Luis Velázquez | Escenarios
13 de abril de 2021
UNO. Orden de la SEP…
Desde las alturas, la decisión está tomada. El regreso a clases presenciales será en el próximo ciclo.
El primero en sumarse a la plegaria de la secretaria de Educación fue el góber precioso de Campeche.
Al momento, los estados de Veracruz, Coahuila, Tamaulipas, Chiapas, Jalisco y Nayarit, han levantado la mano… sumándose.
¡Ah!, pusieron una condición, ajá. Que los maestros estén vacunados…, como si los estudiantes fueran inmunes.
Por eso, la cargada de la secretaría de Salud pidiendo que todos los profesores sean vacunados.
El secretario de Relaciones Exteriores, el presidenciable Marcelo Ebrad Casaubon, en viaje por el mundo (Rusia, China, Japón y Estados Unidos) cabildeando la compra de vacunas.
DOS. Rebrote multiplicado
En el otro lado de la cancha la realidad resulta catatónica.
Cada vez, más rebrote. Cada vez, más temores, angustias y desesperación, como aquellos chicos de la Ciudad de México disfrazándose de viejitos para ser vacunados.
Incluso, y para contrarrestar los vientos huracanados, las secretarías de Salud federal y estatales cacareando que va una semana, dos semanas, tres semanas, con el covid a la baja.
“Ta’güeno”.
TRES. Dos caminos y un destino
Ningún epidemiólogo del mundo tiene varita mágica para asegurar que el covid se está diluyendo.
Pero, bueno, la realidad ha acorralado a las tribus políticas para elegir entre dos caminos.
Se continúa confinado en la casa esperando que el bichito chino amaine lo suficiente o se regresa a clases presenciales, antes, mucho antes que las escuelas privadas sigan en picada.
Simple y llanamente, la disyuntiva está entre la vida o la muerte, la recesión y la salud, el quebradero de empresas, negocios, comercios y changarros y el desempleo, y entre más contagiados y más muertos.
Más, mucho más, cuando como en el caso de México se ha atravesado el proceso electoral y en donde el partido en el poder y sus candidatos, MORENA, estarían en riesgo.
CUATRO. “La cargada”
Desde la toma de posesión de la profe Delfina Gómez como secretaria de Educación Pública, luego luego, el avisito fue lanzado.
Mi compromiso apostólico, dijo, quizá acatando órdenes superiores, es el regreso a clases presenciales.
Luego, y en nombre de la democracia (¡Hosanna, hosanna!) que cada gobernador estaba en libertad de tomar la decisión final.
Ahora, cada vez más gobernadores se unen a “la cargada”, aquel famoso estilo de ejercer el poder del priismo en el siglo pasado.
CINCO. Mano izquierda y derecha
“Cosas veredes” decía el caballero de la larga figura. Por ejemplo:
El regreso a clases presenciales es un hecho. Pero al mismo tiempo, la autoridad continúa pidiendo a la población que endurezca las medidas de prevención porque el rebrote está canijo.
Entre otras cositas, prohibieron las playas a los turistas, paseítos en plazas comerciales, reuniones, viajes en avión y autobuses, etcétera.
Y por el otro, caray, el regreso a las escuelas. Preprimaria, primaria, secundaria, bachillerato y universidades.
SEIS. Gripita en vez de COVID
De los siete gobernadores de MORENA (Chiapas, Tabasco, Veracruz, Puebla, Morelos, la Ciudad de México y Baja California), por ahora, solo Chiapas y Veracruz anunciaron el inminente regreso a las aulas.
Claro, “amarándose el dedo antes de la cortada”, siempre y cuando los profes sean inmunizados, cuando también cacarean que la vacuna constituye apenas, apenitas, un paliativo para que si el COVID pega sea una gripita.
Una empresa, Alomía, dice que el resultado de las vacunas se verá en dos meses y que será positivo.
Es decir, preparando el terreno para las clases presenciales.