VICENTE BELLO/ TREN PARLAMENTARIO
México.- Donald Trump se anotó ayer un nuevo round en la golpiza que le ha estado asestando a México, pero de manera muy particular a su presidente, Enrique Peña Nieto.
No es gratuito que, este jueves 26 de enero, en el Senado de la República, el coordinador parlamentario del PRD, Miguel Barbosa Huerta, haya gritado con voz bronca: “Digámoslo sin cortapisas, Donald Trump se ha constituido como el enemigo de México”.
Barbosa, en conferencia, insistía: “Tal parece que la diplomacia americana está socavada, tal parece que el imperio americano que ha dominado con su diplomacia por lo menos después de la Segunda Guerra Mundial no tiene formas, tal parece que Estados Unidos y toda su armonización del mundo como vigilante, como policía, como subsidiador de los órganos internacionales, como la ONU, hasta la OEA, y muchos otros, hoy está en retroceso”.
Desde Washington, Trump arrebató a Peña Nieto, a través de Twitter, la oportunidad de enarbolar lo más preciado que tiene un país con la identidad profunda como la tiene México: la dignidad y el orgullo.
Justo cuando Enrique Peña Nieto salió a decir que analizaba la opción de no asistir a la reunión con Trump en Washington, el próximo día 31, de súbito el presidente de los Estados Unidos le ganaba la partida, saliendo a decir: “El presidente de México y yo decidimos cancelar el encuentro de mutuo acuerdo. A menos de que México trate a Estados Unidos de forma justa y con respeto, ese encuentro habría sido inútil o infructuoso. Y yo quiero ir por otro camino. No tuve opción”.
Y avisaba el presidente estadounidense que ya comenzarán masivamente las deportaciones.
Entonces apareció súbitamente Peña Nieto en Twitter, dando a entender que él había tomado la decisión: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el (presidente Donald Trump”, dijo el presidente mexicano.
Estupefactos, en los territorios del Congreso mexicano han optado la mayoría por sólo observar, excepto algunos como Barbosa, quien dijo: “Entonces a mí me preocupó las opiniones que desde anoche dio el secretario de Relaciones Exteriores y hoy por la mañana el secretario de Comercio antes de los tuits de Donald Trump, cuando comenzaban a escudriñar dentro de lo dicho por Donald Trump razones, que ellos calificaron como esperanzadoras.
“Nunca se nos dijo que la reunión del martes 31 no había sido una reunión pactada, ni una fecha pactada, fue una cita que Donald Trump hizo a dos presidentes, entonces el propio Donald Trump crea condiciones mayores para que la reacción del gobierno sea la cancelación.
“Ahora que ya creó razones mayores, ahora sí, hay que construir la política de Estado, la estrategia común, no puede seguirse en la improvisación porque esa improvisación parece debilidad, parece falta de dignidad y nosotros le dimos todo el apoyo a Luis Videgaray”.
Esto decía Barbosa ayer, al mediodía. Por la tarde, en Washington, Luis Videgaray Caso, en conferencia, decía: “Pretender que sea el pueblo de México quien pague por un muro es pasar de una acción soberana a algo que es profundamente inaceptable”.
Y añadía Videgaray: “Las familias, en sus viviendas, tienen muchos muros que dividen la casa de uno con la casa del otro; es parte de la convivencia normal entre los vecinos; pero los ciudadanos no le exigen al vecino que pague el muro de su casa”.
¿A quién, quiénes trataba de explicar Videgaray en Estados Unidos? Al parecer, no a los mexicanos, cuyos legisladores de la oposición se quejan del secretismo que envuelve las conversaciones que sostienen, en torno del tema, Videgaray y los legisladores del PRI y PAN.
Miguel Barbosa Huerta lo volvió a centrar desde el Senado mexicano, ayer, cuando le decía: “Cuando alguien se va con ese compromiso, ahí su desempeño debe ser otro a la percepción particular, entonces ya los llevó a otro nivel, ya llevó Donald Trump otro nivel y ahora hay que asumir una posición perfectamente clara a favor de los intereses de México”.
E insistía Barbosa: “Segunda posición, yo no he hablado con Luis Videgaray, ni con el secretario de Comercio, seguramente ellos ya hablaron con el coordinador del PRI Fernando Herrera, quien dijo que había hablado Luis Videgaray con él; ellos tendrán su forma de pensar, pero el Senado somos todos, y aquí en el Senado el PRD va a apoyar al gobierno, va a apoyar a la política exterior siempre y cuando haya un diseño común del Poder Ejecutivo y de la Cámara de Senadores como poder legislativo”.
Videgaray sostuvo reuniones con funcionarios del gobierno de Trump este martes y miércoles; pero cuando iba camino a Washington, Trump en su primer Twitter dijo que el tratado de libre comercio que tiene firmado con Canadá y México será rediseñado totalmente. Y entonces firmaba el decreto aquel, en que mandata que será construido el muro en la frontera con México en los términos como lo planteó durante su campaña presidencial. Y que los mexicanos lo pagarán. ¿Y cómo? Entonces Trump dijo que obligará a México pagarlo imponiéndole un impuesto del 20 por ciento a todo lo que se compre en Estados Unidos desde o para México.
En la conferencia aquella, Videgaray mostraba un rostro sombrío. Pero, aun así, tendría que explicar el rumor que inunda el Congreso mexicano de que, efectivamente, en un telefonema, Trump pidió a Peña imponer a Videgaray como canciller, “porque sólo con él negocio; con otros no”…, habría dicho el presidente de los Estados Unidos en favor de Luis Videgaray Caso.