Por: Roberto Polo Hernández
Loma Bonita, Oaxaca.- Hay cosas que hermanan a los lomabonitenses. Más allá del territorio, la historia e innumerables particularidades. Y uno de ellos, específicamente, lo reconocemos como propio por su origen, tradición y, sobre todo, seducción. Se trata del jugo de nuestra fruta reina: la piña.
En esta ciudad existen al menos dos decenas de personas que se dedican a vender el jugo de piña. Todos ellos, de cierta manera, honran la tradición ofreciendo la exquisitez de un jugo que se muestra ante la historia como lo mejor de esta tierra cuenqueña.
Esos jugueros instalados a pie del asfalto y adornados por doquier por la fruta reina son el folclor. Son la originalidad y el escenario que caracterizan a nuestro pueblo. Son y han sido esa tradición que hoy es ignorada y que, de acuerdo a un sondeo realizado por El Piñero de la Cuenca, no fueron invitados para ser parte de la Feria de ¿la Piña?.
Para Don Francisco Miranda, mejor conocido como “Don Panchito”, veterano vendedor de jugo de piña que está instalado a un costado de las vías del tren, sobre la avenida Ferrocarril, sería grato instalarse en el recinto ferial para ofrecer la piña, su jugo y sus derivados.
Y es que por lógica, la feria debiera estar abarrotada por la fruta reina -a la cual se le rinde tributo- y por vendedores lomabonitenses. Sin embargo el gobierno municipal dio prioridad a las marcas de cerveza y otras vanidades ajenas a la Piña. Mientras que para los jugueros no hubo espacio.
De momento solo existe un espacio comercial para la piña, el cual fue brindado a la empresa Agrover la cual ofrecerá sus productos enlatados, de muy buena calidad por cierto, pero nada comparado con la persuasión que garantizan los jugueros, a toda hora, en nuestro pueblo.
Así, si usted lector y visitante tiene la inquietud de degustar la piña en el recinto ferial tendrá que hacerlo comprándola enlatada y embotelladla. Y no de un botellón, fría, recién exprimida por manos que saben hacer jugo y que preservan el folclor, hoy ignorado.