Luis Velázquez | El Piñero
21 de agosto de 2021
DOMINGO
Inseguridad y desempleo
Hay un nudo gordiano en Veracruz. Y es más potente, digamos, que los nudos en los cables del tendido eléctrico. Es como la entrada y la salida del infierno. Por un lado, Veracruz oliendo a pólvora y sangre. La inseguridad. Y por el otro, la inversión privada paralizada. Cero creación de empleos. En todo caso, bajo ritmo, rebasado por la izquierda, el centro y la izquierda por el desempleo galopante, uno de los jinetes del Apocalipsis.
El nudo gordiano significa el peor muro de Berlín para la tierra jarocha. El par de los más graves pendientes sociales y económicos.
Los empresarios y magnates arguyendo, con justa razón, que han dejado de invertir, cierto, por culpa de las hermanas gemelas siniestras y sombrías como son el COVID y la recesión.
Pero desde antes, la inversión contraída porque en tierra llena de incertidumbre y zozobra resulta hazaña católica, cristiana, evangélica, crear o ampliar industrias, fábricas, negocios, comercios y hasta changarros.
Secuestros, desapariciones, asesinatos, fosas clandestinas, cierto. Pero también, la llamada cuota de piso y las extorsiones.
Romper el nudo gordiano significaría para cualquier tribu gobernante la entrada a la gloria del poder.
LUNES
Errática política económica y social
Cada elite política llega al palacio con su librito, su bola de cristal, su varita mágica para reconstruir Veracruz.
Pero un año y otro y otro hasta completar seis van caminando sin que el gobierno del Estado en turno trascienda en la vida común y sencilla de los ciudadanos de a pie.
Cada jefe político trae la Biblia económica y social para destruir el nudo gordiano. Y más allá de los ismos (cuitlaismo, yunismo, duartismo, fidelismo, alemanismo, chirinismo, etcétera), la realidad es avasallante.
6 millones de los 8 millones 150 mil habitantes de la entidad jarocha viven todos los días y noches en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Medio millón de habitantes únicamente hacen dos comidas al día debido a tanta precariedad.
Uno de cada 3 jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa, si lo llevan, con el ingresito derivado en el empleo informal.
Un millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes sin papeles.
Entonces, y “a ojo de buen cubero”, la política económica y social de cada sexenio ha fracasado… con todo y los genios de la economía en cada periodo constitucional.
MARTES
El campo, una pesadilla
Durante muchos años, la caña de azúcar, el café y los cítricos fueron el sustento económico de la mayor parte de la población en Veracruz.
En aquel tiempo, incluso, el ingenio San Cristóbal, ubicado en Carlos A. Carrillo, en la Cuenca del Papaloapan, se convirtió en la factoría azucarera más grande, no de Veracruz, tampoco del país, sino del mundo.
En una zafra molieron más de dos millones quinientas mil toneladas, por ejemplo.
Tiempo de la bonanza económica sin que ninguna lucecita anunciara la decadencia.
Ahora, el trío de cultivos básicos está rebasado por las remesas enviadas desde EU por los migrantes a sus familias, todos ellos que se fueron por su riesgo y peculio, sin extender la mano al gobierno del Estado.
La tierra jarocha, tan pródiga en recursos naturales, cultivos básicos que enriquecieron a tantos, habría bastado, dice el agrónomo del barrio, con nutrir con elementos químicos la tierra para seguir aprovechando su beneficio estelar.
Será tarea fundamental de la secretaría de Desarrollo Agropecuario.
Será indiferencia y desdén de cada gobernador para empujar la plenitud agrícola.
Será la inconsciencia, pensando únicamente en el presente en la disputa por el poder político.
El caso es que el campo se volvió una pesadilla y muchos pueblos solo están habitados por los ancianos y mujeres esperando el milagro de los peces y los panes…
MIÉRCOLES
“Cinturones de miseria”
El populismo barato y ramplón y la demagogia burda llegó al campo y se volvió improductivo.
Desde el secretario de Agricultura, Óscar Bahuer, de que el campo estaba organizado solo para votar en cada elección priista hasta el sexenio de Javier Duarte cuando desde la SEDARPA proclamaban que ningún milímetro de tierra en Veracruz dejara de sembrarse, incluyendo sembradíos de hortalizas en cada casa y hasta en las macetas colgando de las ventanas.
El resultado fue la migración de indígenas y campesinos, unos, a Estados Unidos, y otros, a las ciudades del interior de Veracruz y del país.
Todos ellos, instalándose en las colonias proletarias de las ciudades y aumentando, por añadidura, los llamados “cinturones de miseria”.
El desempleo en el campo y las ciudades despertaron al jinete del Apocalipsis del desempleo, agravado a niveles descomunales con la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
Desde antes del COVID y la recesión, espantosa demanda de fuentes de trabajo.
Inverosímil: la autoridad, organizando tianguis de higos, mangos y pambazos que para mejorar la economía familiar.
Es decir, la demagogia y el populismo barato y ramplón.
JUEVES
Muchos años desempleados
Según el Coneval, la miseria ha aumentado.
En el último año, en un 163 por ciento.
Más miseria y pobreza por el desempleo creciente. Un desempleo, hijo fermentado de la inseguridad.
El desempleo alcanza, pues, todos los niveles.
Desempleo formal e informal. Desempleo indígena y rural y suburbano y urbano.
Desempleo en la clase baja y media. Y en la clase alta, pues no todos son dueños de una empresa, una fábrica, una industria, un comercio, un negocio.
En muchos, cientos, miles de casos, ciudadanos de a pie con varios años desempleados y quienes han sobrevivido, solteros y casados, porque los padres, la familia, los apoya y está pendiente de ellos.
Todos, claro, “apretándose el cinturón” para estirar los centavos y llegar al fin de cada quincena.
El día cuando, digamos, el tsunami de violencia disminuya a los bajos niveles y el llamado Estado de Derecho esté garantizado, entonces, la inversión pública, solita, se restablecerá y habrá, habría oportunidades laborales.
VIERNES
Los Mil Usos…
“Muchas cornadas da el hambre”, decía el difuntito. Y si el hambre vuelve “Mil usos” a los necesitados, el COVID y la recesión de igual manera transfiguran la vida.
Y con todo el nudo gordiano de la inseguridad y el desempleo, anima y reanima que la población, los ciudadanos de a pie, estén dado la batalla en cada nuevo día.
Por ejemplo:
Mujeres tejiendo cubrebocas para vender entre la familia, los amigos, los conocidos, los vecinos, y promocionándose en Internet.
Mujeres y hombres elaborando galletitas dulces y sabrosas y pasteles y pastelillos para vender.
Mujeres y hombres con una cocina económica en casa y a domicilio y la familia completa participando en cada proceso.
Personas poniendo un tianguis de ropa usada en el garaje de casa.
Padres de familia vendiendo tortas de casa en casa elaboradas por la pareja.
Tianguis de pan recién salido del horno en la banqueta de la casa todos los días en la mañana antes de desayunar y en las tardes antes de cenar.
Es decir, la búsqueda de la vida en el tiempo de los vientos huracanados en tanto algún día, quizá, quizá, quizá, la normalidad vuelva cuando menos para bajar unas rayitas a la inseguridad y el desempleo.