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La muerte en Veracruz se está metiendo hasta en la recámara; estrategia para multiplicar el terror y el horror

El Piñero

Luis Velázquez/ Diario de un reportero

24 de febrero de 2018

 

DOMINGO

“La muerte tiene permiso”

 

La muerte en Veracruz se está metiendo hasta la recámara. Están asesinando personas en los espacios más inverosímiles. Quizá, estrategia de los malandros para multiplicar el terror y el horror. Acaso, mostrando más el puño. Ya nadie vive en paz. Tampoco nadie está seguro.

Por ejemplo, el domingo 18 de febrero, en el Valle de Uxpanapa, en el municipio de Minatitlán, una mujer, Martha G. L., de 44 años, se trasladaba en una chalupa al poblado. Tocó tierra y desembarcó. Y procedió a amarrar la nave.

Enfrente, unos tipos bebían cervezas. Entre ellos, su pareja. Y de entre ellos, un tipo se levantó para, digamos, ayudar a la señora.

Pero… sacó su pistola y le disparó a quemarropa. Y en tanto los demás se reponían, el asesino huyó. Rápido. Aprisa y de prisa, por la orilla del afluente.

Se consumó un feminicidio más. Su pareja, Jaime Ángeles Romero, trabaja en Pemex afiliado a la sección 10, y quedó atónito.

El homicida era un desconocido. Llegó al grupo, así nomás, y le dieron cabida.

Al momento, siete días después, ningún informe oficial.

 

LUNES

Asesinado en un palenque

 

El mismo 18 de febrero, en el otro extremo de Veracruz, en Pánuco, un ex regidor del PAN, Ciro Nieto Zamora, fue atacado a balazos… en un palenque.

Un grupo armado llegó a la pelea de gallos. Pero en vez de aterrizar como hombres pacíficos para apostar, dispararon a diestra y siniestra.

El ex regidor, quien laborara en la presidencia municipal del cacique huasteco, Ricardo García Guzmán, murió en el hospital.

Ciro Nieto era hermano de Enrique Nieto Zamora, quien chambea como regidor en el Ayuntamiento del alcalde Fernando Molina.

El dueño del palenque es José Adrián Pérez Aguilar, de 46 años de edad. Dijo tener permiso de Gobernación para el negocito, el negocito que tanto le gustaba a Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador y once veces presidente de la república, y quien cuando se aburría de ejercer el poder, agarraba dama de compañía y se pasaba días y noches con los gallos.

Casi casi un gallero, como el cuento de Juan Rulfo, llevado a película con guión cinematográfico de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes Macías.

Sólo que en el palenque rulfinano había tiros, cierto, pero a nadie mataban. Incluso, todos eran felices escuchando las canciones rancheras interpretadas por “La Prieta Linda”.

 

MARTES

Cuatro muertos en un funeral

 

En Coatzacoalcos, los sicarios mataron a cuatro personas, entre ellas, un menor de edad, en unfuneral.

Los malandros llegaron en la noche. Con un pasamontañas. Y las armas listas para disparar.

Entraron.

Y rafaguearon a todos, como chivos en cristalería, dando flamazos sin ton ni son.

Luego, así como entraron de manera sorpresiva, también se fueron como “almas que lleva el diablo”.

Una semana después, ningún reporte oficial.

En el pasillo policiaco dijeron que se trataba de una venganza. El mismo cuento de siempre. Listas las corporaciones de seguridad para el muerto siguiente.

Nunca, por ejemplo, la Fiscalía ha emitido un dictamen sobre el asesinato de la Fiscal de Pánuco, ejecutada una mañana a las 9 horas cuando llegaba a la dependencia procuradora de justicia.

Por el contrario, el diputado local, Rodrigo García Escalante, luego enseguida levantó la mano para decir que tenía malas amistades, quizá, acaso, tratando de ganarse la candidatura a la reelección de diputado local y, de ñapa, amarrar la nominación para diputado federal para su hermano Ricardo, ex presidente municipal del pueblo.

 

MIÉRCOLES

Ancianos baleados

 

Fue el lunes 19 de febrero. En Córdoba. En la colonia Miguel Alemán. Dos sicarios balearon a una pareja de ancianos de 70 años de edad.

