•Pronto serán liberados
•Palabra de Edel Álvarez
Luis Velázquez/ Malecón del Paseo
Veracruz.- EMBARCADERO: La libertad de los indígenas presos en Veracruz ya está “entre ceja y ceja” en las neuronas políticas del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, TSJ…
Se llama “Plan de Impartición de Justicia para Personas, Comunidades y Pueblos Indígenas”… Un activista dijo que son, aprox., quinientos, muchos de ellos, privados de su libertad, algunos desde tiempo histórico, por “el delito de lesa humanidad” de robar una gallinita, un pollito, quizá un gallito, para llevar el itacate y la torta a sus hijos y padres ancianos y a la esposa… El fin de semana, Edel Álvarez peña encabezó una mesa de trabajo con los jueces de ejecución para seguir dando la vuelta a la posibilidad de liberar al mayor número de indígenas…
ROMPEOLAS: Cuando la liberación sea anunciada significará la acción de gobierno más justa, solidaria y humana, revestida de gran contenido moral… Pero además, encarnará la más alta esperanza social para de aquí para adelante, la justicia sea pronta, ágil y expedita y justa, sobretodo, para las etnias, siempre y cuando existan amarres jurídicos… Y más, mucho más, en un Veracruz, un país, donde la política económica de cada gobernador ha terminado en el despeñadero, fracasada con la creación de empleos… Y de empleos en las regiones serranas de Veracruz… Trabajo para los pobres, cierto, pero más aún, “para los más pobres entre los pobres”, como dijeran Lenin y Trotsky, y también, AMLO…
ASTILLEROS: El objetivo es sagrado… Hacer llegar a los indígenas “los beneficios que la ley otorga” como registra el boletín expedido ex profeso… La palabra está empeñada… En varias ocasiones lo han cacareado… Incluso, lo han predicado en los distritos judiciales del norte, centro y sur del estado… Es decir, que los jueces que imparten justicia ya lo saben… Y nadie dudaría que a estas alturas ya tienen la bitácora, la estadística, el recuento, el listado de los indígenas privados de su libertad para que, entre otras cositas, antes del grito patrio de septiembre, sus familias pueden festejar a Miguel Hidalgo y José María Morelos, dos de los héroes del obradorismo…
ESCOLLERAS: Los indígenas son, ha reiterado el magistrado presidente, “ciudadanos “como todos nosotros que por circunstancias de la vida están detenidos y tienen derecho a la libertad; sin embargo, por ignorancia o falta de recursos no saben qué hacer para promover los beneficios que la ley les otorga”… Pero, además, lo ha advertido al personal ejecutivo del TSJ: “si con la responsabilidad que tenemos como jueces de ejecución no cumplimos con ellos o con cualquier otro ciudadano nuestro compromiso, podríamos estar fallando a esta responsabilidad”…
PLAZOLETA: Varios gobernadores han prometido la libertad de los indígenas presos y todos han incumplido… Mínimo, Patricio Chirinos, Miguel Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, “se han roto las vestiduras” en nombre de todos ellos… Y de pronto, resulta que en las cárceles hay unos quinientos indígenas presos, aun cuando unos abogados hablan de 600, 700 y hasta 800… Pero así fueran cien, se trata de cien hogares en la desintegración familiar y a la deriva social y económica… Jodidos de por sí en materia económica, mucho más jodidos en las cárceles, el infierno mismo…
PALMERAS: Siete meses después de la era Cuitláhuac, ninguna obra pública… El dinero público, en la opacidad, con versiones de que hasta lo están jineteando en el mundo bursátil… Un Veracruz chorreando muertos, desaparecidos y sangre en cada nuevo amanecer… Un pleito casado entre el gobernador y el Fiscal para quedarse “con hacha, calabaza y miel”… La vida pública, cuajada de esperanzas sociales en el limbo… AMLO vitoreando a su góber y el gran pitorreo en las redes sociales… Por eso, la liberación de los indígenas significaría la primera gran obra social, moral, ética y política del gobierno de MORENA en Veracruz… Y para alcanzarlo, solo basta, primero, la voluntad férrea, y segundo, el seguimiento a los expedientes en cada distrito judicial para el dictamen esperanzador… La palabra del TSJ, en su más alto decibel…