*Unos 600 trabajadores de la maquiladora estadounidense Wrangler fueron despedidos la semana pasada en los municipios de Aldama y Delicias en Chihuahua. Los problemas de introducir sus productos a Estados Unidos y falta de personal fueron algunos argumentos que dio a la empresa a los obreros. Los empleados dijeron a medios locales que los ceses fueron resultado del “efecto Trump”. El pasado 13 de febrero, el diario The Wall Street Journal advirtió que la industria del algodón de Estados Unidos estaba en la cuerda floja por los planes del Presidente Donald Trump, pues los fardos de algodón se recolectan desde Texas a las Carolinas y se despachan como lanilla, hilo o tela a México, donde son cortados, cosidos y ensamblados.
Ciudad de México (SinEmbargo).– Tomando como argumentos los problemas de introducir sus productos a Estados Unidos y falta de personal, unos 600 trabajadores de la maquiladora estadounidense Wrangler fueron despedidos la semana pasada en los municipios de Aldama y Delicias en Chihuahua.
La empresa Wrangler cerró su planta en la ciudad de Aldama luego de 19 años de operar en esa comunidad. Los directivos no proporcionaron información oficial, pero de acuerdo con medios locales, los trabajadores que iban saliendo de la empresa con su cheque de finiquito en mano dijeron que los ceses fueron resultado del “efecto Trump”.
De acuerdo con El Diario de Juárez, la empresa tenía más de 300 empleados, aunque últimamente acudían a laborar unos 250.
Los empleados de Wrangler dijeron que el viernes en la mañana llegaron a trabajar de manera normal –a las 06:00 horas– y al poco rato los citaron al área del comedor.
Añadieron los entrevistados, que una vez que se encontraban todos los empleados reunidos, los directivos de la empresa les informaron que la empresa cerraba y que en ese momento iniciaban la entrega de los cheques de liquidación conforme a lo que marca la Ley.
Uno a uno, los trabajadores fueron pasando al departamento de Recursos Humanos de la compañía, para recoger los cheques de “finiquito”.
La mayoría de los empleados de la empresa Wrangler, dedicada a la elaboración de ropa de mezclilla, son habitantes de la ciudad de Aldama.
En el caso del tercer turno de la planta del municipio de Delicias, laboraban otros 300 obreros, quienes fueron liquidados desde el pasado lunes.
Hasta el momento la empresa no ha emitido ningún comunicado sobre los despidos masivos.
Las autoridades estatales anunciaron que apoyarían a los trabajadores despedidos por medio de la maquiladora IGP-BGP de Meoqui, la cual abrirá contrataciones de empleo para estas personas.
El pasado 13 de febrero, el diario The Wall Street Journal advirtió que la industria del algodón de Estados Unidos estaba en la cuerda floja por los planes del Presidente Donald Trump, pues los fardos de algodón se recolectan desde Texas a las Carolinas y se despachan como lanilla, hilo o tela a México, donde son cortados, cosidos y ensamblados.
El diario destacó que alrededor del 40 por ciento de los jeans de hombres y niños vendidos en Estados Unidos son importados desde México. Algunas de las mayores compañías de jeans del mundo, incluidas Levi Strauss y VF Corporation, dueña de las marcas Lee y Wrangler, tienen presencia en México.
El del algodón es un sector de la economía estadounidense que saldría perdiendo si el Gobierno de Donald Trump decide repatriar empleos manufactureros de México.
Ante los planes del Presidente de construir un muro en la frontera, renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e imponer un arancel a las importaciones de México, los operadores y productores de algodón están preocupados por el futuro de la relación bilateral. Temen que sus políticas socaven los precios de uno de los cultivos históricos de Estados Unidos, provoque el cierre de fábricas en México y no logren repatriar puestos de trabajo.
“Durante las últimas dos décadas, México siempre ha estado entre los principales tres importadores de algodón estadounidense”, señaló al Wall Street Journal Wallace Darneille, presidente de la junta de Amcot, una asociación gremial que representa los intereses de cooperativas algodoneras propiedad de productores o administradas por ellos. “Esta relación de larga data beneficia a ambos países, ya que provee considerables empleos en ambos lados de la frontera”, añadió.