Vicente BELLO/TREN PARLAMENTARIO
Ciudad de México.- La orfandad experimentada por México ante el vacío moral y la gran ineptitud demostrada por el gobierno de Enrique Peña Nieto en materia de política exterior, ha obligado que académicos y opositores volteen a mirar hacia el Senado de la República, la Cámara del Congreso de la Unión que tiene como facultad exclusiva revisar el ejercicio de la política exterior mexicana.
“Donald Trump Presidente: El Día Después”, es el nombre del foro organizado por el Instituto Belisario Domínguez, que comenzó ayer y que concluirá hoy. Ahí, voces como la del diplomático mexicano Arturo Zarukhán aconsejaron ayer al Senado de la República “a participar como un coaccionista en el diseño integral de una agenda de negociación y posición frente a Estados Unidos, y a repensar la política exterior de México, de modo que se generen equilibrios y contrapesos durante las negociaciones con los Estados Unidos”.
A su vez, el Miguel Barbosa Huerta, senador perredista y presidente del Instituto Belisario Domínguez –organizador del foro de marras- afirmó que en el Senado de la República es hora de que “asuma sus facultades constitucionales en política exterior y ser parte de la construcción de una estrategia común del Estado mexicano frente al nuevo gobierno estadounidense”.
Y apostilló Barbosa: “Si el Senado no asume la posición de colaborar, de ser parte en la construcción de la política de Estado en esta materia, estaríamos cayendo en una institución que no es capaz de asumir sus funciones”.
El foro transcurrió en paralelo con los tiempos del acto organizado en Los Pinos por el presidente de la República, en el que el gobierno se posicionó en la materia de política exterior, y al que estuvieron convocados todos los gobernadores del país, los presidentes de las dos cámaras federales y el de la suprema corte de justicia de la nación.
El senador Miguel Barbosa agregó: “Es necesaria una política común del Estado mexicano en materia de política exterior”. Y añadió: “Hoy vemos que se navega sin estrategia”.
Ponente fue Luis Ernesto Derbez, secretario de Relaciones Exteriores en la presidencia de Vicente Fox, actualmente rector de la Universidad de las América de Puebla.
A propósito del Tratado de Libre Comercio con América del norte (TLCAN), el ex funcionario de militancia panista consideró: “ya que Donald Trump es narcisista, buleador y mentiroso, y es evidente que planteará lo que quiera, será una renegociación a su modo y no buscará una ventaja para Estados Unidos sino para él mismo”.
El foro brilló con posicionamientos académicos, como el de la doctora Blanca Heredia, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide), quien de Trump dijo que “tiene en la impredecibilidad una estrategia para mantener a otros países en ascuas”.
¿Cómo enfrenta dicha impredecibilidad, dijo. “Pues animarse a hacerlo”, respondió. Y ante el resquebrajamiento de la política exterior, insistió la académica del Cide, “lo que hoy se requiere es inteligencia, prudencia, arrojo, sentirnos capaces de pensar por nosotros mismos, de imaginar el país que queremos, y eso no lo ha a hacer una sola persona”.
Crítico hacia la política exterior de Enrique Peña Nieto, el académico de El Colegio de México Carlos Bravo Regidor, dijo que “las decisiones del gobierno mexicano relativas a nombramientos, parecieran indicar que la política exterior mexicana tiene un único destinatario y está pensada para un único cliente: Donald Trump”.
Incluso criticó al gobierno peñista de haber marginado al personal diplomático mexicano. Y acusó: “No parece que el gobierno esté interesado en escuchar lo que tengan que decir o en aprovechar su experiencia, y quedan muchas dudas respecto a la conformación de la cancillería, a los nombramientos que se harán en los consulados y en las relaciones con el mundo”.
La escritora Soledad Loaeza, otra participante, criticó los 10 puntos para negociar con Estados Unidos, anunciados ayer en Los Pinos: “Estoy muy sorprendida por los objetivos de negociación con Estados Unidos presentados hoy por el presidente Peña Nieto, quien supone que la solución a los problemas que nos va a crear la política de Trump la va a dar también Trump”.
Y aconsejó la Loaeza: “México tiene que llegar a la negociación con un programa o una propuesta propia, de tal manera que tenga la capacidad para plantear ciertos términos de la discusión. Y debe buscar también la diversificación comercial y fortalecer el desarrollo del mercado interno, pues 2017 será un año muy difícil”.
Otro excanciller participante en el foro fue Jorge Castañeda, también –como lo fue Derbez- en el sexenio de Vicente Fox. “Al menos los últimos 50 o 60 años, la relación con Estados Unidos y el papel de ese país en la vida de México no es un tema de política exterior, sino de política interna”. Y remachaba: “Estados Unidos es un poder fáctico en México”.
Y algo más. No sólo Estados Unidos lo es para México, sino México para Estados Unidos. Y asegundaba Castañeda: “México también ya pasó a ser un elemento de política interna de Estados Unidos, y ello quedó de manifiesto en la pasada campaña”.
El contexto en el que transcurre este, es: Donald Trump anunció que recibirá en Washington a Peña Nieto el próximo 31 de enero; ayer, lunes 23, firmó el decreto mediante el cual ordena que comience la retirada de los Estados Unidos en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que firmó junto con otros 10 países, entre ellos México. Y, ante líderes sindicales de su país, reiteró su promesa de que reabrirá, para su renegociación, el TLCAN, aunque esto ocurrirá, dijo, “en el momento oportuno”.