricos se forjaron a base de mucha sangre, dolor y lágrimas. Hubiera sido fácil claudicar o tirar la toalla, como se dice coloquialmente, más aún cuando se enfrentaban a fuerzas superiores para ese tiempo.
El espíritu de un pueblo fuerte con un buen liderazgo, convicciones firmes, arrojo y amor a la patria, lo llevaron a conseguir tres victorias. Nuestro país vive una cuarta oportunidad insólita, ya que cuenta con ese mismo liderazgo y el espíritu de lucha de aquellos tiempos que ayudarán a conseguir la anhelada 4T por la vía pacífica, donde los cambios serán igual o más profundos que los anteriores.
En el
camino tal vez caigamos, pero nos levantaremos, habrá momentos de escepticismo,
desconcierto y desánimo, lo cual será normal en este proceso de transformación,
pero si perseveramos, inequívocamente llegaremos a buen puerto.
Estamos en este barco navegando con dirección fija y sin temor a equivocarme,
continuaremos remando juntos rumbo a una verdadera 4T.
P.D. Como dirían en las redes sociales, guarda este post, porque lo comentaremos sonriendo una vez que la 4T se haya hecho realidad, ¿Qué dices, aceptas el reto?