Luis Velázquez | Barandal
07 de mayo de 2021
ESCALERAS: Los candidatos de MORENA a un cargo de elección popular tienen encomienda superior. Han de salir a vender esperanzas a los ciudadanos de a pie. La esperanza concreta y específica de que la 4T camina, prospera, aterriza y amplía.
La esperanza, con la soberbia, ya se sabe, fueron las últimas en escapar de la caja de Pandora, la Barbie que Zeus envió a la tierra.
Y las últimas porque estaban consideradas como las peores, toda vez que nada hunde a un ser humano en el fondo del abismo como vivir de esperanzas y vivir lleno de arrogancia y altivez.
PASAMANOS: Los expertos, entre los cuales están los cantantes de música popular como Paquita la del barrio, dicen que la esperanza nunca ha de considerarse un cheque en blanco, porque la población que la abriga y se desencanta se convierte en una mula que cargada y empujada a latigazos de pronto, ¡zas!, se enmula, detiene a orilla del precipicio, zangolotea, sacude y tira la carga y nada la hacen caminar.
CORREDORES: Los doce programas del Bienestar Social, tan vigentes en el siglo pasado y en los primeros veinte años del siglo XXI, significan un paliativo, un consuelo, una ayudadita para los pobres “y los más jodidos.
Pero con los doce programas sociales únicamente se reproduce la fábula de que la población ha de enseñarse a pescar en vez de darle el pescadito cada mes, cada bimestre.
Y es el caso. El mismito que en el tiempo priista (71 años de revolución ininterrumpida en la llamada “Dictadura perfecta) y en los doce años del panismo presidencial se reprodujo como una cantaleta, apoyando en el día con día a un respiro económico y social.
Pero nada más.
BALCONES: Nadie en el priismo y el panismo enseñó a pescar a los pobres.
Los jodidos recibían su lanita y se la acababan antes del fin del mes o bimestre y de nuevo se encomendaban al Ser Superior para que los días y noches caminaran aprisa y con prisa y llegara la nueva dotación.
PASILLOS: Los programas sociales, en todo caso, son un cheque en blanco a corto plazo, mejor dicho, en el plazo inmediato.
En la cultura priista y panista quedó claro que servían para ganar elecciones. Incluida la compra del voto el día de los comicios.
Pero a largo plazo son intrascendentes. Y acaso, con el tiempo, solo queda la nostalgia y el recuerdo de que cada parte, cada familia, recibió unos centavitos oficiales.
Suertudos aquellos con “una aviaduría”. Una beca para los hijos en buena escuela. Una chambita burocrática.
VENTANAS: Pero de ahí en adelante nunca la política económica ha alentado y estimulado la creación de empleos entre los empresarios, industriales y comerciantes, etcétera, etcétera.
Por eso, el éxodo de Veracruz a Estados Unidos. Un millón de jarochos en el otro lado.
Por eso, Veracruz en el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales al resto del país.
Por eso, uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa con el ingresito obtenido en el changarro en la vía pública vendiendo comidita chatarra, tan llenadora y sabrosa.
Por eso, los candidatos de MORENA vendiendo esperanzas reproducen la misma fantasía y “tomadura de pelo” de los antecesores en el poder sexenal.
Pobre naciste. Pobres viviste. Pobre morirás constituye la canción más exitosa entre los precaristas, “los olvidados”, “los condenados de la tierra”, los excluidos.
Otros les llaman “carne de cañón” en el tiempo electoral.