Su único objetivo, el robo.

Fue a las diez de la mañana. Balbina “N” y Manuel “N” (como les denominan ahora según la ley).

Se llevaron su dinerito.

Los vecinos escucharon detonaciones de armas de fuego. Los ancianos quedaron heridos.

Pero nadie salió en auxilio ni menos, mucho menos, en defensa.

Los sicarios huyeron en un vehículo que los esperaba con un conductor al volante.

Carteles o cartelitos, asaltantes o ladrones, la vida prendida con alfileres.

Por fortuna, el secretario de Seguridad Pública sigue durmiendo sólo dos horas al día combatiendo a la delincuencia organizada y una vez más fue enviado a Coatzacoalcos, el centro del infierno jarocho.

Y en contraparte, el Fiscal, feliz, inmensamente feliz, porque la embajadora de Estados Unidos lo felicitó por la captura de los 19 jefes policiacos y policías acusados de desaparición forzada, internados en el penal de Pacho Viejo, sujetos a proceso penal.

Y en la foto, Jorge Wínckler, sonriendo, risa tamaño sandía, más grande que cuando guisa paella para los amigos.

 

JUEVES

Siguen desaparecidos

 

3 de febrero. Una pareja de Paso del Macho. Una señora de la Ciudad de México. Y un joven jarocho, de oficio estilista. Reunión cumbre en el puerto de Veracruz.

Horas después, los familiares los reportaron desaparecidos.

Las horas corren. Las redes sociales se repletan. Entonces, trascienden que una patrulla policiaca los levantó.

El gobernador revira. También, el Fiscal. Andaban de parranda. Habían tenido una fiestecita swinger en un motel. Y luego, desaparecieron.

Entonces, las redes sociales callaron. Caray, pachanga swinger en el siglo XXI, cuando en la vieja Roma, las elites políticas armaban su banquete swingeriano. Alejandro El Magno se lanza a conquistar el mundo asiático. Y se lleva a su efebo. Y en el camino, en cada pueblo, los jefes tribales les ofrecen a sus hijas, vírgenes todas. El Edén terrenal.

Hernán Cortés desembarca en las playas de Chalchihuecan y Moctezuma II le envía veinte doncellas.

Hernán Cortés llega a Cempoala y el cacique gordo le presenta a sus 50 efebos, esclavos sexuales.

Pero si “dinero mata carita”, entonces, fiestón swinger mata desaparecidos. Y desaparecidos levantados por elementos policiacos, ni más ni menos, que de Jaime Téllez Marié. Y de ñapa, en el feudo del alcalde panista.

Con todo, el cuarteto swingeriano sigue desaparecido.

 

VIERNES

Las horas sangrientas

 

21 de febrero en Cosoleacaque. Un comando armado llega al Barrio Primero.

Con las armas por delante “por si las dudas” entra a la casa de Rafael “N”, vendedor de frutas y verduras, con brutalidad.

Unos minutos, segundos relampagueantes, suficientes para llevarse al padre de familia que mantiene a los hijos y a la esposa vendiendo legumbres de calle en calle, en el mercado, en el tianguis.

La vida cotidiana, a la orilla de la muerte. En el precipicio del horror. En el centro del vértigo delincuencial.

Los días y las noches sangran en Veracruz. Incluido, por ejemplo, el asesinato de una anciana de 82 años, Isabel “N”, en Huatusco, el jueves 22 de febrero.

Vivía sola. Entonces, un tipo (dicen que su familiar) llegó a su casa. Primero, la mató a botellazos. Luego, la metió en una bolsa negra. Después, la escondió en medio de la ropa. Y se fue, con las cositas de valor de la anciana solitaria.

Por fortuna, fue aprehendido.

Pero, caray, en un pueblo con 8 millones de habitantes, atrás de los bienes materiales, hasta los mismos familiares asestan “la puñalada trapera”.

Ninguna, absolutamente ninguna posibilidad de que la república amorosa y la nueva Constitución Moral predicando el amor en vez del odio y el perdón en vez del rencor y la solidaridad en vez de la codicia… puedan cuajar en la tierra jarocha.

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