Por Inés García Nieto
Eso preguntaron los dos ángeles a las mujeres que acudieron al sepulcro donde fue dejado el cuerpo del Mesías en Jerusalén, tres días después de haber estado en el infierno donde arrebató las llaves de la muerte a satanás.
La película dirigida y producida por el actor Mel Gibson, que posiblemente se estrenará el jueves 18 de abril, tiene como propósito recordar al hombre del mundo entero que Cristo sufrió lo inimaginable en el madero, murió como forma de pago por la salvación de la humanidad, pero lo más trascendente de ese sacrificio hecho por amor, es tener presente su Resurrección.
Y eso precisamente significa Pésaj, Pascua o Semana Santa: el paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, de la opresión a la libertad.
La Pascua no significa solo el dolor físico y moral de un hombre de 33 años que, como forma de enseñanza de la Ley de Dios dijo ser su hijo, sino que este acontecimiento deja claro que Cristo venció a la muerte, y por ello quien decida conocerlo a través de su Palabra, amarlo y obedecerlo para hacer Su Voluntad- como dice El Padre Nuestro-, como recompensa tendrá vida eterna a su lado.
Historia Bíblica:
A Yahshua, Cristo o Jesús como lo conoce el mundo, nadie le quitó la vida, Él la entrego con y por amor a la humanidad, pues antes de que el hombre llegue al seol como consecuencia de una vida de pecado, Cristo quiere que, a través del perdón y el arrepentimiento, el hombre de todos los tiempos tenga la opción de la vida eterna a su lado.
Entonces su plan divino de sacrificio, muerte y resurrección, representa victoria total en la vida terrenal y en la vida espiritual.
Por ello aclararemos, el poderoso imperio romano y el gobierno religioso judío de hace 2 mil años (el sanedrín), no le quitaron la vida a Cristo, Él la entregó con y por amor a la humanidad.
Cierto es que ese amor lo llevó a padecer dolor extremo en el cuerpo, pero ya antes había experimentado dolor en el alma ante el rechazo de escribas, fariseos y sacerdotes que habían convertido la perfecta Ley de Dios, en un frío y pesado rito donde el amor, la compasión y la verdad estaban ausentes.
Como maestro de la Ley de Dios (Mateo 5.17), Cristo enseñó y recordó que los mandamientos y decretos dados a Moisés en el monte Sinaí, son esencia del instructivo de la vida terrenal, instructivo que ayuda al hombre a caminar por un sendero de amor, gozo, paz y esperanza, a pesar de lo difícil de la vida en la tierra y la oscuridad moral del mundo, mundo inmerso en el pecado y la desesperanza.
El conocimiento de la fe hebrea, donde Abraham es elegido por Dios para guiar y enseñar al pueblo que Él escogerá como suyo (el pueblo de Israel con Yacob), enseña en Éxodo 12 que marzo o abril, según el equinoccio de primavera, será principio de año y mes, y se recordará con solemnidad Pésaj (Pascua).
En 2025, esta celebración será del sábado 12 de abril, pues representa el día 14 del primer mes del nuevo año hebreo.
¿Por qué? En 2025 el año nuevo hebreo fue el 30 de marzo, y para el sábado 12 ya han pasado 14 días.
La fe de los seguidores del Mesías según el antiguo y nuevo testamento, llama a esta celebración Pésaj, y significa el paso de la esclavitud a la libertad, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.
Eso ocurrió cuando Moisés fue a liberar al pueblo hebreo a Egipto; después de que Dios lanzara las diez plagas ante la dureza de corazón de faraón, y después de la muerte de los primogénitos estando a la orilla del mar, este se abrió para dar paso al pueblo de Israel, pueblo recién liberado.
En los países del mundo, incluyendo México, los cristianos tienen más presente el sufrimiento y la muerte experimentada por Cristo, que la resurrección misma, hecho prodigioso que muestra que la Palabra del Dador de vida es una hermosa realidad.
Este hecho hizo que creyentes famosos como Mel Gibson volvieran los ojos a este pasaje, desde el punto de vista espiritual y artístico, surgiendo así la película “La pasión de Cristo” en 2004, y en este 2025, La Resurrección, teniendo como actor principal al actor Jim Caviezel en el papel de Cristo.
