Los robos y actos de vandalismo que se registran en el Valle de Guadalupe se dan con mayor frecuencia en las noches, en la Ruta del Vino, y aqueja principalmente a quienes tienen un bien o negocio. Cansados de la situación y como parte de una estrategia civil, un grupo de productores de vino que forman parte de Provino, conformaron un organismo de seguridad dentro del Valle de Guadalupe.
Por Lorena Lamas / Sin Embargo
Baja California (Zeta).- Dueños de terrenos campestres, hoteles, cabañas, restaurantes y vinícolas en el Valle de Guadalupe han iniciado obras de construcción para controlar accesos y caminos vecinales e inhibir la delincuencia dentro de sus propiedades.
Más que afectar al turismo, el robo y vandalismo que se da con mayor frecuencia en las noches en la Ruta del Vino aqueja a quienes tienen un bien o negocio.
En 2018 se registraron 333 denuncias por robo ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), y en lo que va del presente año han sido 238 quejas, la mayoría por robo a casa habitación, a lugar cerrado y con violencia.
De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública en Baja California, solo el 11 por ciento de las víctimas interpone denuncia penal, por lo que el número de delitos en esa zona es considerablemente mayor.
Cansados de la situación y como parte de una estrategia civil, un grupo de productores de vino que forman parte de Provino, conformaron un organismo de seguridad dentro del Valle de Guadalupe.
La primera semana de octubre sostuvieron una reunión con mandos de seguridad de los tres órdenes de gobierno y redactaron un pliego petitorio con sugerencias que a su consideración, reducirían la incidencia delictiva.
La carta fue entregada al Gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, en la cual le solicitan una coordinación real entre las policías Municipal, Estatal y Federal; construir un cuartel del Ejército Mexicano dentro del Valle de Guadalupe y atender problemas dentro de los poblados como es el comercio informal, sobre todo el narcomenudeo.
Los antecedentes policiacos relacionados con delitos de alto impacto en el área vinícola dan cuenta que el Valle de Guadalupe ha sido un lugar de trasiego de drogas hacía la frontera de Tecate, no obstante, los hallazgos de sembradíos de droga en lo alto de la sierra han generado altercados entre grupos del crimen organizado y presencia de personas ajenas a los poblados.
BLOQUEAN ACCESO
Respecto a cerrar o controlar los accesos a las propiedades, Provino informó que solo se trata de medidas preventivas, no habrá cobros por ingresar ni tampoco pretenden afectar caminos vecinales que permanecerán abiertos en horas hábiles.
“La primera medida fue recomendar a los asociados colocar seguridad privada para cuidar la integridad de automóviles que se estacionan en las instalaciones de los negocios, y de alguna manera redujo la incidencia dentro de las propiedades”, se explicó respecto a la estrategia.
En la reunión que sostuvieron con las autoridades, se planteó que una gran desventaja es que las corporaciones no estén debidamente coordinadas y, lo más grave, el desconocimiento de las actividades ilícitas que más se registran en el Valle de Guadalupe, “y si a esto le sumamos la falta de infraestructura, la incapacidad operativa para hacer frente a las necesidades en materia de seguridad en los poblados, los cuales han ido creciendo a la par del desarrollo turístico y enológico”, es un mal mensaje para la comunidad.
Visión que comparte el director de Seguridad Pública de Ensenada, Luis Felipe Chan Baltazar: la autoridad necesita trabajar dentro de los poblados donde se mantiene un alto índice de delincuencia como una descomposición social que lleva a los jóvenes a cometer ilícitos.
“Si bien una solución para resolver el problema de inseguridad es tener mayor participación ciudadana, las autoridades deberán tener una visión amplia de lo que significa el Valle de Guadalupe, porque cualquier actividad delictiva tiene repercusión negativa en nuestro entorno, por lo que tenemos que blindar, cuidar doblemente por lo delicado del tema”, sostuvo Fernando Pérez Castro, titular de Provino.
INVIERTEN EN SEGURIDAD
Los propietarios de negocios y terreno rústicas en la Ruta del Vino se organizaron para invertir en la seguridad que el Estado no les puede proporcionar.
