- Y entonces, a lavar culpas
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. Se estrelló la estrella azul
En los días del temblor y Katia, afloraron las otras cualidades del góber azul. Por ejemplo, fue meteorólogo, rescatista, policía y mapache electoral.
De pronto, ¡zas!, descubrió que podía adueñarse de los reflectores locales y nacionales y le entró duro y tupido, intenso, volcánico como es.
Por ejemplo, a cada rato en sus medios preferidos como son Periscope, Facebook Live y TV Más (TV Más, claro, con su altísima audiencia extraterritorial, pues ya venderá programas hasta en el continente asiático), el góber azul salía al aire.
Incluso, hasta de reportero del clima le hizo, porque seguía paso a paso a Katia.
Es más, se reveló como enviado especial pues transmitía en vivo y a todo color.
Las redes sociales se atosigaron de su pronóstico meteorológico que hasta el profesor César Luna Bauza, QEPD, pudo encelarse.
Y ni modo, la vida es así de rara, extraña y misteriosa, Katia, igual con tantos huracanes en el duartazgo, se hizo chis.
Y el góber azul falló en su pronóstico y otros mandatarios le ganaron las estrellas.
La estrella azul… se estrelló. Y solita.
Después, vino el temblor.
Y el góber azul otra vez con su dominante y explosivo culto a la personalidad.
Que aquí, en el territorio jarocho, la tragedia era terrible y como dijeron en Milenio, un día que sólo 14 municipios afectados y al día siguiente que ya eran setenta y cinco.
Pero una vez más, la tragedia se fue para otro lado.
Y aun cuando el temblor sucedió en el centro del mar, a 175 kilómetros de Tonalá, Chiapas, Oaxaca y Chiapas fueron las entidades federativas más afectadas.
De nuevo, el góber azul perdió los reflectores.
Manuel Velasco Coello y Alejandro Murat se los quitaron en lo que podría llamarse “justicia divina”.
Incluso, hasta dijo que el río Jamapa se desbordaría a la altura de Medellín cuando el arroyo Moreno estaba más seco que en un invierno prolongado.
Dos. El “Yúnete” fue descubierto
Entonces, apareció el mapache electoral.
El politólogo Carlos Ronzón Verónica lo resume:
Primero, la foto boletinada donde el senador Pepe Yunes Zorrilla y su asesor político, Gonzalo Morgado Huesca, con un trío de reporteros, desayunan en un restaurante de Xalapa.
Segundo, la foto boletinada del “Yúnete”, que el góber azul lanzó para seguir posicionando la marca política y comercial de cara a la elección de gobernador el año entrante y que, bueno, cuando de pronto, zas, “le cayeron en la maroma”, sólo le quedó revirar.
Y por fortuna, reaccionó luego enseguida, pues por el mismo delito electoral el góber azul encarceló por un día (y los rasuraron a coco) a Anselmo Estandía, ex alcalde boqueño, y a Felipe Sosa, ex director de Gobernación.
Y ahora, ni modo de encubrir a su operador y titular de la Comisión de Agua en Coatzacoalcos, el panista Rafael Abreu Ponce, a quien, ni modo, “donde manda capitán nunca gobernará marino”, lo exhibió ante todos y lo corrió y lo amenazó y lo denunció en la Fiscalía y le abrió un proceso penal.
Y es que como el mundo sabe y está consciente, el góber azul anda todo el tiempo con los guantes puestos y lo que ratifica que genes son genes y vísceras son vísceras, y si llegó al trono imperial y faraónico de Veracruz y a la silla embrujada del palacio principal de Xalapa es únicamente para vengarse y cumplir a cabalidad con “el orgullo de mi nepotismo”.
Y es que por más que los CEN del PAN (Pepe Mancha) y del PRD (Jesús Alberto Velázquez Flores) y el rafagueo de la Fiscalía a la diputada federal, Rocío Nahle, y otra vez de Pepe Mancha en contra del senador Héctor Yunes por el presunto desvío de mil 300 millones de pesos para su campaña a gobernador el año anterior, el mapacheo electoral del góber azul quedó manifiesto.
El góber azul fue descubierto con el “Yúnete” en Coatzacoalcos y por eso “se curó en salud” declarándose ángel de la pureza y de paso, sacrificando a los suyos, pues Veracruz 2018/2024, igual que París, “bien vale una misa”.
Tres. Yunes en cuatro viñetas
De acuerdo con el politólogo Carlos Ronzón, la política política, electoral y mediática del góber azul se resume en un cuarteto de viñetas.
Primera viñeta: como en el caso del “Yúnete”, negar todo.
Ellos, los otros, los Abreu Ponce, son los culpables. “Yo, no soy farsante”.
Segunda viñeta: si es descubierto en el operativo, victimizarse.
Rafael Abreu Ponce lanzó el “Yúnete” por sus pistolas. Y como fue audaz y temerario, el señor publicó una cartita piadosa arrepintiéndose de su pecado electoral y solicitando perdón al mundo.
Tercera viñeta: si el góber azul se siente “atrapado y sin salida”, entonces, insulta a todos, porque caer en el insulto y la grosería es lo más fácil de la naturaleza humana.
El senador Héctor Yunes Landa, por ejemplo, aseguró que el boletincito de Guillermo Moreno, titular de SEFIPLAN, injuriando a Pepe Yunes Zorrilla, fue redactado hasta con las comas por el góber azul.
Cuarta viñeta: si todo está perdido, entonces, el góber azul inculpa a Javier Duarte de todos los males, como dice el clásico, “habidos y por haber”.
Así han transcurrido nueve meses y medio, y con todo, los días huracanados y turbulentos que se están viviendo y padeciendo se ensartan en la gran disputa por la gubernatura el año entrante.