Así, esta película ha causado expectación no solo en creyentes del Mesías en el mundo entero, sino en el mismo Hollywood, industria que dio la espalda a Gibson desde “La pasión de Cristo”.
El tema religioso no está en el escritorio de esta poderosa industria del entretenimiento, que dentro de la agenda mundial insiste en mandar mensajes subliminales de muerte, desastre y confusión, a veces disfrazados o manipulados con tiernos personajes.
Ese rechazo despertó también la pasión del famoso actor, quien decidió escribir y dirigir este filme, ayudado, por el mismo Dios, dice Mel Gibson.
A continuación, algunas reflexiones hechas por hombres que brindan un detallado análisis del mensaje y trascendencia de la película filmada en Marruecos, Italia e Israel, donde el conocimiento bíblico, la creatividad humana y el aporte de la inteligencia artificial, promete que “La Resurrección” moverá la conciencia de creyentes y ateos del convulso siglo XX1.
La Pasión de Cristo 2 La Resurrección, es comentada en el sitio web “Secretos Bíblicos”:
Hollywood, la mayor industria de la diversión en USA, se ha distanciado de este tipo de proyectos, pero La Pasión de Cristo, impactó la fe y la espiritualidad de miles de personas.
Hablemos de Jim Caviezel.
Como deportista joven, después de haber sufrido una lesión en el cuerpo, dijo haber tenido una experiencia con Dios en la cual fue llamado a dedicarse a la actuación. Esta vivencia es mencionada repetidamente por el famoso actor, en diferentes entrevistas:
“Tener una base de fe sólida, fue siempre una brújula en mi vida.”
En 2018 dijo a su entrevistador: “Siendo muy joven sentí un amor y una paz que nunca antes había sentido y después escuché a Dios decir: Desearía que fueras actor”. Eso haría, pero era necesario que Él me enseñara las películas adecuadas que debía hacer.”
Desde su juventud, Caviezel pedía a Dios que lo librara del mal, y así fue; entonces, aceptar el papel de Cristo´’ fue un honor”, dijo.
“La resurrección” es la película más grande de toda la historia fílmica porque enlaza lo humano con lo divino, y es un relato que desafía los límites del arte cinematográfico.
“La resurrección no fue solo un hecho histórico, sino el acto que marcó el inicio de un cambio irreversible en el curso de la humanidad.
Esta película aborda ese momento con una profundidad asombrosa, mostrando no solo lo que ocurrió en la tierra, sino también los ecos que travesaron la realidad más allá de lo visible.
La tensión de los días posteriores a la crucifixión se fusiona con la majestuosidad de lo eterno, donde las fuerzas espirituales toman protagonismo en una lucha que trasciende la comprensión humana.
En esta película, los detalles no son simplemente imágenes sino un puente hacia los misterios que rodean la resurrección, desde el desgarrador vacío que dominó al sepulcro, hasta el impacto transformador que sacudió a los apóstoles y sus seguidores.
Las decisiones artísticas detrás de este proyecto revelan un nivel de compromiso pocas veces visto en el cine contemporáneo.
Lo que está por presentarse en las salas de cine del mundo, no es solo un filme sino la posibilidad de contemplar una representación extraordinaria de uno de los momentos más importantes de la historia del sepulcro al reino sobrenatural.
El amanecer de ese tercer día trajo consigo un cambio que no podía ser contenido por fuerzas humanas ni espirituales.
Las mujeres que se acercaron al sepulcro de Yahshua lo hicieron cargando el peso del luto, preparadas para enfrentar el vacío que deja la muerte, pero en el lugar donde esperaban ver un cuerpo, hallaron algo que sacudió los cimientos de su entendimiento: una tumba vacía rodeada por una atmósfera que parecía desbordar de poder y misterio.
La aparición de los ángeles no fue un simple evento visual. Sus palabras no solo anunciaron que Cristo había resucitado, sino que alteraron la percepción de quienes los escucharon.
¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
Lucas 24. 1-12
Estas palabras no solo acompañaron el regreso del maestro, sino también la apertura de un reino que trasciende lo terrenal.
La resurrección, es un regalo al espíritu, el alma y el cuerpo, que no se puede rechazar.