La mexicana Ibeth “La Roca” Zamora, campeona del peso minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), lucha cada vez que se sube al cuadrilátero, como lo hará hoy en su novena defensa del título, pero también libra otra batalla todos los días contra la violencia de género en su comunidad.
Zamora, de 28 años y profesional desde 2007, ha utilizado su fama para ayudar y representar a las mujeres de San Cristóbal Huichochitlán, una zona rural al norte de Toluca, Estado de México, en la que -dice- todavía se vive aquello de que “si eres mujer y te tratan mal, está bien y es normal y si te pegan, pues te tocó ser mujer y ni modo”.
En una entrevista con Efe, Ibeth recuerda que desde niña sus padres la educaron a ella y sus hermanos para que no se quedaran con la idea de solo ser papá o mamá y cuidar a los hijos.
“Nos educaron de una forma diferente, pero tu ves que en tu entorno no es así y te das cuenta de que lo que está bien es educarte para ser mamá y ser ama de casa”, señala.
Ante este panorama, al que calificó de “un poco complicado” y del que sigue “aprendiendo”, Zamora comenzó a actuar y dar “otra pelea” para ayudar a sus congéneres.
La púgil, quien estudia en línea derecho internacional en la Universidad Autónoma del Estado de México, se dedicó a apoyar a las mujeres víctimas de violencia. “Tratamos de dar apoyo y dirigirlas ante las instancias adecuadas para que las asesoren”, apunta.
La propia Ibeth no deja de ser señalada y a pesar de que ha demostrado que es una deportista de alto rendimiento, con 32 peleas -27 triunfos y cinco derrotas-, sigue siendo objeto de insultos en idioma otomí, que se habla en su comunidad y en algunos estados de México.
“Los hombres dicen en otomí ‘es una machorra’, (mujer que desarrolla una actividad que convencionalmente se atribuye a los varones) porque tengo una actividad diferente a lo que ‘debe de hacer’ una mujer”, afirma.
Aunque ese comportamiento le duele, dice, “tienes que mostrar fortaleza para que puedas ayudar a quienes también sufren algún tipo de violencia, (ya) sea física o psicológica”.
Relata que muchas amas de casa se acercan a ella y le cuentan lo que les pasa en su vida diaria con su pareja “y muchas a veces no saben a qué instituciones acudir y dónde están”.
“Lo que hago es aprovechar el nombre de la ‘Roca’ Zamora para ir con las instituciones” para que les hagan caso, indica.
Por el hecho de ser mujeres de una zona rural e indígena, a veces son víctimas de racismo o segregación. “Siempre las hacen a un lado y en ocasiones las atienden al último o primero le dan preferencia las mujeres ‘de ciudad’, situación que viví toda mi niñez y parte de mi adolescencia”, comenta.
Además de esa labor, la púgil ayuda a las mujeres dándoles a conocer programas de autoempleo o de emprendimiento. “Allá tejen mucho en palma, fabrican cachuchas (gorras) y tapetes, entre otras cosas, y se les platica cómo pueden ser autosuficientes y que no sientan que deben depender de un hombre para salir adelante”.
Ibeth dice que el proceso de cambio en su comunicad “ha sido lento y de mucha paciencia, porque las mujeres creen que tienen que aguantar todo solo porque son mujeres”.
Zamora trata de poner un granito de arena, además de ser ejemplo para muchas niñas que desde que la conocen se han acercado al gimnasio donde se entrena.
Con 11 años como profesional, Zamora dice que cada caso es diferente en el boxeo femenino, pero que ella ha podido vivir de esta profesión.
Aunque no le pagan como a los hombres, cuenta que le alcanza para vivir y dedicarse solo al boxeo. “Es algo que me gusta hacer, en cada pelea trato de dar lo mejor de mí”, comenta Zamora, que ayudó a sus padres a montar un negocio de abarrotes, granos y semillas, y más adelante desea abrir una cafetería.
Zamora defenderá este sábado su título mundial del peso minimosca del CMB ante su compatriota Esmeralda “Joya” Moreno, con la que se ha enfrentado en tres ocasiones. Dos veces ganó y una perdió.
Con información de eluniversal.com.mx