- PRI ante alcaldía jarocha
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno
A mitad de semana, quizá hacia el jueves, el CDE del PRI y el subdelegado nacional acordaron lanzar una nueva propuesta para el candidato a presidente municipal de Veracruz.
En la lista anotaron a un par de rojos. El primero (y por orden alfabético), Raúl Díaz Diez, y el segundo, Marlon Ramírez.
La lista tan gigantesca fue llevada a consulta del CEN del PRI el viernes y quizá ya habrían tomado una decisión o apenas, apenitas el pan se esté cocinando.
Raúl Díaz es presidente municipal del tricolor, fue secretario de Organización en el CDE y regidor, en aquel tiempo cuando el panista Julen Rementería del Puerto era alcalde y se la pasó en una batalla campal, sin tregua.
Y sin tregua, de igual manera como la semana anterior tendió su ropa twittera con la diputada María Josefina Gamboa Torales.
Amigo de la embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes Rangel, promotor del voto a favor del senador Pepe Yunes Zorrilla para la candidatura a gobernador el año anterior, desearía recibir la estafeta edilicia del alcalde Ramón Poo Gil, un Ayuntamiento donde la voz popular registra que Raúl Díaz es una especie de gobierno en la sombra, dada la influencia política que ha tenido.
Uno de sus maestros es Gabriel Pérez, “El chopo”, quien también lo fuera de otros priistas novatos, una de ellas, Carolina Gudiño Corro, a quien encumbró como diputada local y federal y como la primera presidenta municipal de la vieja y antigua Chalchihuecan, donde Hernán Cortés fundó el primer municipio en tierra firme en el continente.
Y si Raúl Díaz sale ungido y con un milagro ganara, entonces, “El chopo” quedaría doblemente bendecido por su buena mano para elegir a los políticos del presente y del futuro.
Dos
Marlon Ramírez también fue dirigente municipal del tricolor y formó parte del CDE del PRI.
Luego, la vida lo llevaría de la mano de Jorge Carvallo Delfín, su compadre, a la secretaría de Fiscalización del Congreso y a la subsecretaría General de Gobierno en el duartazgo, y por donde pasaron varios priistas, formando parte de aquella lista impresionante de Javier Duarte con sus 86 funcionarios removidos en menos de un año.
Soñó Marlon con la presidencia del CDE del PRI y aun cuando se movió con la falange jarocha, Renato Alarcón, amigo del subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián (amiguísimo, por cierto, de Miguel Ángel Yunes Linares), lo dejó en la antesala.
En las semanas anteriores cuando los vientos huracanados soplaban en contra (todavía) para elegir al candidato a la alcaldía jarocha, la delegada del CEN, Lorena Martínez, le habría ofrecido una delegación federal… a cambio de tranquilizar al llamado “G50”, igual número de tricolores, integrados para rescatar el territorio político perdido.
Pero de pronto, cuando nadie lo esperaba, las cosas se truncaron y ahora, su nombre está en el mismo carril que Raúl Díaz para ver la nueva decisión, luego de varios bandazos.
Según las versiones, Marlon hace una química civilizada con Carolina Gudiño, pues Raúl Díaz está contrapunteado y de fea forma con la oaxaqueña consentida de Fidel Herrera Beltrán, uno de los gurúes que en las horas que corren tiene metida la mano en el fondo de la olla partidista.
Y de ser así, entonces, y en nombre de la unidad, su candidatura sería posible.
Y es que el góber fogoso sigue jugando en las grandes ligas, y más teniendo como contrapeso el PVEM, que desde ahora se mira como la posibilidad para abanderar al diputado federal, Javier Herrera Borunda, como el candidato a gobernador el año entrante para así, y de plano, enfrentar al góber azul con su hijo Miguel Ángel de candidato de la alianza PAN y PRD.
Y es que los dos, Fidel y Miguel, necesitan el Ayuntamiento de Veracruz, porque significa, primero, la mayor población electoral del estado, y segundo, el más alto presupuesto anual.
Tres
La decisión se cocina en el edificio de Insurgentes en la Ciudad de México. Quizá, ya esté lista. Y trascendida, incluso.
Las elites priistas, sin embargo, lo saben, pero lo olvidan. Si la fractura entre ellos subsiste, entonces, ganar la elección en las urnas será complicada y difícil.
El panista Francisco Ávila Camberos era un candidato externo inmejorable. Pero las tribus lo descarrilaron.
El ex diputado local, identificado como “El rey de la basura”, líder sindical y magnate de la recolección de basura, Nino Baxzi, mejor prefirió cobijarse en el PVEM de Fidel Herrera, cuando miró las pasiones desaforadas, con todo y que él mismo habría financiado su campaña electoral en estas horas y años en que el PRI es partido de oposición en Veracruz.
La delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social, Anilú Ingram Vallines, quizá la más posicionada en la cancha roja, declinó por completo, acariciando la candidatura al Senado de la república el año entrante, donde volaría solita en el Congreso de la Unión, soñando con la gubernatura en el año 2024.
Por eso, el PRI local ha caminado sin brújula durante varias semanas y ahora, como el mago al conejo de la chistera, sopesan entre Raúl Díaz y Marlon Ramírez.
De si su biografía pública, liderazgo, arraigo popular, los servicios prestados a la patria chica, simpatía, empatía y química social y forma de vida les alcanzará para ganar el 4 de junio es otro cantar.