El robo que enfrentan a diario va desde material de construcción como piedra, ladrillos, concreto, cable, herramienta, hasta madera de árboles para venderla como leña.
La cuota mensual es entre 300 y 600 pesos mensuales, dependiendo el número de personas que se hayan organizado, con una inversión inicial de mil 500 a 2 mil 500 pesos para infraestructura.
“Cada que visito mi propiedad encuentro que algo me falta, invertí mi dinero en una casa de descanso, pero no puedo dormir aquí, por lo menos solo no, pero tampoco puedo traer a mi familia porque no se respira tranquilidad en las noches”, compartió la familia Salas, quienes tienen un pequeño predio en Francisco Zarco.
Las redes sociales ayudaron a que este propietario se uniera con otros 30 vecinos que enfrentan la misma preocupación, y, tras varias conversaciones, hace un par de meses optaron por tomar el control del acceso.
“No es lo que tenía planeado en mi futuro, pero si cerrar y bloquear la entrada ayudará a que me sienta más tranquila, lo haré”, advirtió por su parte Camila Contreras, propietaria que fincó y no ha podido aprovechar su espacio por el miedo a sufrir un asalto como sus vecinos.
La primera opción fue construir una caseta e instalar una pluma de control de acceso, después contrataron a un guardia de seguridad que no cumplió con las expectativas porque los robos continuaron.
CON TODO Y CARENCIAS HABRÁ VIGILANCIA
En lo que corresponde al municipio, el director de Seguridad Pública en Ensenada, Luis Felipe Chan Baltazar, reconoció el problema y lamentó que el equipo táctico que recibió del gobierno de Marco Novelo Osuna “está bastante diezmado”, aunque asignó más elementos para reforzar el trabajo operativo.
Las delegaciones Francisco Zarco y San Antonio de las Minas registran una mayor incidencia delictiva, derivada de la drogadicción, problema que va en cadena con robos que se registran en la zona. De ahí que es estableciera un plan de seguridad para la Ruta del Vino, no sin antes reiterar la precaria situación de la delegación ante la falta de un parque vehicular óptimo.
Respecto a la reunión que sostuvo con los productores, Chan expresó que los planteamientos fueron en varios sentidos, pero en seguridad, clamaron por una mayor presencia de la Policía Municipal en diversos sectores.
“Nos comprometimos a hacer lo propio hacia lo interior de la corporación, como los esquemas el reforzamiento de personal, y primero mejorar el problema del parque vehicular”, repitió sobre la precaria situación de la corporación.
Y exaltó que la comunidad en redes sociales como WhatsApp, es una herramienta que funciona para estar en contacto directo con las poblaciones más afectadas por la delincuencia.
QUEREMOS REGRESAR A LA TRANQUILIDAD NOCTURNA: PROVINO
Los residentes de la Ruta del Vino promovieron la aprobación del Reglamento de Zonificación y Usos de Suelo para el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano Turístico de los Valles de Guadalupe, a fin de establecer horarios.
Fernando Pérez Castro, de Provino, mencionó que de un tiempo a la fecha hay negocios que abren tarde y cierran aún más tarde, “en un movimiento inusitado de horarios que viene acompañado de problemas entre vecinos con negocios que atraen a clientela que no visitaba el Valle de Guadalupe, queremos regresar a las noches en el Valle, en ese sentido tendremos que aportar nuestro granito de arena. ¿Quieres tener hoteles restaurante y jardines? Obedece lo que está estipulado”.
Mientras trabajan la parte regulatoria del reglamento, han solicitado apoyo policiaco nocturno en la medida de las posibilidades económicas, sin dejar de lado el control de entradas y salidas a la zona.
“Creemos que antes de la medianoche puede ser un horario en el que podamos encontrar cierta paz y armonía para descansar”, insistió el dirigente, quien junto a sus representados trabaja en una propuesta para evitar conciertos masivos en el Valle de Guadalupe, ya que van en contra de la vocación agrícola y conservación de esa región.