Por: Roberto POLO | El Piñero
Oaxaca, México. — La carretera estatal que conecta Cuilápam de Guerrero con la Villa de Zaachila se encuentra en un estado deplorable, repleta de baches que ponen en riesgo tanto a conductores como a peatones. Esta vía, conocida como la Ruta Mágica de las Artesanías, une a pueblos artesanos de la región de los Valles Centrales de Oaxaca, y en lugar de ser atendida, ha sido abandonada y convertida en una zona peligrosa.
El gobierno de Salomón Jara parece ignorar la existencia de esta carretera, que es frecuentada por turistas locales y extranjeros durante las temporadas vacacionales. La responsabilidad de su rehabilitación recae en Caminos de Bienestar (Cabien), dirigida por Moisés Salazar Martínez. Este tramo de dos carriles, que abarca aproximadamente cinco kilómetros, ha sido dejado a su suerte, transformándose en una trampa mortal para los vehículos que lo transitan.
En un recorrido realizado por El Piñero Periodismo y Debate, se pudo constatar cómo los autobuses de pasajeros y los vehículos particulares deben esquivar los baches, invadiendo los carriles contrarios y exponiéndose a posibles accidentes. La negligencia en el mantenimiento de esta vía ha generado un malestar generalizado entre los habitantes y los visitantes.
A pesar de que durante su campaña electoral, Salomón Jara prometió rehabilitar todos los caminos y carreteras del estado, la realidad a casi dos años de su gobierno es otra. Las promesas se han diluido y las vías de comunicación continúan en un estado de abandono que pone en entredicho la gestión gubernamental y su compromiso con el bienestar de la población oaxaqueña.
Cuilápam de Guerrero es conocido por su exconvento de Santiago Apóstol, una edificación colonial que data del siglo XVI, destacada por su arquitectura y por ser un sitio de gran valor histórico y cultural.
Zaachila, por su parte, es un pueblo de gran importancia arqueológica, ya que fue una de las últimas capitales del imperio zapoteca antes de la conquista española. Es famosa por sus tumbas prehispánicas y su mercado tradicional, donde se pueden encontrar productos locales y artesanías.
Y hoy, ambos municipios comparten la negligencia de un Gobierno que se ha olvidado de quienes, con su voto, lo llevaron al poder.