- “La mano negra” de Manuel Parra
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Mal le sigue yendo al periodismo en Veracruz…
Un reportero más fue asesinado…
Gumaro Pérez Aguilando, el 19 de diciembre, en Acayucan, Diario del Sureste, satanizado ya por la Fiscalía…
Con todo, lo peor entre lo peor: ejecutado en el salón de clases de una escuela primaria ante cuarenta niños y mientras asistía al festival navideño de su hijo… El 22 de agosto, otro diarista fue asesinado…
A un ladito de Acayucan, en Juan Díaz Covarrubias, Cándido Ríos Vázquez, cuando dialogaba con unos amigos afuera de una tienda de franquicia…
El 9 de julio, un camarógrafo, Edwin Rivera Paz, quien huyendo de la muerte en Honduras se topó con ella en la vía pública de Acayucan…
Y el primero, Ricardo Monlui Cabrera, en Yanga, el 19 de marzo, cuando caminaba con su familia luego del desayuno dominical…
Días y noches siniestras y sórdidas, sombrías…
Cuatro trabajadores de la información ejecutados, más allá del pasado y el presente de cada uno…
Y más, porque en dos casos fue delante de la familia…
La crueldad y la barbarie… “¡Bestias!” llamó el gobernador Yunes a los asesinos de los cuatro niños en una colonia popular de Coatzacoalcos…
La historia trágica se ha reproducido siempre, dejando un río de sangre y un valle de la muerte en cada pueblo…
Por ejemplo, el relato bíblico cuenta hechos sangrientos en el libro “Los Macabeos”… En la pelea por Jerusalén, la Tierra Santa, durante tres días pelearon judíos e impíos, y el resultado fueron ochenta mil muertos…
En Babilonia volvieron a enfrentarse dejando veinte mil muertos en el campo de batalla, donde ganaron los judíos “con la ayuda que les vino del cielo”…
ROMPEOLAS: Veinte mil muertos más dejó la batalla entre el ejército de Timoteo y el de Báquides, las partes peleando en nombre de Yahvé…
185 mil (ciento ochenta y cinco mil) muertos en la batalla de Senaquerib…
En Jerusalén, tan disputada todavía por Israel y Palestina, las partes quemaban vivos a los contrarios en venganza porque habían incendiado las puertas del Templo Sagrado… Los judíos arrojados vivos con sus hijos a los leones y a los tigres hambrientas por Antíoco, el rey y general pagano…
Quizá en ningún otro libro bíblico la vida sangrienta, donde las víctimas eran, igual que ahora, niños, mujeres y ancianos…
Herodes deseaba el cuerpo de Salomé y Salomé le pidió a cambio la cabeza del predicador Juan Bautista, porque su señora madre lo odiaba…
Y Herodes ordenó que lo mataran y decapitaran y se la entregó en una bandeja de plata y Salomé se ofrendó…
Niños quemados vivos…
Niños, hoy, ejecutados de un tiro, digamos, sólo digamos, por una bala perdida…
En la Independencia, la guerra encabezada por los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos, seiscientos mil muertos…
En la Revolución, un millón de muertos, de los cuales, se afirma, 600 mil murieron por tuberculosis, el mal del siglo…
Las decenas,
cientos de obreros de Río Blanco asesinados por las tropas en 1907, en plena dictadura porfirista, y los cadáveres trepados a los vagones de carga del ferrocarril, trasladados al castillo de San Juan de Ulúa y tirados a lo más profundo del Golfo de México…
ASTILLEROS: En cada pueblo, en cada tiempo, hay malandros… En Veracruz, el más sangriento de todos se conoció como “La mano negra”, cuya sede estaba en Naolinco, en la hacienda “Almolonga”, propiedad del cacique Manuel Parra Mata, el amigazo de otros dos caciques con proyección nacional…
El primero, Maximino Ávila Camacho, de Puebla, el hermano de Manuel Ávila Camacho, presidente de la república, y quien entrara, además, a la historia porque cuando solía emborracharse (y que era muy seguido) se trepaba en la espalda de los amigos y les ordenaba que lo pasearan como si fueran un caballo…
Además, les decía que relincharan como un caballo y los amigos, con tal de quedar bien, relinchaban…
Y el otro cacique fue Gonzalo N. Santos, de San Luis Potosí, “señor de horca y cuchilla” en la huasteca potosina…
Manuel Parra entró a la historia porque el 25 de junio de 1936 ordenó el asesinato de Manlio Fabio Altamirano, candidato del partido abuelito del PRI a la gubernatura…
Lo mató en el café Tacuba, de la Ciudad de México, delante de su esposa…
El asesino físico fue Rafael Cornejo Armenta, hermano de Miguel, Manuel y Emilio, los caciques de Plan de las Hayas, pistoleros profesionales, y quienes años después asesinaran al líder agrarista, Carolina Anaya…
Y el jefe de ellos era Marcial Montano, el abuelo del capitán Alejandro Montano, delegado federal de la secretaría de Gobernación, y que, por cierto, era el enlace entre Manuel Parra, el jefe máximo de “La mano negra” con las policías estatales…
ARRECIFES: La escritora y novelista originaria del puerto de Veracruz, Esperanza Toral, escribió el libro “Los surcos de la mano negra”, donde retrata el México y el Veracruz de entonces y centra su investigación en Manuel Parra…
Originario de Pachuca, Hidalgo, donde naciera en 1882, enfermo siempre de las vías respiratorias, el médico le sugirió que viviera cerca del mar, y compró la hacienda “Almolonga” en Naolinco en 128 mil 277 pesos…
Parra Mata era un cacique y pistolero tan efectivo que evitó la caída de Jorge Cerdán como gobernador de Veracruz con una cabalgata en la ciudad de Xalapa donde participaron quince mil hombre, todos armados…
Por eso, además, durante más de veinte años sembró el terror y el horror en la región de Xalapa y en la Cuenca del Papaloapan…
Su banda estaba integrada por los famosos guardias blancas que servían a los caciques en lucha abierta con los agraristas…
Sus primeros ocho muertos fueron en el poblado “La ternera”, en Puente Nacional, contratados por los hermanos Lagunes…
En los primeros diez años, hacia 1929, asesinaron a dos mil campesinos…
En 1931, los agraristas secuestraron a Manuel Parra, pero sus sicarios lo liberaron, y en respuesta, mataron a uno por uno a cuchilladas, y a otros, los tiraron vivos y muertos a los lagartos… Ese mismo año, y ante la sublevación campesina luchando contra los terratenientes, “La mano negra” asesinó a más de ciento cincuenta presidentes de comités agrarios en el centro de Veracruz…
El capo de entonces controlaba, además del terror, a veintisiete municipios…
En 1941, asesinaron a otros 350 campesinos en tanto trescientos más se exiliaron para salvar la vida…
Su feudo pasó del campo a la ciudad y la CTM lo acusó de matar a más de ochocientos obreros…
Lo peor entre lo peor: mientras como gobernador de Veracruz, el general Heriberto Jara lo protegió, el obispo Pío López lo bendecía y hasta tomaba cafecito con él y su esposa en la hacienda “Almoloya” de Naolinco…
“El amo” le decían, y como todos los caciques y dictadores de América Latina murió en su casa, rodeado de los suyos, en mayo de 1943, de una angina de pecho que le producía una tos que le ahogaba…
Fue aquel tiempo la peor pesadilla que ha vivido la población de Veracruz en toda su historia…